40. Veinte preguntas.

1.5K 108 16
                                    


Un fuerte y sonoro estruendo me hace abrir los ojos de golpe. ¡¿Qué demonios fue eso?! Siento que mi corazón se me quiere salir del pecho.

– Shh, tranquila. –me susurra con voz tranquila y ligeramente ronca. Su voz ronca es tan sexy.

Cuando trato de sentarme, me doy cuenta de nuestra posición. Al parecer me quedé dormida sobre el pecho de Niall. De nuevo. Debo dejar de hacer eso cuando duermo con él a mi lado. Despacio me separo de él y me siento a su lado.

– Por dios, ¿Qué fue eso? –pregunto aun un poco adormilada. Aunque debo admitir que ese golpe, o lo que sea que haya sido, me espantó el sueño casi por completo.

– Hace un rato que comenzó a llover bastante fuerte. –responde Niall, también sentándose. –A decir verdad, pensé que te despertarías con los primeros tres truenos.

– ¿Está lloviendo mucho? –y justo en ese instante, un fuerte trueno retumba por toda la habitación, haciendo que pegue un brinco.

– Espero que eso haya respondido tu pregunta. –me dice en su tono burlón.

– Eres un tonto. –le respondo sonriendo. Es un ocurrente tan lindo y locuaz.

– Está muy fuerte la lluvia. Al parecer seguirá así hasta mañana por la mañana o por la tarde. No es recomendable salir hasta entonces.

– Por dios, dime que tenemos suficiente comida como para sobrevivir estos días. –Niall suelta una bella carcajada. Tengo que hacerlo reír más a menudo.

– Por eso me encantas, nena. –me dice pellizcando con suavidad una de mis mejillas. –Estoy seguro de que Lorane siempre mantiene llena la alacena, hay suficiente luego de las compras que hicimos.

– Genial. –bueno, una cosa de que no preocuparse. Parece que también está haciendo frío. Un escalofrío me recorre la nuca y los brazos. En definitiva está haciendo frío. – ¿No crees que está un poco fresco?

– Tal vez. ¿Por qué? ¿Tienes frio? ¿Quieres una frazada? Puedo subir la temperatura de la calefacción. O puedo encender la chimenea, aunque tendríamos que bajar. Mejor... – ¡alto!

– ¡Niall! – ¿es que no piensa callarse un segundo? Habla tan rápido que casi no entiendo lo que dice.

– Lo siento. A veces no puedo evitarlo. –dice disculpandose. Ternura.

– No te preocupes. Bajemos a la estancia. Necesito una taza más de chocolate caliente. –y la imagen de la chimenea encendida y al lado tomando una taza de chocolate, me hace querer bajar las escaleras casi corriendo.

– Bien, iré a encender la chimenea, mientras tú puedes preparar las tazas de chocolate.

– Me parece bien. –se pone de pie y camina hacia la puerta.

– Te espero abajo, cariño. –y antes de irse, me guiña uno de sus bellos ojos.

Me encanta cuando tiene esos gestos conmigo. Es lo que he notado últimamente, cuando Niall me dice cariño o coquetea conmigo, ya no me molesta, incluso me parece divertido que lo haga. Si tan solo se pudiera... si tan solo hubiera una oportunidad... Sería grandioso estar siempre con él de otra forma que no sea solo socios o compañeros.

Me pongo de pie y entro al vestidor. Si voy a estar junto a la chimenea con una taza de chocolate caliente, tendrá que ser en mi cálida y cómoda pijama. Me desvisto y me pongo la pijama lo más rápido que puedo, luego bajo las escaleras y entro en la estancia. Niall no está, que raro. Bueno, tal vez fue a buscar algo para encender la chimenea. Salgo de ahí y me voy directo a la cocina.

Viaje Inesperado [N.H.]© Parte#1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora