Sucesos.

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Anoche había llegado tarde, exactamente a las tres de la madrugada fue cuando llego a casa, subió las escaleras y vi a su niño todavía dormido, no solo había matado al prisionero, sino también a otras personas que habían salido que eran culpables, pero la evidencia no era suficiente y los dejaron libres.


Las caricias que le proporcionaba el mayor era lo que lo levantaba en las mañanas de un buen humor, se volvió a acomodar en su torso, mientras sentía esa calidez tan temprano.

Se sentó en la cama y se levanto, se puso de pie, se tambaleo y cayó al suelo.

– Mauri – se levantó alarmado Ángel, lo cargo y lo puso en la cama.

– Lo siento, me había mareado cuando me levante – dijo sonriéndole.

– ¿Te raspaste en alguna parte? – pregunto revisando todo su cuerpo.

–No, no, estoy bien – le sonrió y río un poco viendo al demonio alterado, sintió cuando lo abrazo.

– Me asusté mucho – susurró, Mauri acaricio su cabello rubio tratando de tranquilizarlo.

– Estoy bien... – se separó de él. – Vamos a bañarnos.

Propuso pero cuando se iba a poner de pie, el mayor lo cargo y lo llevo al baño, Ángel estaba más al pendiente de él, sus sombras andaban intranquilas que de costumbre desde que había llegado, lo había dejado pasar pero ahora estaría más al pendiente de su niño.

Lo puso en la tina y se puso detrás de él, lavaba su espalda y el menor recibía los mimos desde tan temprano, no sabía ni la hora que era, cuando terminaron de bañarse, Ángel lo recargo en el lavabo y le secaba el cuerpo, cuando ya estuvieron secos, fueron al cuarto, primero se vistió el mayor y después le puso su uniforme a su pequeño.

– ¿Qué quieres de desayunar? – pregunto mientras bajaba las escaleras, no lo dejaba caminar.

– Solo unas barritas, no tengo tanta hambre – comento y el mayor negó.

– Tienes que comer mi niño, debes ser grande y fuerte – hizo reír al menor.

– Está bien...

Después de que comiera el menor, por poco Ángel lo carga para llevarlo a la escuela, pero Mauri se abstuvo diciendo que estaba exagerando.

Iban de camino a la preparatoria, cuando llegaron, él se despidió del menor y lo vio entrar, le sonreí cuando este volteaba para ver si ya se había ido, pero el seguí ahí, el día era soleado y muy raro, en esa ciudad casi siempre estaba nublado.

– Cuídenlo – chasqueo los dedos y de su sombra salieron más de veinte sombras, que se dispersaban por toda la escuela, nadie las veía.

Las clases comenzaron, él estaba sentado en su lugar y mientras el maestro anotaba en la pizarra algunas problemas, el las veía borrosas, se quitó las gafas para limpiarlas pero seguía viendo borroso, se sentía mareado, parpadeo un par de veces y se frotaba los ojos, se sentía débil desde que se había levantado.

Las clases pasaron y se compró su almuerzo aunque no comió, estaba viendo como la luz del sol traspasaba por las ramas y hojas del árbol que le daba sombra.


"¿Te sientes bien?"

– Si, solo un poco mareado, no te preocupes – vio como sombras salían de los árboles, moviéndose de un lado a otro.

"A la salida iremos al médico".


No le gustaba que su niño se sintiera mal, pensaba que se había pasado esta vez, no quería perderlo, prefiría que lo revisaran para ver como esta su salud.

El. (Yaoi/Gay/Mpreg)Tempat cerita menjadi hidup. Temukan sekarang