Capitulo 4.

29.1K 767 16
                                    

La luz entra por las rendijas de la ventana, supongo que es de día. Abro los ojos y veo que Iván se quedo a dormir conmigo, ronca como un cochino, se me enciendo la bombilla, ¡Sí!, le voy hacer una gamberrada. Me levanto cuidadosamente para no despertarle, me dirijo a la cocina para coger un bote de nata montada y llenarla la cara entera. Cierro la nevera y salgo corriendo al salón. Parezco una niña de diez años haciéndole una broma a su mejor amigo. Pero esto está bien, revivir momentos de tu infancia es perfecto. Le quito el tapón a la nata y me arrodillo delante del sofá. Empiezo ha echarle nata en las manos. Ni se inmuta, sigo echándole nata en la cara, le hago un bigote y cejas unidas, no puedo aguantarme cuando me tiro al suelo a carcajearme. Iván de la risa se despierta y se da con la mano llena de nata en la cara, no aguanto más exploto a reír.

- ¿Muy graciosa no?.

-Sí, no he podido aguantarme.

-¡Ah!, pues dame un abrazo.

-¡No!, eso no vale.

Iván se tira encima mía y me llena todo el pijama de nata. Yo grito desconsoladamente. Nos miramos y nos reímos, ¡esto no puede ser! ¡soy adulta!. Nos levantamos del suelo, limpiamos la nata del suelo y recogemos todo el desastre. Después de recoger todo el desastre, desayunamos y nos limpiamos la nata de la cara. Iván, se va y me quedo sola con Curro. Recojo la cocina y el salón, este hombre es mortal, me desnudo y me meto en la ducha, me doy una breve ducha, me visto y me recojo una cola.

-¡Curro!.-Al momento está conmigo.

-¡Vamos a correr!.

Curro mueve la cola y va rápidamente a por la correa. ¡El perro me entiende!. Al momento estamos listos para salir a correr. Después de dos horas corriendo con Curro entramos en casa, le suelto la correa y sale disparado para beber agua al igual que yo. Miro el reloj y ya son las 14:00 de la tarde, me hago una ensalada y almuerzo. No hay nada como un día de relax en casa. Me tiendo en el sofá y al momento estoy dormida. Un sonido agudo entra por mis tímpanos, abro los ojos poco a poco, ¡estoy despierta!. Busco de dónde proviene ese sonido y viene de mi busca. Me necesitan en el hospital, ¿para qué será?. Me levanto de un salto y cojo mi mochila ya preparada como todo los días. Cojo mis llaves y salgo de casa. Subo al coche como alma que lleva el diablo y parto camino al hospital. Estoy preocupada, puede ser Fabián con problemas, o eso, es lo que me hace pensar mi subconsciente, no lo sé, lo comprobaré yo misma.  Aparco en el mi aparcamiento privado del hospital y entro al vestuario, me coloco el uniforme y salgo a ver que pasa.

-Sara, es la habitación 2289, necesitamos ayuda.

Oh no, es la habitación de Fabián.

-¡Enseguida estoy arriba!-Dije con la memoria totalmente en blanco, parecía absurdo de cómo me afectaba ese hombre si apenas lo conocía.

Subí al ascensor y estaba arriba en menos de dos segundos. Corrí hacia la habitación y cuando entré Fabián estaba perfectamente, era su compañero de habitación, lo habían operado de urgencia esta mañana y se le iba el pulso, por lo que escuchaba. En milésima de segundos me sentía mas cómoda y menos preocupada de pensar que no era Fabián el que se estaba muriendo y perdía su pulso. ¡ Sara baja de la nube!.

-Sara, carga a 300.

-Una, dos, tres...

El muchacho subía y bajaba de las descargas.

-¡Sara otra vez!.

-Una, dos, tres...

-¡El pulso a aparecido!.

-Muy buen trabajo chicos.

Todos los médicos salen de la sala menos el Sr.Gutierrez y yo.

-¿Cómo ha sucedido?.

-Iba cruzando la calle cuando un coche no vio el semáforo en rojo...y bueno.... ya sabes lo demás. A sido una operación complicada.

-Menos mal que está bien y viva.

-Sí, ha tenido suerte. Y Sara muchas gracias por venir cuando te necesitabamos.

-Es mi trabajo.-Digo orgullosa.

El Sr. Gutierrez sale de la sala y yo relleno los datos de la ficha del paciente. Miro para la camilla de Fabián, restifico miro a Fabián, está guapísimo dormido, dejo la ficha del paciente y me encamino al vestidor para cambiarme y irme a casa.

-Sara.-Dice Fabián adormilado.

¡Sara!, me ha llamado Fabián.

-Dime Fabián.

-¿Por qué no estubiste esta mañana aquí?.

-Porque es mi día libre, en esta semana tengo un día libre y de mañana.-Le digo acercandome a su camilla y mirando esa perfecta escultura.

-Te he echado de menos.

-¿Perdona?.-Digo como alucinando.

-Que te he echado de menos.

Me quedo atónita de como me lo dice, de él desprende una voz masculina y sexual que me encanta. Fabián al ver mi cara, que tendría que ser un poema desde luego, y lo noto por como me mira.

-Es decir, que te he echado de menos por como trabajas eres más tranquila que tu compañera.-Dice al ver mi cara.

-Ah, sí todas tenemos distintas formas de trabajar, pero yo es que soy muy paciente y tranquila.

-Ya lo he notado esta noche.

No puedo evitar reírme, este chico es sexy hasta sonriendo, imagínate en la cama....¿Pero que piensas Sara?, ¡vete de ahí ya!.

-Bueno me tengo que ir, he venido a reemplazar a mi compañera que se fue, así que si tienes algún problema solo tienes que pulsar el botón, pero bueno eso es cosa que ya sabes.

-Sí, pero gracias.

-Adiós Fabián.

-Adiós Sara.

Salgo inmediatamente de esa habitación, este hombre me pone mala, es demasiado para mí, como voy a poder aguantarlo todo este mes hasta que se recupere, no lo sé, pero tendré que ser profesional y dedicarme a mi trabajo y no a coquetear con mi paciente.

LO SIENTO POR MI TARDANZA, JURO QUE YA NO TARDO TANTO, MUCHÍSIMAS GRACIAS POR LEER MIHISTORIA Y POR FAVOR DECIRME VUESTRA OPINIÓN PARA SEGUIR CON MI HISTORIA Y MUCHISIMAS GRACIAS POR TODOS LOS COMENTARIOS Y POR VUESTRAS OPINIONES ME ENCANTA QUE OPINEIS TANTO BUENO COMO MALO GRACIAS... MUCHOS BESITOS Y SUBO EN UN DÍA.

No es lo único.Where stories live. Discover now