Capítulo 24

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Ódienme. No me arrepiento de esto.
-Italy
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Había pasado ya un mes desde que Lauren había dejado en paz a Camila.

Las pesadillas de Lauren trataban sobre el momento en el que Camila había salido del auto corriendo, pero no tenía caso que la ojiverde la buscara, pues le había jurado ya algo.

Camila amaba a alguien más, se lo había afirmado con sus propias palabras.

Ese día llegó a casa y cayó sobre el sofá. Se sentía muy débil y apenas podía caminar, así que no entendía cómo había llegado si quiera a la puerta de su apartamento. Lo único que sabía, era que cada día se sentía más enferma, aunque trataba de ignorarlo.

Camila, por otro lado, habló con sus amigas acerca de que ya no dejaría la universidad, así que ya no tenían que ayudarla a idear un plan para decírselo a Austin, o a sus padres.

Ese día había peleado con Becky, pues se había enterado de que la ojiazul ayudaba a Lauren, sin embargo, la perdonó y siguieron con sus vidas normales.

Lo más normal que Camila y Lauren podían llevarla, al menos.

Ambas sentían el gran vacío al estar separadas, pero no había nada por hacer ahora.

Todo había terminado ya. Eso fue lo que creyó Camila.

Su relación con Austin seguía avanzando como cualquier relación, y llegó un momento en el que el chico castaño aceleró el paso.

Camila no estaba segura de cómo reaccionar, pero no sabía que esa semana sería la que cambiaría el giro de toda la historia.

Era martes, y las clases habían comenzado, pero Lauren iba retrasada, aunque realmente no le importaba. 

Últimamente ya nada le importaba. De igual forma Dinah, Normani y Ally ya no le hablaban, así que sólo tenía el apoyo de Vero y Lucy, e incluso tal vez el de Becky y Troy. 

Tenía que recoger unas cosas en su casillero, así que de mala gana fue a este, que estaba a un lado del cuarto de intendencia.

Al cerrarlo, escuchó unos ruidos muy extraños, y al poner más atención se dio cuenta de que se trataba de los gemidos más falsos que había escuchado en toda su vida, más bien sonaban como gemidos de auxilio.

Notó que venían del cuarto de intendencia, así que decidió abrir la puerta, encontrándose con una sorpresa.

Dicen que la curiosidad mató al gato. Lauren comprobó lo cierto que era ese dicho.

-Vaya doctor, qué bien revisa a sus pacientes.- fue lo que Lauren dijo a Austin, quien besaba salvajemente el cuello de Camila y no se había dado cuenta de la presencia de Lauren.

Al escuchar la voz de la ojiverde, Camila aventó al castaño lejos de ella.

"Soy yo quien debería tocarla así, pero con la delicadeza con la cual merece ser tratada" pensó Lauren, pero no sabía que Camila la había escuchado.

-Lauren... Yo... Yo...- trataba de hablar Camila, quien tenía la respiración demasiado agitada, el rostro enrojecido. Cuando Lauren prendió la luz, notó las marcas en el cuello de ésta, las cuales estaban demasiado rojas que parecían dolorosos moretones.

-Deberías estar en clases, Lauren. - regañó Austin.

-Creo que ustedes también, pero comencé a sentirme mal y decidí buscar al doctor. La profesora me dijo que podía buscar a un estudiante de medicina, pero si vas a revisarme de esa manera, entonces prefiero ir a casa y esperar mi lecho de muerte.

What About Angels? (Camren)Wo Geschichten leben. Entdecke jetzt