Capítulo 8.

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El chico se había marchando ya de ese lugar.

Riley se había quedado en el mismo sofá.
Esa chica tenía una sonrisa en el rostro, las mejillas sonrojadas y un corazón latiendo al mil por hora.

¿A caso se estaba enamorando? ¿Amor a primera vista? Sería irónico decir que así era, puesto que la chica nisiquiera venía. Que chistoso.

- Estaré en ml habitación.- dijo Riley y se colocó sobre sus pies para después caminar a la habitación.

Al conocer cada rincón de su casa le era fácil recorrerla.
Al llegar a su habitación, fue directo a su cama y se recosto ahí.

- ¿Qué es esta sensación?.- pregunto ilusa a la nada, mirando al techo.

Esa tonta niña, no sabía que se estaba enamorando.
¿Había algún problema con eso?
¡Por supuesto que no! Todos pasamos por la fase de enamoramiento.
El verdadero problema era sobrevivir a esa peligrosa fase, en donde muchos terminaban con el corazón roto, sin esperanzas o con falsas ilusiones.

Pero la famosa frase dice "De los errores se aprende" , y eso teníamos que hacer, aprender de cada mala decisión tomada.

El ruido de la puerta interrumpió los pensamientos de Riley.

- ¿Puedo pasar?.- pregunto la inconfundible voz de su madre al mismo tiempo que se asomaba por la puerta de la habitación de su hija.

- Claro mamá, pasa.- contesto la chica aún recostada en la cama, dejando a un lado los pensamientos.

Su madre camino hacia la cama, y se acomodó en el borde de la misma.

- ¿Te gusta el chico?.- soltó sin titubear.

A Riley le tomo unos segundos asimilar la pregunta que su madre había lanzado.

- ¡¿Que te sucede madre?, claro que no me gusta! .- dijo levantando un poco o voz sin ser grosera.

- Es sólo que te he notado algo boba cuando se te acerca.- dijo Susan y sonrió mientras tocaba la mano de su hija.

Riley se sentó en la cama y guardo silencio unos segundos, como si pensara algo seriamente.

- Es que no puede gustarme ese chico, no lo conozco.- dijo a su madre después de ese tiempo en silencio.

La madre soltó una  pequeña risita, y abrazo fuertemente a su hija con ambos brazos y luego se alejó.

- ¿Por que te ríes?.- pregunto sería la chica.

La madre soltó una risa más y contesto.

- Es lindo que te estés enamorando, pequeña.-  dijo al mismo tiempo que acariciaba su cabello.

-¿Enamorandome? ¡Por Dios mamá, ¿que te pasa?!.- contesto algo enojada su hija.

- ¿Que tiene eso de malo Riley?.- pregunto su madre seriamente.

- ¡Esto no es programa de televisión, en donde la chica rara encuentra a su media  naranja por casualidad de la vida!.- grito con la voz levemente levantada y volvió a sumergir su cuerpo en la cama.

- No discutire más contigo hija, sólo recuerda que eres lo mas preciado su tengo, y deseo verte bien.-  comentó y se acercó a su rostro y  planto un beso en la frente de su pequeña Riley.

- Gracias mamá.

- Recuerda que mañana es tu cumpleaños, princesa.- dijo Susan con gran alegría en sus palabras y palmeo las piernas de su hija.

- Lo se mamá. No tienes que recordarmelo.- dijo de mal humor la chica.

- Ok, suficiente. Me voy. Te veo en la cena.- contesto su madre disgustada y se marchó.

Faltaban pocas horas para que el 15 de marzo llegará, ¿15 de marzo? Era el dia en el que la pequeña Riley nació, el día más feliz de sus padres.
Ella odiaba sus cumpleaños, por que le recordaba a su había nacido con su defecto visual.
Odiaba tanto sus cumpleaños que nisiquiera salía de su cuarto y este cumpleaños número 21 no sería la excepción.

Ella no bajo a la cena, pero sus padre siempre se cercioraban de que estuviese bien.

El amor de los padres siempre será infinito, pues ellos son los que desde antes de nacer ya que han guardado gran parte de su amor.
Cuando algo les pasa a sus hijos, ellos sufren, y sufren demasiado, por eso a preocupan de que siempre estén bien, de que no les falte nada.

Por que el amor de los padres es incondicional.

Blindness. En Tu Mirada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora