诅咒

27//fine✿

Abrí mis ojos aún con un dolor terrible en el cuello y pecho.

—Despertaste— una voz de una chica de color me hizo buscarla con la mirada, me estaba dando oxígeno manualmente saco la manguera de mi garganta aliviando mi dolor.

—¿Gente de Woodbury?— pregunté casi en un susurro ella asintió, se notaba cansada —¿Qué me sucedió?

—Puedo decirte que has vencido a la muerte— dijo ayudándome a enderezarme— Tu corazón había dejado de latir cuando Javier, el médico de Woodbury, te colocó la manguera pero apareció el chico asiático y no se rindió te dio respiración de boca a boca mientras hizo presión en tu pecho, le importas mucho.

Ambas estábamos sentadas en la cama, y ella se acostó por completo.

—¿Cuál es tu nombre?—pregunté.

—Sasha Williams

—Claro, Te veo siempre con el chico gordito ¿Tyreese? —pregunte.

—Es mi hermano.

—Me enteré lo de su novia, lo siento mucho— dije haciendo que Sasha me diera una sonrisa.

—Eres buena gente, pensé que las chicas de tu edad estaban siendo insoportables pero eres todo lo contrario ¿Has estado aquí con ellos desde el comienzo?

—Sobreviví por mi cuenta, luego me topé con Carl por accidente— sonreí desviando mi mirada de ella— Luego me topé con Daryl, así llegue aquí.

—Ese chiquillo es tu novio ¿no?— preguntó—  ¿Le quieres?

—Demasiado.

Antes de que Sasha pudiera contestar se escucho un disparo seguido de otros. Como pude me levante caminando afuera de la reja, la gente de Woodbury estaba convertida.

Hershel salió de una celda con una escopeta matando a los caminantes.

—Si ven aquí, aquí— escuche la voz de Lizzy llamaba a un caminante.

—Lizzy ven aquí— dije recargandome en la reja pero sólo me ignoro, mientras que un niño de rizos corrió donde estaba con Sasha.

El caminante tiró a Lizzy pero Hershel lo avento lejos.

—Ruby, cuídalos — ordenó Hershel dejando a Lizzy en la celda cerrando la misma.

—¿Sasha?— pregunté volteandola a ver, estaba con una respiración agitada, me acerqué a ella lo más rápido que pude— ¿Puedes escucharme?

Asintió pesadamente.

—Estarás bien sólo resiste un poco más—añadí girandome a donde está Lizzy viendo como Hershel lleva a los caminantes a otra habitación.

—¿Qué les hará?— preguntó Lizzy— Sólo estan enfermos como nosotros ¡Haz algo los matará !

Me acerqué tomándola de los hombros.

—Esas cosas ya no son lo que eran antes, esas cosas; los caminantes matan Lizzy y si tu nos lo matas ellos te matan a ti

Me senté en el suelo tratando de regular mi respiración, cerré los ojos pero el ruido de una reja abrirse me alarmo.

—Ruby — su voz fue un detonante provocando que abriera mis ojos lentamente, Carl estaba enfrente mío con una mochila en su espalda y un arma en sus manos, se acerco a mi dejándose caer de rodillas enfrente mio. —Pensé... Pensé que habías muerto cuando convulsionaste, escuche disparos y no dude en venir con Maggie, no me regañes por favor —suplicó haciendo que soltara una leve risita— Tuve mucho miedo, mucho miedo de verte como un caminante, cuando no vi tu rostro en los cuerpos de ahí afuera me regreso el oxígeno después de estas horas.

Se lanzo a mis brazos aliviando mi dolor. Sonreí tratando de alejarlo de mi.

—Te enfermaras— advertí pero el no soltó el abrazo.

—No importa

Se separó de mi en el momento que Hershel entró a la celda, Carl le dio la mochila y sacaron los medicamentos.

Lo había logrado, había resistido, Carl sonrió supongo que pensando lo mismo.

—Sobrevive— dijo Carl en mi oído mientras que Hershell me inyectaba algo.

—Sobreviviré.

Sasha que ya habían sido inyectada junto con Lizzy, y el pequeño niño me miraba con una sonrisa. Hershel también inyectó a Carl por estar expuesto.

—No me vuelvas hacer lo mismo—advierte Carl.

—No me dejes por los cerdos—contesté.

—Mi papá ya se deshizo de ellos no más Carl el granjero.

—Amaba verte dandole de comer a los cerdos mientras te ocultabas del sol con tu sombrero de shérif— dije con una sonrisa, él se quitó su sombrero para después colocarlo en mi.

—Ya extrañaba hacer eso —contesto —Mi pequeña shérif.

Beso levemente mi frente para luego besar mi nariz, dejandome caer en un sueño profundo mientras que su olor varonil me embriagaba.