CAPITULO 12. AUSENCIA

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El edificio gris ya era historia.

Ahora solo estaba la blanca tarima aún más grande, dejándome cómo un pequeño insecto. Al rededor de ella, se alzaba la reciente construcción de las gradas.

Ya casi se acercaba la inauguración con un torneo de artes marciales. Como Fox me había dado unos días después del accidente, me pidió que todos tendríamos que participar. Lo cual no me resulta desagradable, todo lo contrario ya quiero que llegue el día de patear unos cuantos traseros. Pero eso venia incluido con cierta mocosa de pelo azul.

Aún recuerdo claramente un día después del accidente.

Había comenzado el torneo de artes marciales.
Me encontraba eufórico de saber que finalmente le partiría la cara a la sabandija. Cuando llegó nuestro turno de pelear, pasó lo que jamás en mi vida me imagine: el insecto estaba ganando.
Yo parecía no resistir más cuando una voz muy conocida le pedía que ganará.

Solo sentí su estúpido pie en mi cara y entonces, abrí los ojos.

Una maldita luz blanca se filtraba por mis párpados creando un molesto dolor de cabeza. Miré al todos lados cuando, topé con ella. Estaba recargada sobre la mesa apoyándose en sus brazos.

¿Qué demonios hacia aquí?

Poco a poco retiré la sábana hasta que sentarme en la cama. Una punzada de dolor atravesó mi brazo izquierdo, lo tenía completamente vendado desde el hombro.

Decidí levantarme, pero fue una mala elección, otra punzada llego pero a mi cabeza, por instinto llevé mi mano derecha al mi sien. Noté que también tenia una venda en la cabeza, busqué que algo para ponerme pero solo encontré unas pantuflas rosas de conejitos.

Eso era ridículo y humillante.

Di los primeros pasos hacia lo que supuse era el baño, pero caí de rodillas.
Con el ruido de mi caída, Bulma se despertó y miró directo a la cama, solo se encontró conmigo en el piso.

-¿Qué demonios haces ahí abajo? - se acercó tomándome del brazo ileso para que me levantará, intenté soltarme e ir al baño pero su agarre era fuerte.

Tienes que descansar Vegeta, apenas hace unas horas estabas inconsistente y apunto apunto morir.

Me iré... - antes de que pudiera terminar la frase, Bulma me empujó por el pecho y caí en la cama.

¡¿Tal débil estaba?!

Eh dicho que te quedarás aquí.

¿Acaso tu harás que me quede? - sin previo aviso empezó a darme puñetazos haciendo que me acomodará sobre la cama.

¡Esta mujer está loca!

Y lo estaba, una vez que estuve completamente en la cama, se sentó arriba de mi con las piernas a los lados quedando en una posición un tanto comprometedora.

Si tendré esta vista entonces me quedaré aquí —dije mientras sonreía con cinismo y la observa detalladamente, llevaba el cabello esponjado con una blusa roja sin mangas, hacia que se notarán sus pechos, y un pequeño short blanco.

¡Por Kamisama!

Y encima se sentaba delante de mi con las piernas abiertas. Algo en mi empezó a palpitar y no era mi corazón.

¡No me mires con esa cara de pervertido! - gruño mientras me golpeaba el brazo vendado.

Auch, oye ¿tu qué haces aquí? No deberías estar con la sabandija fruncí el ceño mientras recordaba que antes de desmayarme los miré de la mano.

Te Quiero A Mi Modo 》Vegeta y Bulma《Место, где живут истории. Откройте их для себя