Capítulo 3: Un "refrescante" primer día

40.3K 3.1K 285
                                    

Bien, él no estaba sonriendo ahora. Todo lo contrario, en el momento en que las palabras <<Soy la nueva niñera>> fueron dichas, sus facciones se endurecieron y su mandíbula se tensó, haciéndome sentir más intimidada de lo que ya me encontraba.

—Así que tú eres la nueva intrusa. —Su manera tan pedante de referirse a mí me ofendió un poco.

No, no un poco, mucho.

Extendió su bastón blanco hasta que la punta de este golpeó con brusquedad mis botas negras. Entonces, dio tres pasos hacia mí para quedar cara a cara. Estaba tan cerca de mi rostro que podía ver las pecas de esparcidas en su nariz y sus ojos a través del cristal oscuro. No podía fijarme de qué color eran exactamente, ya que su ceño estaba fruncido.

—Te calculo una semana —soltó, ladeando ligeramente su cabeza, como si estuviese analizando algo—, eso porque Evan me dijo que eras joven.

—Bueno, yo iré a jugar mientras ustedes se conocen, adiós.

La angelical voz del niño interrumpió nuestro pequeño momento, cosa que me ayudó a reaccionar a la desagradable situación que me encontraba viviendo con este claramente insolente chico rico.

Sin esperar respuesta, Evan corrió lejos de nosotros, dejándonos en la misma posición. No nos habíamos movido ni un centímetro. Esto se había convertido en una especie de guerra silenciosa para ver quién bajaba la guardia primero. Y yo no pensaba perder.

—Tú no me conoces —le repliqué, haciéndome cargo de demostrar lo molesta que me había puesto su comentario.

—Claro que te conozco —espetó, con una arrogante media sonrisa naciendo de sus labios—. Así cómo a todas las que estuvieron aquí antes. Vienen por el dinero y algo más. Es el trabajo perfecto, ¿cierto? Padre, viudo, rico, poderoso, ¿bastante bien para una trepadora, no? ¿Cuánto te pagará? ¿Treinta? ¿Cuarenta la hora? A la última le ofreció cincuenta por quedarse y no renunciar, pero supongo que no pudo soportar la presión.

Me contuve para no abofetearlo ahí mismo. ¿Quién se creía que era para asumir todas esas cosas de mí? Él no tenía derecho a tratarme de esa manera sin siquiera conocerme. Cualquier imagen que tenía del chico por más atractivo que fuese, quedó aplastada por este odioso ogro lleno de mierda.

En vez de acudir a la violencia, evité dejarme llevar por sus palabras –como sabía que él deseaba— y me dispuse a destrozarlo de una mejor forma.

—¿Terminaste el berrinche? —le pregunté, alzando una ceja.

Pude ver que Theodore se sorprendió con mi reacción.

—¿Es eso lo que le dijiste a las anteriores para que huyeran tan rápido de aquí?— retomé, sintiéndome satisfecha al ver que su rostro comenzaba a lucir más y más exasperado—. Porque si es así, creo que esta vez no te está funcionando, pequeño malcriado. Sólo para que sepas, que hagas lo que hagas, digas lo que digas, no pienso irme de aquí. Necesito el dinero, no por ambición, ni por trepar posiciones, ni cualquier cosa que estés pensando, lo necesito para poder irme a la universidad.

Sus cejas se alzaron al escuchar la palabra "universidad", haciéndome sonreír satisfecha. Supongo que no se esperaba tener una niñera de su misma edad.

—Sí, tengo tu misma edad, amigo, ¿avergonzado ahora? —Di un paso atrás para poder respirar con normalidad de nuevo. Su cercanía me hacía sentir incómoda—. Porque deberías estarlo —finalicé, dejando escapar la risa que me había estado aguantando.

Un segundo después de lo que fue mi triunfal contraataque, escuché el sonido del agua chapotear y me volví rápidamente, sobresaltada. Entré en pánico cuando vi la cabeza rubia de Evan dentro del agua.

Your eyes ©Where stories live. Discover now