Uncover [Gonuh]

Capítulo 30

Antes de que empiecen el cap, necesito ayuda con el nombre de la niñarl del cap anterior, ¿me pueden decir los nombres que les convencen? 🙊

—¡Sara! -Llamaba Exo alargando la primera "a" —¡quiero comer!

—Pues vete a tu casa, niño —Reclamaba Sara mientras veía a su amigo tirado en el sofá de su casa — Para empezar, ¿qué haces aquí?

—Vengo a ver a mi chica favorita —Exclamó con las mejillas levemente sonrojadas y haciendo un corazón con sus manos. —¿Muy exagerado?

—Un poco —Respondió rodando los ojos y poniendo una pequeña sonrisa —¿Cómo crees que reaccioné Gona al saber que Luh no esta aquí? —Preguntaba mientras se sentaba en un pequeño espacio que le dejo Exo en el sofá.

—No lo sé —Comenzaba a decir mientras su vista se clavaba en el techo — aunque no creo que se moleste con nosotros...

—Bueno eso es- —De repente su móvil comenzó a sonar fuertemente —Tio, ¿quién llama a esta hora? Son las doce del mediodía... —Quejándose, respondió la llamada.

—Sara —Habló Gona del otro lado de la línea.

—Ah, Gonis —Miró a Exo con una sonrisa, él cual le respondió de la misma manera mientras se acercaba más al celular de su amiga —¿sucede algo?

—La verdad que muchas cosas... —Respondió largando unas pequeñas carcajadas —, digamos que necesito apoyo moral

—Y confianza en ti mismo... —Susurró la Morsa.

—Vaya, que sorpresa —Decía procurando sonar sorprendido — no sabía que estabas con tu novio, lamento molestar

—Oops —Rió Exo.

—La Mamors no es mi novio —Dijo con tranquilidad, bueno, la poca que le quedaba.

—Auch, ese fue un golpe bajo querida Sarinha —Sara le fulminó con la mirada mientras que su amigo solo sonreía como un bobo enamorado.

—¿No era que tenías hambre? Ve a buscar algo en el refrigerador —Cuestionó.

—Pero quiero que cocines algo tú —Comenzó a decir sentándose bien en el sofá, para luego mirarle —; cocinas muy bien

—O-Oye —Leves tonos de color rojo subieron hasta las mejillas de Sara, pero antes de que pudiera terminar su frase, fue interrumpida por Gona.

—Iré a ver a Luh para decirle lo que siento —Suspiró —, pero si estáis tan ocupados con su escenita de Exorinha me puedo retirar...

—¡¿Qué!? —Gritó su amiga —¡¿Entonces te conf-?!

—¡Quita coño! —Exigió Exo para rápidamente quitarle el móvil a su compañera, colocando la llamada en altavoz.

—Pu-Pues estoy cansado de fingir —Confesó —, Luh sabe perfectamente lo que siento; ¿asi que por qué no dejar ya todo claro?

—Tio, tienes toda la razón -Dijo Sara intentando disimular su sonrisa —¿Cuándo lo harás?

—Bueno... en realidad ya estoy yendo —Una sonrisa nerviosa salió de sus labios.

Luego de varios minutos de escuchar a Sara y Exo gritando de la "emoción", Gona se despidió de ellos y cortó la llamada. Saliendo de su casa, camino hasta la acera y se acercó a su coche, cosa que se le había hecho una costumbre últimamente; dirigiéndose hacía el lado del conductor abrió la puerta.

Su mirada se quedo fija varios minutos en el espejo de su retrovisor, estaba totalmente perdido en sus pensamientos. Su corazón latía con fuerza, más al pensar en la diminuta pero existente probabilidad que tenía de ser aceptado por su amigo. Suspiró intentando liberar sus nervios y arrancó el auto, para segundos después comenzar a conducir.

(...)

—Que sí tio, ya estoy aquí —Rosa se encontraba frente a la casa de Luh hablando con él por teléfono. Dio unos pasos hacia la puerta principal hasta que escuchó el ruido de un auto, haciendo que esta se volteará —Te llamo luego Luh...

Rosa logró ver como un coche estacionaba frente a la casa de su amigo, sintiendo un golpeteo en el pecho al ver la persona que comenzaba a salir de allí era Gona. Este le miro sorprendido pero rápidamente comenzó a mover su mano derecha en señal de saludo, la cual luego guardo en su bolsillo al comenzar a caminar hacía ella.

—Hola... —Atinó a decir con una sonrisa nerviosa.

—Hola Gona —Dijo sonriendo — p-perdón Gonzalo... —De repente escuchó la risa del nombrado.

—Ya te dije que es Gona, Rosa —Comenzaba a decir mientras callaba su risa — ¿Puedo preguntar algo?

—Tio, ya lo has hecho —Bromeó, notando que su amigo comenzaba a ponerse más nervioso —Venga, pregunta

—¿Sabes si Luh esta en casa? —La sonrisa de Rosa desapareció al escucharle y sus nervios comenzaron a aparecer.

—P-Pues... —Sus manos comenzaron a juguetear con las llaves que utilizaría para abrir la casa de su compañero; segundos después suspiró vencida —Será mejor que pases...

—Vale.. —Gona solo accedió confundido viendo como su amiga abría la puerta, entrando luego de ella.

La casa se encontraba casi igual según recordaba Gona, exceptuando el claro desorden que había en los muebles. Dio unos pasos hasta el sofá y dejo su abrigo allí, revisando rápidamente la hora en su móvil.

—Joder Luh —Exclamaba Rosa mientras recogía algunos papeles que se encontraban en el piso —Oye Gona...

—Ah, ¿si? —Respondió saliendo de sus pensamientos.

—No quiero involucrarme en sus temas personales, ¿pero puedo saber por qué has venido a ver a Luh? —Gona se quedó pensando unos momentos. —Sabes, mejor olvida-

—No, esta bien, sólo estaba distraído —Rió avergonzado —Tengo que aclarar algunas cosas con él... ¿Tienes idea de cuándo va a volver?

—¿Eh?

—Ya sabes, aquí —Aclaró —¿Salió a comprar o algo?

—Ah... ¡S-sí, eso! —Luego de ordenar un poco el lugar, se dirigió a la cocina —Dime, ¿quieres algo de tomar?

—No, gracias —Respondió sonriente apoyándose contra el sofá —Supongo que le esperaré aquí, ¿te molesta?

—N-No... —Respondía mientras lavaba sus manos en el grifo de la cocina — Gona... —Comenzó a decir volteandose para poder ver a su amigo.

—¿Qué? —Preguntó un tanto serio al ver a Rosa de la misma manera.

—No creo que sea buena esperarle... —Cerró durante unos segundos los ojos —Deberías irte...

—¿Por qué? —Su mirada le hizo entender rápidamente a Rosa que se encontraba confundido debido a sus palabras.

—H-Hoy no volverá

—Le esperaré de todas formas —Respondió firme. Cruzó sus brazos entre sí para hacerle entender que no se movería ni un centímetro de allí —Es demasiado importante lo que tengo que decirle, así que supongo que he de esperar a que vuelva...

—Gonzalo, Lutfi se fue a San Francisco por tres meses.