Capítulo 9: Hellboy

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Había dejado solos abajo a Luke y a Theodore mientras jugaba con Evan en su habitación, y por alguna desconocida razón, me sentía un poco curiosa de lo que ese par estuviese hablando. El ambiente se puso raro con la llegada de Luke.

No terminaba de olvidar la reacción que el ogro había tenido esta mañana. Necesitaba aclarar algunas cosas que no había entendido bien.

Aunque, de todos modos, ¿por qué me intrigaba tanto? No debía sacar mi Nancy Drew interior, en tal caso, debía amordazarla para que dejara de ser tan curiosa.

Le agradecí en mi cabeza al pequeño Evan cuando me pidió que le buscara un poco de agua en la cocina. Lo sé, lo sé, la curiosidad mató al gato, pero sólo iba a cruzar por ahí de casualidad, ¿no?

Bajé silenciosamente las escaleras y caminé hacia la cocina, deteniéndome al escuchar la voz de un Theodore molesto.

—Oh, vamos, Luke, ¿en serio quieres acostarte con mi niñera? ¿No te parece algo de mal gusto? Apenas la conoces.

Fruncí el ceño, tratando de encontrarle sentido a la conversación. ¿Ven? Les dije que algo —no bueno— estaban hablando este par.

—No estoy diciendo eso, Dorie. Ella... tiene ese no sé qué, que me hizo sentir atraído desde que la vi a punto de atacarme con ese pequeño recipiente de gas pimienta —comentó su primo, haciéndome sonrojar.

—Mejor dicho, desde que la viste con poca ropa. —El ogro lo corrigió con arrogancia.

Pero qué idiota.

—Sí, sí, pero eso es lo de menos. Creo que la invitaré a salir.

¿Le diría que sí a una cita con Luke? No lo sabía, apenas lo conocía. Era atractivo, sí. ¿Incluso más que Theo? Ni siquiera iría allí. Pero, no había tenido citas desde aquella vez que Bess me consiguió una cita a ciegas con un amigo de su ahora exnovio. Él besaba tan mal que tuve que limpiar su saliva de todo el contorno de mis labios. Desde ese momento, mi concepto de las citas se había ido por el caño. No creía estar lista para subirme de nuevo a ese caballo.

—Ella no es tu tipo —le espetó Theo, sorprendiéndome por su brusquedad.

No entendía su malcriadez acerca del asunto. ¿Qué trataba de lograr, de todos modos?

Luke sólo se echó a reír.

—Cualquier chica es mi tipo, Theo.

—Exacto —le respondió, cortante.

Fruncí el ceño de nuevo, ¿debía que tomar eso como un cumplido? ¿Estaba insinuándole a su primo que yo no era "cualquier chica"? ¿Por qué haría algo así?

—Además, ella es la persona más odiosa que he conocido, no quiero tener una como cuñada así, ¿me entiendes? No es alguien para ti.

Gruñí molesta. Eso sonaba más como algo que él diría.

—¿Por qué insistes tanto en no dejarme hacer mi movida con ella? —le preguntó con desdén—. ¡Oh! ¡No me digas que ya tú te acostaste con ella! ¿Lo hiciste, cierto? Vaya, no pierdes tiempo, primo.

Puse los ojos en blanco. Los hombres eran un caso realmente especial.

—¿Qué? ¡No! Claro que no he hecho nada con ella —dijo Theodore a la defensiva.

—¿Entonces qué? ¿Te gusta Scar? ¿Es eso?— Esto se estaba poniendo interesante.

—No, no me gusta —Su dureza al decirlo me hizo sentir algo extraño en mi estómago—. La intrusa no me gusta para nada, créeme.

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