Capítulo 3

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*Narra Kathy*

Después de probarme la ropa que mi maravillosa amiga me había comprado llegó la pizza, nos la comimos, recogí todo ya que Andrea claramente no podía. La verdad es que hacia un calor infernal así que se me ocurrió el plan de ir a la playa y así me alegro la vista con algunos potentorros. Me pongo el biquini y salgo al salón.

-A ver, ¿a donde vas?- Dice Andrea nada más verme

-A la playa, ¿no es obvio?-

-Acompáñame al medico tu.-

-¿Por qué? No me apetece,¿ no puedes ir sola?-

-Nooo. Casi no puedo andar, tirar pa'l medico yo sola seria difícil.-

-Pues coge el bus, no te jode.-

- Poooooorfa.- Dice Andrea haciendo pucheritos.

-Veenga vale, pesada, pero después me voy a la playa ee.-

Tras coger el bolso y dinero para el taxi Andrea y yo salimos a la calle camino al medico. Cuando llegamos esperamos pacientemente a que nos llamaran, aunque al final pacientemente yo precisamente no esperaba, porque llevábamos mas de 30 minutos sentadas en la sala de espera. Pero no importa, porque después me espera un espectáculo de tíos buenos tomando el sol y haciendo surf, solo de pensarlo se me cae la baba.

-¿Señorita López?-pregunta el que creo que es el doctor, la verdad es que estaba bastante bueno.-

-Aquí -decimos mi amiga y yo a la vez, creo que hemos pensado lo mismo sobre el medico.-

Nos levantamos y andamos hacia la sala donde examinarían a Andrea. Tras 30 minutos o mas dentro de la consulta el medico nos termina diciendo que debemos ir a esperar para entrar en otra sala donde le vendarían el pie. Yo me cago en el medico en la sanidad pública y en la madre que parió a Andrea por hacerme acompañarla. Así a lo tonto se han hecho las 16.30 de la tarde.

Tras entrar en la otra sala donde, por desgracia nos ha atendido un viejo, le vendan el pie a Andrea y le dan unas muletas y recetas para pastillas.

-Pues nada pa' casa.-

-Si, y yo a la playa, ¡Hasta luego!-

La playa no pilla muy lejos de aquí, y como ya no me queda pasta para otro taxi decido ir andando y reflexionando sobre el chico de anoche, bueno, y de esta mañana, la verdad es que mientras lo hacíamos esta mañana he recordado todos los momentos pervertidos de anoche, y la verdad es que no están nada mal..

Entre pensamiento y pensamiento llego a la playa, hay mucha gente, la mayoría tíos de 17 a 20 años que están bastante buenos, nada del otro mundo, aunque comparado con Jayden.. Es complicado encontrar a alguno que este tan bueno. Me acomodo en una parte de la playa desde donde puedo observar a todos los tíos, me quito la ropa y me pongo a tomar el sol cuando de repente una sombra me tapa, me aparto las gafas de sol y veo la silueta de un chico, me incorporo para fijarme en el y me percato de que se trata de Jayden, bendito sea el gimnasio, dios mío que bueno esta.

-Hombre, como esta preciosidad por aquí-me piropea mirándome de arriba a abajo mordiéndose el labio-

-Tomando el sol un poco y disfrutando de las vistas, y las que tengo ahora mismo en frente no están pero que nada mal..-

-Jajaja, oye, me preguntaba si te gustaría venirte esta noche a casa conmigo, nos lo pasaremos muy bien-dice acercándose seductoramente a mi-

-No lo dudo, pero es que mi amiga tiene un esguince y he de cuidarla-digo poniendo una mueca de pena.

-¿Y no puedes venirte ahora un rato?-dice poniendo unos pucheros realmente adorables que me hacen tener ganas de achucharle la cara-

-Hombre, por un ratito no creo que mi amiga se moleste, ¿Vamos?-digo con una sonrisa pícara recogiendo mis cosas para irme a su casa, espero que Andrea no necesite mucha ayuda con el pie.

*Narra Andrea*

Me senté en el sofá nada mas llegar a casa y encendí la tele. Vi la notita con el numero del chico con el que tropecé y pensé en llamarlo, tampoco tenía nada que hacer.

Al rato el chico llamó a la puerta y como pude me levante para abrirle. 

-Hola.- Dijo el entrando.

-Hola, espero no haberte molestado.- Decía volviendo al cómodo sofá.

-No, tranquila.- Se sentó a mi lado y empezó a mirarme fijamente a los ojos. Me fije mejor en el, ya no llevaba la gorra. 

-Bueno, ¿ qué tal si me ayudas a entretenerme?-Dije apartando la vista y buscando el mando de la tele.

Sentí unas manos tumbarme en el sofá y cuando mire al chico ya estaba besándome. Luego empezó a morderme la oreja haciendo que empezara a sentir esas pequeñas descargas eléctricas por mi cuerpo e instintivamente me mordí el labio. Notaba sus manos acariciar mis pechos y para cuando me di cuenta ya estábamos desnudos. No me atreví a mirarle, pero podía notar cada movimiento que hacía sobre mi. Empezó a darme suaves besos en el cuello, haciendo que tuviera un poco de cosquillas, y fue bajando, hasta que empece a oír un ruido muy fuerte.

Y me desperté.

-Voy, voy.- Justo tenían que llamar en medio de un sueño tan bonito.

Al abrir la puerta vi al chico de verdad. Esta vez como en el sueño no llevaba la gorra y dejaba ver su pelo rubio algo despeinado.

-Siento haber tardado tanto.- Dijo con una encantadora sonrisa.

-N-no, tranquilo, estaba dormida.- Otra vez los nervios.

-Oh, ¿te desperté?- Su cara de preocupado es tan linda, hasta pone ojitos de cachorrito.

-No, esta todo bien.- Y estaría mejor si continuamos por donde lo dejamos en mi sueño.

Me dirigí al sofá para sentarme. El chico acomodo una almohada para mi pie.

- Sabes, aun no se tu nombre.- dijo el rubio.

-S-soy Andrea, ¿y tu?-

-Yo Daniel.- Respondió con su sonrisa encantadora.- Bueno, ¿y en qué querías que ayudará?-

-Ah, bueno, la verdad es que solo quería estar acompañada y no conozco mucha gente por aquí.-

-Pues mira en cuanto te cures te llevo de fiesta, así conoces a mi gente. ¿Qué te parece?-

- Genial.- Dije sonriendo.

-Pero ahora ten en cuenta que es mejor que descanses el pie. ¿Qué tal si vemos una peli?-

Vimos una película de comedia romántica. La comedia me encanta pero el romance no es mi tipo, de todas formas, en mitad de la película yo ya me había dormido, aunque esta vez abrazada por aquel chico de brazos musculosos.



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