Capítulo 1

32.1K 1.7K 2.2K
                                    

Basil Lithium

A veces las personas buscan pareja con el fin de llenar el vacío causado por la soledad, desean sentirse amados, acompañados. 

Es tan patético. 

Dependen emocionalmente de alguien más, se desmoronan y caen en pedazos cuando sus amantes los dejan. Jamás podré entenderlos, me parecen ridículos. Soy del tipo de persona que abandona, que no carga con responsabilidades afectivas, no las necesito en mis relaciones. Lo único que necesito es sexo, placer carnal sin amor.  

Mi novio es incapaz de entenderlo, cree que algún día logrará hacerme sentir algo por él. Siempre le fui honesto, desde el principio dije que lo nuestro solo era casual y sin importancia, pero él decidió enamorarse igual. 

Nathan Bellemore es simplemente imbécil, puede llegar a mover montañas por mí cuando sabe que yo no movería ni un dedo por él. 

Mientras los meses pasan y nuestra forzada relación avanza, mis ganas de asesinarlo aumentan. Su personalidad es extremadamente irritante, el sexo no debería costar todo el estrés que me genera estar cerca suyo. El único atributo bueno que tiene es su gran pene, si no fuera por eso ya lo hubiera dejado. 

Ahora estamos acostados en mi cama, las sábanas cubren nuestros cuerpos desnudos. Él me mira suplicante, esperando una respuesta que no pienso darle. Detesto las fiestas, siempre llenas de adolescentes urgidos que escuchan música repugnante. ¿Por qué demonios insiste en llevarme? Ya le dije que no quiero ir. 

—Vamos, cariño —lloriquea, sacándome de mis pensamientos venenosos. Me rodea la cintura con uno de sus brazos, pegándome a su pecho sudoroso—. Te prometo que será divertido, estarán todos mis amigos. 

—Odio a tus amigos —contesto intentando separarme, está demasiado pegajoso. 

—Basil Lithium, vas a venir conmigo te guste o no —demanda sentándose, quedando por encima de mí. Aparto su brazo descuidadamente y le doy la espalda, harto de esta situación—. Llevas días encerrado aquí, las vacaciones de verano terminarán pronto, tienes que salir. 

—Haré lo que me dé la gana—suspiro aburrido, levantando la almohada para sacar mi celular. Lo prendo esperando que brille la pantalla—. Nadie te prohíbe ir, ve tú solo. 

—Pero quiero ir contigo... —susurra con pesar en su voz—. ¿Y si te compro una cajetilla de cigarrillos? 

Mierda, sabe cómo comprarme. 

—¿De mi marca favorita? —pregunto fingiendo desinterés, observando las notificaciones basura que me llegan al celular. Hace dos semanas que no puedo conseguir cigarrillos porque gasté todo el dinero que tenía, su oferta es en verdad tentadora.

—Por supuesto. —Besa mi hombro, siento un escalofrío recorrerme la espalda—. Aunque preferiría que no fumaras, eres muy pequeño para esas cosas. 

—Tengo diecinueve —espeto rodeando los ojos.

—No me lo recuerdes. —Sus dedos acarician mi cintura—. Sigo sin poder creer que estoy en la universidad y tú todavía debes terminar el último año de instituto.

Porque abandoné mis estudios durante dieciocho meses, sino también estaría en la universidad. 

—Apenas nos llevamos dos años, idiota —hablo volteando la cabeza para poder verlo, encontrándome con su mirada. 

No tengo un mal gusto. 

Su belleza es incuestionable, tiene un aura inocente que me hace querer corromperlo. Esos ojos aniñados, de color marrón oscuro, que solo pueden observarme anhelantes. El cabello rubio platino cayendo por su rostro alargado, la nariz ancha repleta de pequeñas pecas, todo combina a la perfección. Pero es el cuerpo formado que tiene lo que me permite soportar su presencia, es demasiado atractivo: piel bronceada cual caramelo, hombros anchos y caderas marcadas, abdomen plano y el maldito trasero bien redondo... Delicioso.

Mentes Frías |BL| ©Where stories live. Discover now