NO ES UNA RUBIA MÁS

14. FABULOSA SUERTE.

Cuando entro a la casa, están todas las chicas reunidas en la sala; hablando y riendo. A veces la convivencia es muy buena para ser un montón de mujeres encerradas en una casa con contados baños.

— Llegas tarde Leiks. — La molesta voz de Candace por encima de todas. Esta sentada al fondo en un estúpido sillón, que solo es usado por la líder de la fraternidad. Es decir, ella.

— Sí, tenia cosas mejores que hacer la verdad. — Espetó con mi mejor cara de póquer. Me tumbo junto a Alexia.
— Holaaaa. —

— ¿Qué puede ser más importante que una reunión DeltaAlpha?. — Me mira con una sonrisa en sus ojos. Ella sabe que en mi vida hay cosas mucho más importantes, demasiadas.
Respira profundo Maddie.

— Ver si las abuelitas tienen quien las ayude a cruzar la calle. — Candace rueda los ojos. En realidad es algo que fácil podría hacer o estar en mis cosas que hacer.

— ¿Lista para el partido? _ Susurra mi amiga. Candace se ha enfrascado en la charla con las otras chicas.

— Tan pronto Candace deje de desperdiciar oxígeno. — Alexia se ríe como solo ella sabe hacerlo... ¡Escandalosamente!  Esta chica no sabe reírse con delicadeza. Tiene la sensual risa que se escucha a un kilómetro de distancia. Fácil la podrían usar de alarma. Candace nos mira con ganas de mandarnos a freír espárragos.

— Hay cosas importantes que discutir aquí. — Señala a todo el grupo.

— Y hay una cosa que se llama cerebro allí... — Señaló su cabeza.
— ¡Te invito a que lo uses!. — Sonrió con falsedad. Se escucha el murmullo de suaves risas y uno que otro uuuuhhhh. Candace me devuelve la sonrisa con maldad y eleva una mano.
¿Tiene que sonar esa horrible bocina?
Creo que mis hermosos oídos tienen bastante con su horrible voz chillona, como para agregar más sonidos irritantes. ¡Vamos Dioses! ¿Que les hice? En mi otra vida de seguro mataba cachorros por hobbie, de otra manera no entiendo porque tanto castigo.

— Bueno Deltas... como saben todos los años hacemos la recaudación anual. Y este año para ello haremos... ¡Fanfarrias..! ¡VENTA DE GALLETAS! — Da pequeños aplausos. — Así que hermanas Deltas, si alguna tiene sugerencias para buscar una forma de venta, alce la mano; que aquí nuestra querida Kadie, tomará nota. — Candace estira su diminuta falda de porrista y nos observa a todas con una emoción como si hubiese descubierto la cura para la idiotez.

Que de hecho ella sería la mayor necesitada.

— ¡Yo... yo... a mi! — Grita Kadie a su lado. — Tengo una idea fabulotastica. — Sonríe como idiota. Ruedo los ojos e intercambio una mirada con Alexia. Hay cosas que vivir en una fraternidad me parecen fantásticas pero otras muchas con las que sinceramente no puedo.

— Diversión pura pajarito. — Susurro para que sólo ella me escuche. Alexia cubre su boca amortiguando la explosiva carcajada que amenaza con escaparse de su boca.

_ ¡Que comience la hora de la idiotez y que la suerte este siempre de nuestro lado! — Susurro de nuevo, ahora siendo mi turno de aguantar la risa.

— Tienes la palabra Kadie. — Le informa Candace.

— Bueno, yo pensé... —

— ¡EUREKA! Aplaudan chicas. -/— Exclamó aplaudiendo con efusividad.
— Anoten eso en la bitácora. ¡Si hay vida inteligente! — Todas se ríen.

— Leiks. —  El tono de Candace es de advertencia. Muerdo mis labios obligándome a no responder.

— Lo siento, Kadie. — Le sonrió amable. Aunque hago bromas y son ellas mis principales focos de chistes, jamás lo digo de mala forma ni queriendo hacerlas sentir mal. Es como un juego que tenemos, ellas dicen algo odioso de mi y viceversa. En realidad Kadie me cae muy bien. Es una chica dulce y alegre. Pero tuvo la fantástica idea de ser la mejor amiga de Candace. ¡Y con Candace no puedo! Lo mío con ella viene de hace tiempo.