Extra 2

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-Vamos, cachorro, quedate quieto- decía una rubia persiguiendo a una cría de perro negro.
-Te dije que era demasiado rápido, My Lady- decía un castaño en tono burlón por lo que estaba viendo
-Ayudame, se supone que eres mi esposo, ¿no deberías ayudarme por lo menos un poco con este problema?- le reclamó Astrid desde el piso, puesto que se había caído intentando atrapar a ese perro
-Sí, pero tú fuiste terca y no me dejaste ayudarte desde un principio-
-Pero eso fue en el pasado, ahora ¡ayudame!- dijo levantándose del suelo
-Ya, ya, My Lady. No se altere- dijo Hipo levantándose de su silla para intentar ayudar a su amada esposa, la cual estaba terminando de levantarse

El castaño observó a todas las direcciones en busca del cachorro, o como él lo había nombrado, Chimuelo, porque sus dientes recién estaban comenzado a salir. Cuando fijó su vista hacia la izquierda, lo encontró debajo de un mueble que sostenía algunos libros. Se dirigió hacia allí, se agachó, lo tomó en sus brazos y le acarició la cabeza mientras se levantaba con el perro.
-PQD- dijo Astrid acercándose a ellos con la cara confundida
-¿PQD?- preguntó Hipo para saber lo que le estaba diciendo su esposa.
-Pero qué demonios, ¿cómo hiciste eso?- le dijo ella mucho más cerca

Él sólo le dió una sonrisa burlesca y se encogió de hombros.
-Tengo un don con los animales- dijo el castaño
-Tienes que enseñarme a hacer eso si quieres que está cosa- dijo refiriéndose a Chimuelo- Se quede con nosotros, y tú quieres que eso pase, ¿verdad?

Y la rubia había dado justo en el clavo.

El oji-verde abrió sus ojos muy grande, y puso una cara asustada, su esposa no podría hacerle eso, ¿cierto?
-Calma, soy una animalista total, si no lo recuerdas cuando era pequeña fui a apoyar a los animales en marchas, buscándoles un hogar a los que abandonaban, y también tenía una cotorra, Tormenta- dijo la oji-azul
-Ah, fiu, jeje- dijo el castaño nervioso
-Tonto, chico dragón, simplemente tonto-

Entonces, de un momento a otro, se empezó a escuchar el llanto de un bebé desde el otro lado de la casa.
-Oh, oh. Al parecer Estoico se despertó, iré a verlo- dijo Astrid- Mientras que tú, dale de comer a Chimuelo.
-Le dijiste Chimuelo- dijo Hipo con voz soñadora
-Él es Chimuelo- dijo ella riéndose, mientras caminaba hacia si hijo que estaba en la otra habitación.

Hipo sonrío a su esposa, cuánto la amaba, no podría encontrar a alguna chica como ella, no la cambiaría por nada del mundo. Vio hacia abajo, donde estaba Chimuelo durmiendo cómodamente. Le acarició un poco la cabeza y este se asustó.
-Tranquilo amigo, puedes confiar en mí- le dijo Hipo dirigiéndose hacia la cocina para darle de comer a ese lindo cachorro.

Nota de autora: Taraaaa....no sé, les gustó? No? Lo detestaron? Eh? Quién soy? Quiénes somos?Mis preguntas son muy estúpidas? Tal vez.... Bueno ahora la verdadera pregunta es... Quieren segunda temporada? Lo estuve pensando y si dicen que sí, posiblemente lo haga, bueno , hasta aquí quedé, tengo sueño. Y otra vez gracias por leer esta historia..
Nos vemos!!!

Contratada (hiccstrid)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora