Jóvenes Guerreros - EDITANDO

1❤

¿Por qué hablar a la juventud?

Empecemos preguntándonos lo siguiente: ¿Qué espera Dios de un joven como tú o yo?

Es claro que cada persona es importante para Dios, Él decidió adoptarnos y ponernos por hijos, pasamos de ser su creación a ser su generación.

Pero ¿qué busca la juventud hoy en día? Sabemos que el ser humano pasa por diferentes etapas y que por ello nosotros los jóvenes somos los que más queremos experimentar y vivir la vida a todo impulso. Hay que tener en cuenta que estamos viviendo tiempos difíciles donde a todo lo malo lo llaman bueno y a todo lo bueno lo llaman malo, incluso estamos en tiempos en los que hablar de Dios ya es de ignorantes y religiosos, nos da miedo el que dirán, el como nos tratarán, nos da vergüenza decir la verdad.

Salmos 119:9 LBLA

¿Cómo puede el joven guardar puro su camino? Guardando tu palabra.

Sé que la vida como joven en muchas ocasiones puede ser complicada, a veces simplemente queremos dejar todo y vivir en la corriente del mundo, pero nuestro padre celestial nos llama a ser fuertes y prevalecer, Él nos llama a ser luz en medio de las tinieblas y todo por una razón, nosotros somos el futuro del mundo, somos la nueva generación, jovenes que aún en medio de todas las cosas seguimos creyendo y confiando en la poderosa palabra de Dios, que aunque cada vez seamos pocos la gracia de Dios está sobre nosotros.

Joven hoy Dios habla a tu vida, hoy quiere decirte que tú eres valioso, fuiste hecho a imágen y semejanza de Él, no te rindas, no dejes que el mundo cambie lo que eres, no dejes que cambie tu esencia y sobretodo no dejes que cambie tu fe.

Tú eres hijo de Dios, mira que privilegio ¡Somos hijos del Rey de reyes y Señor de señores! ¿No es hermoso eso?

Eclesiastés 11:9-10 RVR 1960

Alégrate, joven, en tu juventud, y tome placer tu corazón en los días de tu adolescencia; y anda en los caminos de tu corazón y en la vista de tus ojos; pero sabe, que sobre todas estas cosas te juzgará Dios.

Quita, pues, de tu corazón el enojo, y aparta de tu carne el mal; porque la adolescencia y la juventud son vanidad.