¿Cheonsa? [JeongCheol-SEVENTEEN]

Historia de Terror... se supone :v

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—Se dice que en estas cabañas habita un ser temible, abominable, increíble, malvado, aterrorizante, horrible... —narraba Seungkwan, totalmente metido en la historia, al igual que los otros once chicos.

—Sí, sí, muy malo, ya entendimos, Boo, ¿quieres seguir contando la historia sin tantos sinónimos? —le interrumpió Jihoon, ya un tanto fastidiado por tantas vueltas que le daba Seungkwan.

El castaño rodó los ojos.

—Uno ya no puede contar a gusto —se quejó—. Como les decía: algo totalmente horrible se esconde en cada rincón de estas viejas y aisladas cabañas, justo en el medio del congelado bosque.

Todos escuchaban atentos el relato.

Se habían puesto de acuerdo para realizar ese viaje con duración de una semana al Centro Campista Sunhee. Se podía considerar su regalo de Navidad por parte de la escuela, aunque todo se lo debían al padre de Seungcheol, quien muy amablemente había puesto los recursos necesarios para organizar el viaje exclusivo para los chicos. Y era así como ahora los once amigos más allegados a Seungcheol se encontraban en aquel bosque invernal, rodeando la improvisada fogata que ellos mismos construyeron durante el atardecer y así poder quemar algunos malvaviscos (Minghao se empeñaba a creer en que era algo que cualquier grupo de machos adolescentes haría) durante la fría noche.

Claro, como siempre, "el guía Boo" (como Seungkwan se había autonombrado) acaparaba toda la atención con sus múltiples actividades campistas, y de acuerdo al horario que el chico castaño había diseñado con antelación: ahora era hora de contar historias de terror.

—Cada día de invierno —siguió narrando, observando la expresión de cada uno de sus amigos—, desde que el aire comienza a helar dando comienzo a la temporada, hasta que la nieve se derrite, aquel ser del que les hablo se encarga de rondar la montaña, acabando con la vida de cualquiera que se le cruce en frente. Nadie vive para contarlo —la mayoría de los chicos ahogó un gemido.

Jihoon, el más maduro de todos (a pesar de tener en cuenta que su cabello se encontraba de un no tan masculino color rosado), bufó con una divertida sonrisa ladeada en su pequeño y redondo rostro; un aterrorizado Seokmin se encontraba pegado al pequeñín cual garrapata, y temblando de pies a cabeza.

—Querido Jihoon, ¿te hace gracia mi verídica y espeluznante historia? —preguntó un tanto dolido Seungkwan.

—Tu historia tiene de verídica lo que la hombría de Wonwoo.

Se escuchó un "uuuh" por parte de los demás. Wonwoo, quien temblaba como niñita bajo el protector brazo de Mingyu, se irguió al escuchar tal ofensa hacia su persona y decidió contraatacar.

—¿Ah sí, enano del demonio? ¡Yo tengo de macho lo que tú tienes de alto! —contraatacó Wonwoo.

El peliazul a su lado le dedicó una mirada de pena a su querido novio.