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-Tenemos que hacer la mezcla perfecta para que a Ainhoa se le derrite el corazón esta tarde.- dice Dani mientras da vueltas por la habitación.

-¿Como?

-Fácil,- se para y me mira sonriendo.- los niños pequeños y el chico que le gusta, tú.- me señala y alzo una ceja.

-No le gusto,- niego.- tiene novio.

Dani se encoge de hombros y niega con la cabeza.

-Jesús, no mientas, no niegues lo que es verdad.- se pone serio, lo que me asusta.

-No lo niego, es verdad.- sonrío sin querer.- ya ni me quiere Dani, tiene novio. Deberíamos dejarlo.- me levanto de la cama y salgo de la habitación encontrándome a dicha. Iba a picar.

-Jesús, preparate que ya nos vamos.- sonríe.- allí hay libros infantiles.- se da la vuelta y camina hacia su cuarto.

Me doy la vuelta y miro a Dani quien hace lo mismo con una sonrisa que hace que me sienta prepotente. Siempre sale el ganando, aunque en la mayoría de los casos tenga razón.

Hace una seña para que entre en la habitación, me cogerá la ropa como hacia antes en las quedadas con Ainhoa. Sí, lo sé, pero el me ayuda en estos momentos tan difíciles.

Ainhoa.

Voy cogiendo libros de la estantería para ver cual pega mas para niños de un año. Disimuladamente miro donde está Jesús. Que está apoyado en una de las estanterías leyendo uno mientras se muerde el labio. Está mas guapo de lo que imaginaba, creo que la separación nos ha afectado tanto a nosotros como a todos los que nos rodean. Todos han cambiado y por mi culpa. Supongo.

Sus ojos se encuentran con los míos y rápidamente vuelvo a buscar libros, provocando que tropiece con uno de los taburetes que ahí allí, me cojo a la estantería la cual empieza a moverse y rezo por que no se caiga. Aprieto los dientes al saber que la he cagado. Me aclaro la garganta y cojo el libro que tenia en mis manos antes, lo dejo sobre una mesa y me siento esperando a los niños llegar mientras estoy con el móvil. Antes de sentarme he visto como Jesús ha sonreído, y creo que es la primera vez que lo hace, en estos días que lleva aquí. Verdaderamente digo. Y no sé por qué, pero eso aparte de hacerme sentir algo, me ha hecho un poco fuerte joder, y no me gusta. No quiero. No me puedo volver a enamorar de él otra vez, dentro de tres meses se volverán a ir, y tendremos que dejarlo otra vez y volveremos a sufrir los dos. ¡Aparte de que tengo a Mario!.

Observo como los niños van entrando y Jesús se pone a mi lado de pie, me levanto y los dos saludamos a la profesora que viene con ellos. Todos cogen asiento.

-Empieza tu primero.- digo nerviosa, y le sonrío para tranquilizarlo. El asiente no muy seguro y sienta sus posaderas en la silla para empezar. Lo mismo hago yo, sentándome en segunda fila con otros niños. Me mira antes de ponerse a leer y asiente tímido.

-Bien pues, os voy a leer un libro que seguro que os va ha encantar. Se llama 'Las aventuras de Rodolfo'. - traga saliva y empieza a leer.- En un lejano bosque, al lado de un pequeño río donde el agua corría muy deprisa, vivía un niño en un árbol con unas ardillas las cuales eran sus amigas.- hace gestos con la cara y manos al leer, lo que hace que los niños estén mas atentos al libro y yo, esté atenta a la forma en que lo lee, y como me mira mientras lo hace.

Es increíble como cambia su comportamiento con los niños pequeños. Le hace mas tierno y más maduro. Trago saliva cuando llega a una parte del libro que no me esperaba para nada.

-Y entonces Rodolfo sabía que aquellos sentimientos por esa chica, la cual no podía tener por que era de otro reino distinto a donde el vivía, eran imposibles. Pero el no se va a rendir y la va a conseguir, ya que de una forma u otra, ella le ha salvado la vida y también se la ha cambiado.- me mira serio pero sé que sus ojos transmiten diversión y dolor.

No sé por que parte del libro hemos llegado, pero está claro que me he entrenido tanto pensando que me ha llamado mas la atención esa página, aparte de que Jesús también me miraba todo el tiempo mientras leía.

No aguanto más. Tengo que dejar un camino libre para poder acercarme a el de una forma u otra. Así que me levanto y miro una última vez a Jesús, quien lo hace desconcertado. Me pongo detrás de una de las estanterías y marco su número. Al rato lo descuelga.

-Tenemos que hablar.- digo haciéndole caso omiso a su cariñoso saludo.

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Lo . He estado como un siglo sin subir nada, lo siento muchiiiiisimo. Espero que este capitulo os sirva de disculpa JAJAJA.



Si Una Vez Te Tuve [Jesus Oviedo]#2TNWo Geschichten leben. Entdecke jetzt