Primera Parte

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1.1:





Una chica con un futuro provechoso caminó hacia la habitación de sus padres, con una sonrisa y el andar ligero. Utilizaba ropas casuales, dándole un toque relajado. Sus finas pestañas revoloteaban cuando los rayos del sol, que entraban por los grandes ventanales de la mansión, daban directamente a sus grandes ojos color carmesí. 

Amaba su familia y más estar con ella. Le hacía mucha ilusión que estuvieran de nuevo reunidos todos juntos. Estar unidos era lo más importante en este momento. Además, su padre tenía una importante noticia para dar a conocer.

Kuroji, nuestra protagonista, no era una niña mimada, pues la sencillez era lo que destacaba en su angelical rostro, uno digno de admirar. Aunque gracias a su forma de vestir, no se resaltaba mucho. Totalmente diferente a su hermana, Elizabeth. La segunda, tenía una personalidad bastante agria, un aura de superioridad y poca amabilidad. Al ser la mayor, tuvo una educación diferente a la de la menor.

Elizabeth, quien fue criada en Inglaterra, tenía unos modales excelentes, claro, en las reuniones de alta sociedad. Pues esta era cruel con cualquiera que se atreviera a hablarle y no tuviera una buena posición económica. Kuroji, nació en Japón y a pesar de su torpeza, era más amable y tranquila que su hermana mayor.

La mayor de la familia Wakasa había heredado los hermosos ojos verdes de su padre y la cabellera rubia de su madre, siendo delgada y esbelta. Mientras que la pequeña, tenía los ojos rojos de su madre, el cabello lila y su cuerpo aún no se había desarrollado totalmente.  

Dejando en claro la gran diferencia que hay entre las dos, cabe mencionar que se llevan dos años.

Detuvo su paso enfrente de una gran puerta de madera, golpeándola firme con sus nudillos. Seguido de escuchar un tranquilo "Adelante", abrió la entrada y la cerró después de pasar.

— Buenas tardes, hija. — le saludó. La mencionada correspondió, haciendo una reverencia cordialmente y tomando su lugar al lado de su madre, quién le dio un cariñoso abrazo en forma de saludo. Siempre le había parecido que su hija menor era la más tierna. Aunque si se habla de preferencias, adoraba a Elizabeth y más por el gusto que ambas compartían por la moda.

A pesar de tener treinta y cinco años, su madre era hermosa y mucho.

En cambio, en su padre si eran notables los cuarenta años que portaba.

— ¿Por qué estamos aquí? — preguntó Elizabeth. Ambas chicas amaban las sorpresas y más cuando su padre regresaba de un viaje del extranjero.

— Les tenemos dos noticias importantes. — anunció su madre que estaba enterada de toda la situación.

— ¿Cuáles serían?

La pareja sonrió enternecida, pues era la primera vez que ambos las veían tan pequeñas y más por el gran paso que estaban por tomar. Los ojos de ellas, llenos de ilusión al igual que siempre, esperaban en este caso, un regalo costoso o una buena noticia.

— ¡Van a estudiar en un Instituto Nocturno! — gritó emocionada su madre, quién no pudo contener más la emoción de contar.

— ¿Qué? — dijo la mayor, obviamente. — ¡Me van a salir arrugas por no dormir! — se quejó horrorizada, tanteando los extremos de sus ojos.

En cambio, la segunda saltó de su lugar, emocionada y dando pequeños saltos de alegría. Era algo excéntrica en ese aspecto, pero siempre tuvo curiosidad de cómo sería estudiar en un lugar así.

— Te llevaré todos los días al Spa, así no te saldrán arrugas y estarás relajada. — dijo su madre comprensivamente. Recibió un carraspeo por parte de su esposo. — Claro, si haz terminado tus deberes. — murmuró fingiendo un tono autoritario.

— ¿Cuál es la otra noticia? — preguntó, esperando recibir por fin el recuerdo de su padre, que había viajado a México durante dos semanas.

Su hermana, esperaba con falsas ilusiones, que le trajeran una botella de tequila, pues nadie mejor que los mexicanos para preparar esta bebida. Aunque claro, eso era imposible, debido a que era menor de edad y su padre detestaba que probara esas cosas.

— Tienes un prometido. — ambas pasaron saliva y se miraron mutuamente, pues su progenitor estaba mirando hacia su escritorio y su madre, fijamente hacia la menor.

Kuroji se señaló a sí misma, realmente espantada y algo sonrojada. Pues ni siquiera había tenido novio y era virgen en todos los sentidos.

Sus manos temblaron, imaginando un viejo realmente horrible y decrepito, con el que tendría que compartir el resto de su vida.

— No eres la mayor. Es de Elizabeth y tiene diecinueve años. — murmuró con recelo su padre. Él era muy cuidadoso a quién entregaba a sus hijas. — Kuroji, tu irás a la Universidad. — la mencionada levantó los brazos al aire, haciendo un pequeño baile de emoción. Sabiendo que esa era la mejor opción de todas.

No quería ser la mujer de nadie. Y menos tener un dueño.

Ella tenía sus sueños y nadie se los iba a quitar.

— ¿Quién es? — a juzgar por la mirada de su madre, sabía que era un chico con bastante dinero. Ella no le conseguiría un esposo pobre, ¿O sí?

— Pronto lo sabrás. — sonrió misteriosamente ella. 





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¡Hola!

Esta historia va a tener dos partes y cada una de ellas diez capítulos, apróximadamente. Es algo nuevo y espero que les guste.

¡Gracias por leer! :D

Silence [Shu Sakamaki]Where stories live. Discover now