Apocalypse| twd

Capítulo 33

"¿Cuánto quieren apostar a que seré el que mas tiempo camine por los rieles?" Fueron las palabras exactas de Carl para que Michonne y yo aceptemos su desafío y comencemos a caminar sobre las vías de tren que marcan nuestro camino a Terminus. Hemos estado al menos una hora y media haciéndolo, y aunque mis pies duelen por no pisar un suelo plano, no me aburro ni me canso de jugar junto con la morena y el chico. Me mantiene concentrada en algo que afortunadamente no es la inminente muerte y el peligro que nos rodea.

-Tenemos agua para tal vez un día mas y...- La voz de Rick habla con nosotros, pero aunque sus palabras llegan a nosotros, ninguno le presta demasiada atención, tanto así que él voltea y sonríe con su ceño fruncido.- ¿Qué están haciendo?- Le sonrío como una niña pequeña, y espero que alguien mas de la explicación.

-Ganando una apuesta.- Dice Carl y río un poco.

-Eso quisieras.- Digo y Michonne me secunda.

-Ganaré esto.- Dice la morena con una sonrisa bailando entre sus labios.

-No lo creo.- Carl le responde de igual forma.

-Sigue pensando eso, porque en unos minutos ¡Carl!- Ella grita haciendo el intento de asustarlo, sin lograrlo en lo absoluto, ya que él solo la observa con una sonrisa triunfante, mientras ella pierde el equilibrio y cae.- Está bien, me vencieron.-

-Tenemos que desempatar.- Dice Carl con una ceja alzada.

-Claro que no.- Digo y lo empujo un poco para que caiga.

-¡Oye!- Exclama y suelto una corta carcajada.

-¿Lo ves? Yo gané.- Él ríe, y Rick también lo hace. Que extraño se siente esto, hacía tanto que no compartía una verdadera carcajada con nadie.

-¡No es cierto! ¡Hiciste trampa!- Me reclama Carl y no puedo evitar reír otra vez.

-Está bien, es cierto, hice trampa.- Digo soltando un suspiro y golpeando con suavidad el sombrero de sheriff que Carl lleva en la cabeza.

-Paguen.- El chico ordena con una sonrisa juguetona en el rostro, y obedezco a regañadientes. Descuelgo la mochila que llevo en el hombro, la pongo sobre el suelo y rebusco en ella la barra de chocolate, que de seguro está algo rancio, y que era la única que había encontrado en bastante tiempo, y se la tiendo a Carl, quien la toma con aires de victoria, y me saca la lengua.

-Eso no es justo, es el último Snickers que quedaba.- Reprocha Michonne, y yo me encojo de hombros con gracia.a lo que yo solo río. Estoy dispuesta a continuar, pero Carl me detiene.

-Hey, toma.- Dice tendiéndome un pedazo de la barra que ha ganado. Dudo de si aceptarlo, ya que después de todo, la ha ganado, y de seguro tiene mucha hambre, pero el me alienta.- Vamos, sé una buena perdedora.- Comenta riendo, muerdo mi labio inferior para no soltar otra carcajada y tomo el pedacito de chocolate que el considerado chico ha compartido conmigo, quien luego parte otro mas y se lo da a Michonne. Pongo el chocolate sobre mi lengua, y decido no morderlo, sino saborearlo hasta que se deshaga en mi boca, porque estoy tan hambrienta que debo aprovecharlo al máximo.

Luego de ésto, todos seguimos caminando tranquilamente. Nos faltan al menos dos días para llegar al destino de nuestro viaje: Terminus. Si todo sale bien, este lugar nos brindará refugio, comida, agua, y todo lo que necesitamos para sobrevivir, será algo así como formar parte de una nueva comunidad, como la de la prisión, y pensar eso me agrada, pero si todo sale mal, no se qué puede llegar a pasar, y me aterra pensar que tal vez sea peligroso llegar allá. Uno de los factores que contribuyen a que quiera ir a Terminus es el hecho de que si todos los rieles llevan a allí, es muy probable que el resto de nuestro grupo se encuentre allí, Maggie, Glenn, Beth, Sasha, Tyreese, Daryl. Aún no sé que pensar acerca de él. Tanto tiempo lejos me hace esforzarme cada vez que intento recordarlo, su voz, o los pequeños detalles que antes me parecían tan importantes, y que ahora parecen comenzar a esfumarse de mi mente poco a poco. No quiero olvidarlo, a nadie en realidad, no quiero dejar de pensar en él y en las posibilidades de que aún esté vivo y buscándome, pero a la vez, no puedo dejar de pensar que debo pasar la página, antes de que sea demasiado tarde.