03. Flechada

10.1K 652 99
                                    

Estoy congelada mirando directamente a los ojos de Erick tratando de descifrar su expresión. No tengo idea de si está enojado, divertido o avergonzado como yo justo ahora. Solo permanezco inmóvil como una tonta que ha sido atrapada haciendo algo malo.

—¿Kendall? ¿Kendall, estás ahí? —la voz de Hanna suena en mi celular y me saca de mi estado de shock.

—Yo... te llamo luego —digo nerviosa sin dejar de mirar al profesor y corto la llamada.

—¿Y entonces? —pregunta Erick, ahora cruzándose de brazos, expectante por una respuesta que no se me ocurre.

—Es de mala educación escuchar conversaciones ajenas —me atrevo a decir.

¿En serio yo dije eso? Bueno. Bien por mí.

—Lo sé, solo vine porque la clase de Tony ya terminó, —sonríe y comienza a acercarse hasta mí. —Pero cuando una conversación me incluye a mí, —se queda parado justo al frente mío y me quita el vaso de agua de mis manos. —Es interesante quedarse a escuchar y deja se ser mala educación —sonríe una vez más y luego bebe lentamente el agua, casi como si quisiera provocar algo en mí.

Dios santo, esta podría ser la perfecta escena para un comercial de agua embotellada... hasta imagino la música de fondo, Earned it de The Weeknd. Realmente no sabía que un hombre podía verse tan sensual bebiendo un tonto vaso de agua.

Cuando termina, me devuelve el vaso vacío y veo que la coqueta sonrisa aún no desaparece de su rostro. Su mirada ahora es un poco más oscura y sus ojos se clavan en mis labios.

¿Estoy soñando? Si, quizás me caí por las escaleras y ahora estoy alucinando.

—Señorita Kendall —dice con voz grave. Su voz es tan sensual que hasta derretiría a la Antártida.

—¿Si? —digo temerosa y siento que verme así de asustada le gusta.

—Me gustaría saber si tiene planes para esta noche —apoya una de sus manos en el mesón que está detrás de mí dejándome casi sin escapatoria. Sí, definitivamente estoy soñando o me morí. No queda otra opción.

Este bombón de hombre no puede estar coqueteando conmigo. Imposible.

—¿Qué? –pregunto incrédula, con los ojos muy abiertos.

—Planes –repite como si fuera obvio.

—Yo... Tengo que cuidar a Tony durante todo este fin de semana –muerdo mi mejilla interna tratando de calmar mis nervios. No sé hacer esto. Menos con alguien que parece un experto en el tema.

—Cierto, el viaje de trabajo de Rita... —dice recordando nuestra breve conversación telefónica de ayer. —Me hubiese gustado escucharla hablar un poco más sobre mis hermosos ojos azul grisáceos y de su plan para hacerme suyo —me guiña un ojo divertido y ahora se aleja un poco de mí.

Adiós a mi cordura. Creo que ya ni siquiera estoy respirando. QUE PUTA VERGÜENZA.

—Señor Bomer, todo fue un mal entendido, —dejo el vaso a un lado y me abrazo a mí misma tratando de protegerme. —Yo...

—Tranquila, —él suelta una pequeña carcajada relajado. —Suelo escuchar cumplidos así.

Menos mal que es humilde.

—Aunque admito que jamás los había escuchado de alguien que parece ser tan joven —sonríe y se vuelve acercar a mí para acariciar sutilmente mi mejilla.

Su contacto con mi piel hace que me estremezca por dentro. Esto es nuevo... jamás me había sentido tan nerviosa con un hombre. ¡Jamás!

—¿Cuántos años tiene, señorita Kendall? —él mira mis labios otra vez y siento que mis piernas tienen menos fuerza.

Our Little Secret [Matt Bomer / Joe Jonas]Where stories live. Discover now