CAPÍTULO 16.

58.9K 3.3K 406
                                    

—Ve a bañarte, __________, antes de que haga algo para lo cual ningún de los dos está listo. Ven abajo para desayunar cuando hayas terminado.

Me levantó, mirándolo luchar por controlarse.

— ¿Esta Papá en casa? —pregunté.

—No aún —él sacudió su cabeza. —Él regresará la noche antes de la fiesta. Eres mía hasta entonces, ___________¿Puedes manejarlo?

Mis ojos se estrecharon ante su tono de voz, sugiriendo que yo no podría.

—Puedo manejarte cualquier día de la semana —condenada mi boca, gemí ante las palabras que brotaron de mis labios.

Mis labios se torcieron. Ambos nos conociamos mejor.

—Veremos... —NamJoon asintió con la cabeza. —Ve a bañarte. Te dejaré lo que quiero que lleves esta mañana. Han dado a los criados el resto de la semana libre, así que seremos solamente tú y yo por un tiempo.

mordí mi labio al imaginarme estar sola con él, pero no estaba segura si eso era algo bueno o no.

—Ve —me indicó la puerta del cuarto de baño. —Ven abajo cuando estés lista.

Una hora mas tarde bajé por la escalera espiral, con los pies desnudos y vistiendo más ropa de la que yo pensó que él le dejaría para mi, pero decididamente menos de lo que yo querría llevar puesto. El negligé largo, de seda me hacía sentir sexy, femenina. Cubría mis pechos, pero estaba cortado lo suficientemente bajo para que si él los quería sacar, no tuviera ningún problema. No había pantis incluidas, pero la seda negra escondía ese hecho.Yo habría estado incómoda vistiendo algo que me trasluciera.

Su nota de NamJoon había dicho que lo esperaría en la cocina, y allí estaba él. Vestido con pantalones de gimnasia y nada más, su espeso pelo castaño todavía estaba húmedo, y parecía más sexy que lo cualquier hombre tenía derecho a parecer. Y él me estaba sonriendo. Incluso sus ojos estaban llenos de una expresión perezosa, cómoda mientras él colocaba dos platos de huevos, tocino y tostada al lado de tazas llenas de café.

—El desayuno está listo, llegaste justo a tiempo —NamJoon sacó su silla, indicando que yo debería sentarse.

Tomé mi asiento con cautela, el dolor de mis músculos estaba mucho mejor, pero mis muslos y trasero todavía estaban sensibles.

—¿Adolorida? —él posó un beso sobre mi hombro desnudo, produciéndome una sacudida de sobresalto.

Giré mi cabeza, alzando la vista hacia él mientras se enderezaba y se dirigía a su propia silla.

—Un poco —aclaré la garganta.

—Se volverá más fácil —me prometió. —Ahora come. Hablaremos más tarde, después de que hayas terminado.

El desayuno, a pesar de mis dudas iniciales, estuvo lleno de risas. NamJoon era agradable y su humor fácil comenzó a mostrarse. Su ingenio árido me mantuvo riendo ahogadamente y el malvado brillo en sus ojos mantuvo mi cuerpo crepitando, anticipándome lo que vendría, rogando que me penetrara. Mientras mas tiempo él esperaba, más caliente me ponía . No sabía si lo soportaría mucho más tiempo.

Finalmente, después de que los platos estuvieron limpios, él me dirigió por la casa hasta la cómoda sala de estar. Un fuego crepitaba en una esquina del cuarto donde un gran colchón de almohadas había sido puesto.

—Siéntate, tenemos que hablar —él me situó sobre el colchón, luego me hizo recostar sobre mi espalda mientras él se situaba al lado mío.

—Mira, no tengo muchas ganas de hablar —dije frustrada. –Cortemos la persecución aquí, NamJoon. Hay cosas que evidentemente me gustan, que tú disfrutas haciendo. No quiero hablar sobre ello. Solamente hacerlo.

levanté la mirada hacia él, estrechando miss ojos, advirtiéndole que yo también tenía mis límites.

Él solo apoyó la cabeza en su mano, respetándome con una expresión curiosa.






Holaaaaa 💜 perdonen la demora, mas tarde subo un maratón. Hasta pronto~

Tᴇɴᴛᴀᴄɪᴏ́ɴ «𝐍𝐚𝐦𝐣𝐨𝐨𝐧» | 𝐀𝐝𝐚𝐩𝐭𝐚𝐜𝐢𝐨́𝐧 |Where stories live. Discover now