Desesperación latente

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¡No te das cuenta de que no importa lo que uno es por nacimiento, sino lo que uno es por sí mismo!

Albus Dumbledore, en Harry Potter y el Cáliz de Fuego.


Tiene en su mente un solo propósito que no podrá descubrir a menos que investigue bien. Su cabeza repiquetea entre las mil y unas probabilidades que encuentra de mala manera para querer saber qué ocurre consigo misma, con los recuerdos, con su origen.

No presta atención ni siquiera al cielo en donde está su mirada clavada desde hace varios minutos. Algunas aves pasaron hacia rato haciendo piruetas por el aire, aunque ni siquiera eso la hizo despertar de su ensoñación.

Se lastimaba con los recuerdos, pero aun así seguía pensando en ellos. Era inevitable.

―Melaina... llevas mucho tiempo dejando de prestar atención a mi clase. Espero que ese tiempo sea gratificante a mi lado al fin de ella.

La joven relampaguea su mirada hacia su profesora, una mujer de tercera edad que siempre lucia vestidos marrones oscuros envueltos en distintos tipos de tela. Aurora Sinistra la seguía mirando por encima de sus gafas finas de color negro, la acusaba con el iris sin siquiera decir una palabra más. Severa, como siempre, sus ojos se envolvieron entre llamas al ver que a su alumna poco le importaba su clase.

―Espero lo mismo, profesora ―contesta la joven estudiante con muy poco sentido del humor, castigándose a sí misma mentalmente para no conjurar con su boca insultos hacia la mujer que se encontraba delante suyo de manera autoritaria.

―Bien ―responde Aurora con tono ácido ante cualquier respuesta, haciendo que aquella inocente palabra llegue hasta los tímpanos de Melaina con fuerza.

La joven, ahora retada y con la vista de halcón próxima de su profesora revisando sus acciones de manera inquisidora, mira hacia la izquierda, de donde proviene un sonido crujiente, casi hermético al que ella probablemente debería ya estar acostumbrada.

Al observarla, se detiene entre su mente un solo pensamiento: Derya lleva el cabello ligeramente aferrado en una coleta alta que no puede sujetarle todos los cabellos, pero que lo intenta forzosamente.

Observa que la profesora se da la vuelta, y le susurra a su amiga en un tono cómplice de desesperación alarmante:

―¿Desde cuándo te atas el cabello?

―Desde hoy ―sonríe melosamente mientras se muerde con fuerza el labio inferior. Pero, no contenta con ello, comienza a rechinar los dientes nuevamente como segundos atrás, produciendo ese mismo sonido que tanto había alarmado en un principio a Melaina.

Varios compañeros de la clase comienzan a alejarse lentamente paso por paso del lado de ambas con el miedo que los caracterizaba a todos.

«No debí tomar astronomía », chista molesta entre sus labios la joven bruja, quien mira con recelo a su amiga que finge estar absorta en sus pensamientos solo para que sus compañeros siguieran alejándose de ella.

Aunque todos pensaran que podría encontrarse muy sola, en realidad el hecho de que la abandonaran siempre era lo mejor para ella. Las personas no eran su ser preferido en el mundo, por lo que mientras más lejos de ella se encontraran, se sentía mucho mejor.

―¿Estás pensando en aquello que estas últimamente tan callada? ―pregunta de improvisto Derya, una vez que todos se encontraban muy lejos para poder siquiera escuchar lo que decían.

Redención | Harry Potter FanFiction [Sábados]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora