Confesión.

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La alarma empezó sonar, pero antes de que se estirara para apagarla algo detuvo el sonido, se empezó a mover en la cama buscando una nueva posición para volver a dormirse, solo sentía las caricias en su cabello y cuello, le gustaba las sensaciones.


"Despierta mi niño"


Esa voz, había regresado y le daba mucha felicidad, era la única que le hablaba y de que estuviera de regreso escuchándola, lo hacía muy feliz, como le había dicho esa voz, se sentó en su cama sin abrir los ojos, se frotaba los ojos tratando se abrirlos.

Se levantó de la cama y fue directo al baño, cuando llego espero que el agua se calentara, dejando que el agua cayera en su cuerpo, cada gota era lenta en caer en su cuerpo, acariciándolo y sintiéndose bien por las sensaciones que le proporcionaba.

Se puso enfrente del espejo, colocándose la corbata, los recuerdos de ayer llegaron a su mente, ¿Quién era ese señor? ¿Por qué lo trataba tan amable? Aunque debía admitir que le gustaba las atenciones.

Bajo las escaleras y se encontró una nota pensando que era de su padre pero era del desconocido de ojos azules:


"Buenos días, te prepare el desayuno, sé un buen niño y come, iré por ti a la salida, nos vemos"


Entonces lo que había pasado ayer ¿Era verdad? Pensando que había sido un sueño, un sueño tan hermoso pero había sucedido, le hizo feliz y más si ese hombre iba a ir por el a la salida, tomo su desayuno que le prepararon, comió en la mesa.

Cuando termino, dejo el plato en la cocina, se lavó los dientes, tomo su mochila y se la coloco en su hombro, se fue a la escuela.


Se preguntaba si ese hombre iría o no, tal vez lo había escrito por algo, pero trataba de no hacerse ilusiones, cuando él estaba en la primaria, él era muy pequeño para regresar a casa, su padre tenía que pasar por el pero tardaba horas y horas, su salida era a las doce del mediodía, cuando se daba cuenta que su padre no vendría, ya eran las seis y con mucho temor se iba a pie a su casa.


Llego a su salón y se sentó en su lugar, escuchaba las pláticas de sus compañeros que decían que hoy sería el funeral del chico que había desaparecido, que su madre estaba muy mal y que su padre estaba haciendo todo solo.

Las clases empezaron y los maestros recordaban que habían encargado tareas, Mauricio a veces hacia tarea y otras veces no, pero esta vez cuando reviso si la había hecho, abrió su libre y efectivamente, la había hecho pero no recordaba cuando la hizo.

Las horas pasaron con el cambio de clases con sus respectivos maestros, cuando sonó el timbre de hora de receso, tomo su dinero y fue por su comida.

Veía al cielo, pensando en ese hombre que lo había invitado a cenar esos deliciosos postres, le agradaba y lo extrañaba en esos momentos, pero recordó solo sus ojos y ese cabello rubio, no le había preguntado su nombre, pero él tampoco le había dicho el suyo, se propuso que hoy se presentaría a ese hombre y serian bueno amigos.

El receso termino, así como las clases, cuando todos salieron del salón, tomo su mochila y salió pero este día era diferente, todos estaban y ayer estaba abandonado, era extraño, camino hacia la salida y todos estaba amontonado en la entrada.

El. (Yaoi/Gay/Mpreg)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora