Our Little Secret [Matt Bomer / Joe Jonas]

07. Daddy

—¿Y qué dices? —Erick me observa impaciente, con una sonrisa discreta.

Dios... Definitivamente esto no estaba en mis planes para esta noche... ¿O sí?

—Erick... yo... —muerdo mi labio nerviosa. —Me gustaría quedarme, –sonrío pero me siento insegura otra vez. –Pero quizás podríamos ir con más calma... —vuelvo a sonreír tímidamente y él asiente.

—Como tú quieras, preciosa —acaricia mi mejilla. —Pero no sabes las ganas que tengo de besarte ahora mismo —mira mis labios con deseo y siento que muero por dentro.

Ay, que más da. Solo se vive una vez.

—Espero no arrepentirme de esto luego...

Y sin decir más, lo beso como nunca antes había besado a alguien. Claro, tampoco es que haya besado a tantos hombres antes, pero ya saben a qué me refiero.

El sabor de sus labios en mi boca es perfecto, es delicioso, caliente. Su beso tiene un leve sabor a alcohol que ahora también se mezcla con el café que estábamos tomando hace un rato.

Impulsivamente enredo mis manos detrás de su cuello y lo atraigo aún más hacia mí. Erick sonríe sobre mi boca y luego nuestras lenguas se tocan al fin. Siento que mi cuerpo de pronto es gelatina.

Sus manos están en mi cintura y me atrae hacia él al mismo tipo que el beso aumenta su intensidad.

Él camina un poco hacia atrás y cae sentado en el sofá en el que antes habíamos estado, separándonos de manera repentina ya que yo pongo mis manos en el respaldo y evito caer a horcajadas sobre él.

Sus ojos azules me miran con deseo hacia arriba.

—¿Quieres jugar un poco, pequeña? —dice con su voz un poco agitada y acaricia la parte de atrás de mis piernas.

Mierda.

¿Qué estoy haciendo?

Estás disfrutando de tu juventud, dice mi conciencia que vuelve a resonar fuerte en mi cabeza. ¡Relájate, Kendall!

A veces puedo ser muy intensa y controladora conmigo misma, y otras, demasiado relajada y flexible. Realmente no sé cómo actuar ahora, solo sé que quiero a Erick y que no dejaré pasar la oportunidad.

Asiento con mi cabeza y Erick se sienta un poco más erguido.

—Una pierna a cada lado –dice tan autoritario que su simple voz me da escalofríos. Escalofríos que bajan por toda mi columna vertebral, así de cliché.

Hago lo que él me pide y levanto un poco mi ajustado pero elasticado vestido para sentarme sobre su regazo. Una pierna a cada lado, como él me lo ha pedido.

Erick acaricia mis muslos suavemente desde la rodilla hacia arriba, por debajo de mi vestido, y al hacer esto hace que me estremezca otra vez por completo. Mientras, él vuelve a besarme tierna y lentamente en los labios. No puedo creer que esto me esté pasando a mí, a la tonta que no le interesa en lo absoluto el amor o las relaciones o si quiera el contacto físico.

—Eres hermosa, Kendall... —sonríe y pone un mechón de cabello detrás de mi oreja. —Sé que estoy siendo bastante repetitivo al decírtelo, pero hablo en serio —acaricia mi mejilla sonriendo y beso su pulgar.

—No puedo creer que tan solo nos conocimos hoy –río incrédula y él me da un pequeño beso en la nariz. —Y ni siquiera digamos que nos conocemos tanto —enarco una ceja y ahora ambos reímos.

Mi pelo corto a veces es un problema, por ejemplo en estos momentos, está alborotado y muchos de mis cabellos están en mi cara. Erick los quita suavemente de mi rostro y sonríe otra vez.