IV

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—vamos hacer un ejercicio de relajación para quitar esta pesada vibra que tienen —tomo la mano de cada joven —ahora ustedes tomen sus manos para cerrar el círculo.

JongIn estiró su mano hacia KyungSoo sin alguna protesta.

—Primero me corto la mano —chillo el ojón.

—la otra opción sería que liberarán su tensión sexual entre ambos y...

—¡de acuerdo, de acuerdo! —grito desesperado.

Por Dios, que descarada mujer.

No le quedó de otra que tomar la mano del moreno con todo el asco del mundo. No le sorprendió el tamaño de las manos de JongIn, era como de una bestia, aunque más cálidas de lo que imagino.

—ahora cierren sus ojos y no los abran por nada del mundo y mucho menos rompan el círculo ¿Me han entendido?

Ambos asintieron, mientras más rápido fuera eso, más rápido se irían a casa y se olvidarían de esa tontería.

Tan pronto cerraron los ojos aquella mujer comenzó a contar una canción que sorprendentemente le pareció bastante relajante. Por otro lado,  a JongIn le provocaba risa. Ni siquiera había permanecido más de un minuto con los ojos cerrados.

Le pareció gracioso ver de ese modo a KyungSoo y era inevitable resistirse a molestarlo.

Con fuerza apretó su mano, aunque al principio trato de ignorarlo en un momento fue tanta la fuerza que abrió los ojos y apartó la mano de un movimiento brusco, simplemente para encontrarse con la sonrisa burla del más alto.

—¿se están relajando? —preguntó la psicóloga aún con los ojos cerrados.

—por supuesto —dijo a regañadientes mientras sobaba su mano contra el suéter.

—pueden abrir los ojos —los dos jóvenes se miraron y tomaron sus manos rápidamente antes de que la psicóloga abriera los suyos, dejando atrás por un momento su molestia.

—¿se dieron cuenta que no fue tan malo? —sonrío al ver a los dos chicos aún sostenidos de la mano —Ya pueden soltarse, niños— se sintió triunfadora.

—¿Ya me puedo ir? —JongIn soltó bruscamente la mano del más enano.

—antes, deben darse un abrazo —los acercó un poco— así quedaré satisfecha y escribiré mi carta al director para que les quiten su castigo.

Eso ya era simplemente para molestarlo, se estaba aprovechando de su cargo y el pequeño poder que tenía sobre ellos.

Empujó a ambos de la espalda para que estuvieran más cerca.
Tragaron grueso y apartaron la vista del otro. Nunca habían estado así de cerca y era extraño.

— rápido, estoy esperando.

¡Al demonio!

Pensó y jaló a JongIn del antebrazo para rodearlo con sus brazos.

Sus ojos se abrieron con sorpresa al momento que escucho los latidos del más alto ¿Era normal que latiera tan rápido? ¿Qué le iba a dar un ataque al corazón?

—o-oye ¿Tienes que abrazarme tan fuerte?

Lo apartó molesto, ni siquiera se había atrevido a devolverle el abrazo pero la psicóloga no protesto por ello.

Los dejo irse prometiendo que la relación de ambos cambiaría.

Maldijo a la anciana por haber provocado aquello, probablemente tendría pesadillas.

En el aula de clases cada uno se sentó en el otro extremo.

Por el resto del día se evitaron completamente y JongIn regreso a casa temprano porque se sentía mal.

🌼

—Sehun, estuviste de voluntario en una clínica en vacaciones ¿Cierto?

Dejó de comer y asintió.

—¿Qué significa cuando a alguien le late muy rápido el corazón?

Se acercó a él confidente.

—en realidad no aprendí muchas cosas. Sólo limpiaba los pisos y llevaba comida a los pacientes, pero... —lo medito un poco —a mí me pasa cuando corro.

—¿cuándo corres?

—¡Sí! Muy rápido —movió los brazos simulando correr.

Pero JongIn no había corrido ¿Y si estaba enfermo?

—tengo que irme, Soo. Iré a ver a Luhan —tomo sus cosas y salió corriendo.

Ni siquiera lo regaño, estaba tan sumergido en sus pensamientos.

Tal vez la tierra ya lo estaba exigiendo. De todas formas nadie lo extrañaría, ni quiera se tendría que preocupar.

🌼


Abrió los ojos, siempre se levantaba antes de que el despertador sonara.

Se estiró y sus hueso dolieron, como si hubiera hecho mucho ejercicio.

Rasco su entrepierna y sintió como su amiguito más grande ¿La pubertad lo está ayudando? Sonrío.

Se levantó aún con los ojos medio cerrados y caminó hasta topar con la pared.

¿Y la ventana?

Dio media vuelta solo para notar que estaba del otro lado. Juraría que la ventana siempre había estado a su derecha.

Sus cortinas eran diferentes, otra cosa rara.

¿Ahora también su madre quería que las cortinas combinarán con las de la casa de los Kim?

Dio la vuelta y notó que no estaba en su cuarto, todo estaba desordenado, la ropa sucia en un rincón y muchos empaques de frituras vacías en el piso.

No le costo mucho darse cuenta que estaba en el cuarto de JongIn.

¿qué hago en su habitación?

Acaso... ¿Durmieron juntos? tapó su boca y miró de reojo su mano que ahora era de un color más moreno.

—¿qué esta pasando aquí? —se dijo así mismo tomándose desesperadamente el cabello y al llevarlo a sus ojos notó que era un poco más largo.

Se asustó demasiado, no estaba en su cuarto y su cuerpo estaba diferente.

Se dirigió al baño para poder mojarse un poco la cara y pensar con claridad. Pero al llevar su mirada al espejo notó que no era su cara, ni su cuerpo.

Estaba en el cuerpo de...

—¡JongIn! —alzó la voz.

¿cómo era eso posible? ¿Tan siquiera eso era lógico?

En ningún documental que vio o libro que leyó, hablaba de algo así.

Pellizco su brazo en un intento desesperado por que fuera una horrible pesadilla.

Le dolió. No lo era.

No se burlen pero es totalmente válido llorar en esos momentos y eso no significa que deja de ser un hombre.

Cuando el sentimiento se bajó un poco, comenzó a mover todo en aquel cuarto para saber qué estaba limpio y ponérselo. De loco se bañaría en ese cuerpo.

Al momento de jalar la camisa del suelo se llevó con ella una manta que estaba sobre un mueble, dejando ver al interior una colección de tarántulas no precisamente pequeñas.

—¿¡Qué mierda!?

🦔

¡Éste No Es Mi Cuerpo! [KaiSoo]Where stories live. Discover now