❀ ; Capítulo 4

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Dedicado a NiallyAlondraHoran

Ir en busca del pequeño muchacho ya se había convertido en costumbre para mí. Mi vida diaria era un bucle: me levantaba, iba a la universidad, comía, buscaba al pequeño (el cual siempre desaparecía), dormía y así una y otra vez.

Necesitaba hallar de una vez por todas la respuesta, necesitaba saber qué era y por qué estaba aquí. Ya no podía aguantar más, hoy era el día en el que averiguaría la verdad.

Hice el mismo recorrido de siempre, me metí en el bosque y esperé sentado en el suelo. Este bosque era casi intransitado, por lo que no había ningún lugar de descanso donde poder sentarte.

Tan solo pasaron dos minutos cuando el lindo muchacho se me apareció desde lo alto de las ramas. Hacía tanto tiempo que venía aquí que ya no tardaba apenas en aparecer. Creo que él se espera que venga.

Y como siempre me miró con sus hermosos ojos azules muy abiertos, esperando a que yo hiciese algo, pero me sentía incapaz de hablar, me sentía incapaz de mover algún músculo. Me sentía atraído por toda su anatomía, me perdía en ella.

Debió pasar mucho tiempo porque cuando me quise dar cuenta el pequeño se estaba dando la vuelta para trepar las ramas e irse.

No. Esta vez no. Por primera vez tendré el valor de hablarle.

—¿Qué eres?

El pequeño muchacho se paró y giró muy lentamente, me miró de nuevo fijamente con sus hermosos ojos color cielo, y de repente y sin previo aviso se encontraba en el suelo, frente a mí.

Inclinó un poco la cabeza hacia la izquierda como si fuese un cachorrito y me miró de arriba a abajo. A continuación dio una vuelta a mi alrededor. Yo me mantuve estático, sintiendo su mirada clavándose en mi espalda.

Volvió a posicionarse delante de mí, estiró su brazo derecho y tomó mi mano entre la suya. En su mano pude apreciar que tenía unas pulseras hechas con ramas y hojas secas.

Como iba diciendo, cogió mi mano y la acercó a su pecho muy lentamente. De repente, en cuanto hice contacto con éste, todo se tornó de color blanco.

—¿Dónde estoy?

Pero no había nada ni nadie. Sin esperarlo un gran escenario se tornó a mis pies, pues me encontraba flotando. Podría describirse como un gran árbol, pero por dentro de este. Había cientos de hermosas criaturas (chicas y chicos) de distintas tonalidades de piel que alcanzaban gamas como el azul y otras rosadas. Algunas de estas criaturas poseían unas hermosas y finas alas. Sus ropajes eran de los más peculiares, según parecía estaban hechos con hojas y flores de diferentes y exuberantes colores. Algunos se encontraban desnudos, tan sólo cubiertos con un fino y transparente manto, al igual que el muchacho que encontré. Todas estas criaturas estaban colocadas en una especie de grada. En el centro, se encontraba una criatura de aspecto veterano con una gran barba y con unas enormes y hermosas alas que identifiqué como el jefe o algo parecido.

—Silencio, mis pequeñas ninfas. —Clamó este. —Estamos aquí reunidos para la aparición de un nuevo miembro, como ya sabréis.

Alzó los brazos haciendo que unas hojas se levantaran y dejaran a la vista unos pequeños ventanales repartidos por toda la sala.
Una luz cegadora se coló por estos posándose sobre una flor situada en el centro de la zona. Pude apreciar como de aquella flor salía una hermosa criatura con cabello rosado y ojos azules. ¡Era el pequeño muchacho!
Los allí presentes aplaudían y gritaban eufóricos, pues tenían un nuevo miembro en su gran familia.

Todo volvió a tornarse de color blanco y cuando abrí los ojos estaba en el jardín de nuevo, con el muchacho delante.

—¿E-eso lo has hecho tú?

El ojiazul asintió.

—¿Todo lo que he visto es real? ¿Significa que eres una... ninfa?

Volvió a asentir dos veces más.

—Wow... ¿Tienes nombre? —Pregunté acercándome a él con curiosidad

—Niall.

Y ahí comenzó todo...

Espero que os haya gustado y perdonad las faltas ortográficas ❤.

Flora {ZH} Where stories live. Discover now