Capítulo 5: Evitando lo inevitable

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STEPHEN

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STEPHEN

Cuando Alyssa se marcha... Alyssa, se me hace raro llamarla por su nombre... Cuando se marcha, me bebo el batido de un trago y vuelvo al gimnasio. Ya había terminado mi entrenamiento de hoy, pero esa puta cría me ha calentado con esa actitud altanera, así que necesito descargarme como sea.
Hago cuatro sesiones extras de pesas, y media hora más en la cinta de correr.

La rodilla ya está prácticamente curada, aunque nunca será suficiente para volver a la NBA

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La rodilla ya está prácticamente curada, aunque nunca será suficiente para volver a la NBA.

Me seco el sudor y camino hacia el dormitorio mientras miro mi teléfono.
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Duncan: ¿Steph, que ha pasado con la niña?
Byron: ¿Qué niña?
Stan: ¿Qué coño habláis?
Duncan: Teníais que haber venido a la fiesta, jaja.
Yo: Se ha marchado ya.
Terrance: ¿Qué niña? ¿Qué decís?
Ken: Una de su clase, que anoche se la llevó para casa xD
Stan: ¿¡Te has tirado a una alumna!?
Terrance: ¡Que dices!
Yo: Pero mira que os gusta hablar, cojones. ¡No me la he tirado, no! Pesados. Estaba borracha y no encontraba a sus amigas.
Byron: Ya, claro... jajaja
Terrance: Jajajaj
Yo: Que os jodan.
Ken: Prepara comida que vamos para allá.
Yo: Me vais a comer los huevos.
Duncan: Eso de postre, de primero haz una costillita al horno, tío. De esa que te queda tan rica, anda.
Byron: Echa bien de patatas que yo también voy.
Yo: Puf. ¿Cuántos venís?
Terrance: Todos.
Yo: Dios. Vale. Voy a darme una ducha, si llegáis antes, poneos a pelar las patatas.
Duncan: Ok.
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Pongo la lista de reproducción en aleatorio y me meto bajo el agua. Joder, no me apetece una mierda cocinar, pensaba pedirme una pizza o algo para comer. Pero, por otro lado, con ellos aquí, conseguiré distraerme y sacarme esas piernas y esas caderas de la cabeza. Al menos pienso intentarlo, joder.

Cuando salgo, escucho voces en el salón. Me pongo un pantalón de pijama y una camiseta de manga larga y voy para allá. Me entra la risa cuando veo a Duncan, Ken y By, sentados en el sofá, con un trapo en las piernas y pelando patatas.

Eres mi dosisDonde viven las historias. Descúbrelo ahora