Capítulo 2: El sueño.

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Al despertarse, Ángel se encontró con su casa completamente en silencio y un hambre atroz que le revolvía las tripas.

Tomó fuerzas para levantarse y caminó hasta la heladera que se encontraba completamente vacía. Al percatarse de esto gritó ¡mamá no hay comida, tengo hambre! Pero no hubo respuesta alguna.

Recorrió la gran casa de arriba a abajo pero no encontró ni un alma, sólo la extraña sensación de que lo observaban. Fue así que decidió llamar a su madre con su viejo celular, pero la señal estaba muerta lo que le pareció muy extraño.

Se vistió, tomó fuerzas y salió a la calle a buscar algo para comer. Ya en la calle, luego de caminar unos 50 metros se percató al mirar a los lados que todas las casas eran absolutamente igual a la suya y un escalofrío del más puro desconcierto le recorrió cada centímetro de piel.

Corrió, corrió y corrió hasta caer rendido en el frío pavimento víctima del más fuerte cansancio que había sentido en su vida por cualquier esfuerzo físico.

Tuvo que tomarse unos minutos para retomar fuerzas y valor para continuar buscando una salida de ese horrible laberinto.Siguió corriendo por horas y horas. Casi rozando la locura se resignó a entrar a una de esas casas a buscar ayuda o al menos refugio. Atravesó el patio de una sola carrera y golpeo la puerta la cual se abrió con la sola fuerza de su pequeño golpecito.

Ya dentro de la casa se dio cuenta que no estaba como la recordaba sino que parecía que 100 años la habían golpeado con fuerza, las paredes estaban aún más deterioradas, todos los muebles estaban cubiertos de polvo mugre y telarañas. Incluso cada portal parecía haber sido sofocado por las llamas del infierno por la cantidad de hollín que acumulaban.

Empezó a recorrer la planta baja cada vez más aterrado por la sensación de que alguien lo observaba desde cada rincón posible, no encontró nada ni un alma solo unas enormes hormigas negras que se comían una vieja rosa en el florero.

Entonces decidió subir la escalera que parecía eterna, siendo observado por una enorme cantidad de cuadros familiares que parecían haber sido parcialmente quemados.

Al llegar a la planta alta se dirigió a su habitación en donde se escuchaba el incesante rechinar de la mecedora de su abuela. Cuando logro ver a la vieja señora por la puerta se dio cuenta que estaba tan cubierta de polvo como el resto de la casa y mirando hacia una pared gris.

Ángel se tranquilizó al ver que no estaba solo en ese horrible lugar y le tocó el hombro suavemente. Su abuela giró la cabeza lentamente mientras decía;

-tu también los sientes ¿no es así Ángel? Yo puedo verlos querido.

El observaba la cara de su abuela horrorizado cuando se dio cuenta de que no tenía cuencas oculares y su boca que estaba cosida se estaba deshilachado mientras pronunciaba esas inquietantes palabras.

De repente algo lo tomó del tobillo jalándolo hacia la puerta que se encontraba en llamas, entre gritos y lágrimas despertó de ese horrible sueño que más que sueño era una horrible pesadilla.


MercurioWhere stories live. Discover now