Capítulo 4

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Astrid estaba caminando hacia su trabajo viendo su celular, cuando de repente, siente que alguien le toca el hombro, ella se giró y vio que era Hipo.
-Hey Astrid- dijo Hipo
-Hola- responde ella
-Oye, ¿segura que no quieres que nos demos una oportunidad?- le preguntó él poniéndose las manos en sus bolsillos delanteros de sus pantalones.
-Ya te dije que me gustan los hombres independientes- dijo Astrid fastidiada
-Pero vamos, yo si pago cuentas y...- dijo Hipo, pero Astrid lo interrumpió
-¿Cuáles? ¿Las de tu auto? Pero eso es muy fácil- dijo con un tono burlón- En cambio tú no tienes que pagar la luz del agua, la luz, el arriendo, el gas.
-¡Vamos! Dame una oportunidad- dijo Hipo tomándola de las manos- Demos un paseo
-Tengo una reunión- intentó excusarse separándose de Hipo, pero envés de eso, él la sostuvo más fuerte.
-Dejame mostrarte que estas equivocada- le dijo el castaño tiernamente acariciándole las manos- Dame una oportunidad

Astrid sólo sonrío tímidamente y dijo sí sonriente.

Subieron al auto y se dirigieron a un lugar desconocido para la rubia, pero el castaño, lo conocía de esquina a esquina. Llegaron, bajaron del auto y tenían vista a la playa.
-¿Donde estamos?- preguntó Astrid sentándose en una banca
-En mi lugar favorito- respondió Hipo sentándose al lado de ella- Y....cuentame de ti

Conversaron por más de una hora, de sus gustos, pasatiempos, trabajos antiguos, anécdotas, hasta que llegó el tema de por qué Hipo no se iba de la casa de sus padres.
-¿Por qué no te vas?- preguntó Astrid- ¿No te gustaría tener una casa para ti sólo? ¿Tener privacidad?
-Tal vez para mí vivir solo sea un regalo, viviría al máximo, viviría relajado- respondió él
-¿Y por qué no te vas?-
-Por mis papás-

La rubia abrió los ojos de golpe, ya que no se esperaba una respuesta como esa.
-¿Qué, tú creías que era por comodidad?- le preguntó burlón

Ella asintió.
-Nada que ver. Es porque no quiero que estén solos, ¿y si les pasa algo? Ellos ya están viejitos y quién sabe- dijo Hipo- El día de mañana
-Te entiendo- dijo Astrid tímida, porque ella pensaba mal de él.
-Astrid, dame una oportunidad- le suplicó Hipo cambiando de tema tomándola de las manos.
-Sí-

Él comenzó a acercarse lentamente hacía su cara, Astrid cerró sus ojos y su corazón latía con fuerza al igual que el de Hipo. Sus respiraciones chocaban, ambos se acercaron un poco más y al final...se besaron.

Contratada (hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora