Prólogo

607 55 13
                                    

Una figura alta se asomó entre las sombras, su sonrisa era escalofriante y sus esmeraldas solo podían ver al chico atado en la mesa del pequeño cuarto.

Sacó un cigarrillo y lo encendió dando una profunda calada para luego expulsarla sin borrar esa macabra sonrisa, pronto el aire se tornó pesado indicandole al chico que no estaba solo.

El de rizos chocolates posó una de sus enormes manos en el muslo del hombre, éste se tensó y su respiración se aceleró de sobremanera. Se encontraba atado de manos y pies, incluyendo que en sus ojos se mantenía una venda y solamente lo cubría un boxer. El ojiverde dio otra calada para luego pasar las yemas de sus dedos por la piel ajena.

--Cómo te llamas? --preguntó de repente. El rubio no contestó, pasó saliva sonoramente pero aún así se atrevió a preguntar:

--Qué quieres de mí? --susurró nervioso, pues cada vez sentía una mano más cerca de su entrepierna.

--Eso no responde a mi pregunta. --dijo el hombre misterioso lanzando el cigarrillo hacia alguna parte del lugar.

--No te lo diré. --contestó firme. La única prenda que lo protegía fue arrebatada con fuerza dejandolo completamente desnudo.

El sonido de una cuchilla hizo que el terror se apoderara de su cuerpo. Empezó a forcejear pero no obtenía ningún resultado.

--Cariño, no me hagas obligarte a hablar. --murmuró con tono serio. Su corazón palpitaba, tanto que podía escucharse. Aún así, permaneció en silencio.

De pronto, un fino corte ardió sobre su abdomen, chilló de dolor. Sintió otro con la misma magnitud pero esta vez de forma vertical; conectando con el anterior. Era un dolor insoportable, una lágrima resbaló por su mejilla y tembló un poco.

--Niall!! Me llamo Niall!! Por favor... detente...--gritó desesperado moviéndose hacia todos lados.

--Hermoso hombre, hermoso nombre. --dijo el rizado haciendo un último corte conectando igualmente con el anterior, el rubio volvió a gritar esta vez sollozando.

Sentía la sangre bajar hasta su pelvis y un tremendo escozor en el vientre. El causante se alejó con su sonrisa maliciosa dibujada, observando la "H" ensangrentada.

--Ahora, dejame presentarme. Soy Harry, el coleccionista de hombres. --acto seguido desabrochó su pantalón, liberando su exagerado miembro.

Lo único que se escuchaba fuera de la habitación era un llanto desesperado clamando ayuda, mientras que un fornido cuerpo lo embestía con fuerza.











Esta historia estará próximamente...

El Coleccionista de Hombres {Larry, Narry, Zarry, Lirry}Where stories live. Discover now