Los 74ºJuegos del Hambre (Peeta & Gale)

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Pienso en Cato, en este momento puedo verlo abrazar el cuerpo de Marvel tratando de sonreír con sus cachetes rojos porque todos los estamos mirando. Cato y Marvel han sido sumamente felices por todo este tiempo, escondiéndose en los recovecos de la escuela para poder darse un beso y un simple abrazo. A escondidas de todos, para no ser juzgados. ¿Gale y yo viviríamos algo parecido si estuviésemos en el distrito doce? Puedo asegurarlo, las personas no eran tan tolerantes hasta que Gale y yo entramos a los juegos y él ha declarado su amor por mi delante de todo Panem. Pero Cato ni Marvel tuvieron la oportunidad.

Cato no podido dormir luego de lo que ha pasado, sus ojos están tan rojos que pienso que empieza a transformarse en una criatura. No ha dicho una palabra en toda la noche cuando se ha despertado gracias a los gritos de Marvel, que yo he escuchado con total claridad mientras he visto como la silueta en forma de animal le ha abierto el pecho con sus inmensos dientes.

Le he disparado a la bestia y la he matado, pero para Marvel ya era demasiado tarde, se estaba desangrando. Gale, Cato, Tresh y Clove son los que han acudido hacia los gritos y los disparos. Un pequeño muchacho de doce años llamado Ben nos ha dicho que se ha levantado, ha visto que he salido y estuvo detrás de mí. Pero ha venido con el arma, siguiendome, lo que le deja en la garganta a Gale que me estaba siguiendo para matarme y luego hacerse el dormido.

Me cuesta asumir que me ha seguido solo para matarme, pero pueden tener la razón. Aunque yo no puedo dejar de mirar la desolación frustrada de Cato, él no ha llorado siquiera un poco. Solo guarda silencio junto al resentimiento de que no pude hacer nada.

Cuando amanece se arma una pequeña búsqueda de comida en unas cuadras en el radio de nuestro campamento, no me sorprende ver que Gale está entre los seleccionados por la mayoría aunque yo me quedo para hacer algo de guardia, todos estamos a la expectativa ahora que sabemos que existen estas bestias allá fuera. Pero continuó sin decir nada acerca de mi encuentro tan cerca de ellos.

Gale trata de tomar la delantera en la salida en busca de algo de comida pero lo detengo con la mano y le doy un pequeño beso en los labios. El me sonríe y se sonroja un poco, me da una mirada fija mientras avanza entre las calles y yo me quedo.

—Estará bien Peeta, nadie le hará daño. —dice Clove, acercándose a mi.

Clove es una muchacha de mediana estatura, excelente para las armas blancas y con pómulos pequeños y bonita sonrisa.

—El sabe como defenderse... —me dice, guiñandome un ojo.

¿Que se supone que eso debe significarse?

—Lo se. —le digo, entrando al edificio.

Ambos estamos de guardia esta que lleguen el resto de los tributos. Aunque en mi pecho presiento que cosas como la muerte de Marvel seguirán pasando en las próximas horas. Los Juegos del Hambre suelen durar inclusive semanas, pero en este juego han muerto más personas que en muchas batallas de sangre. Recuerdo la pelea de Marvel y Gale en el piso de entrenamiento, no me explico porque él me ha salvado de aquel muto, y yo no he podido salvarlo del que lo ha matado. La muerte de Marvel es mi culpa, si fuese sido un poco más rápido el estuviese con vida. Empiezo a añadir nombres a la lista de personas que tendré que matar para hacer que Gale vuelva a casa. Clove empieza a hablarme de todo lo que hizo para poder quedar como seleccionada en Los Juegos, pero la mayoría de eso fue una suerte para ella y para su familia que no hacían otra cosa que adular por eso.

—Al vemos has mantenido una buena relación con tu madre, la mía ha sido fatal inclusive cuando he sido seleccionado.

Ella se ríe. Ambos vemos a Cato moverse de un lugar a otro sin parar. Ella y yo nos detenemos y nos echamos a correr cuando vemos que Cato se sube a un pequeño borde del edificio. Él está listo para saltar.