Si Una Vez Te Tuve [Jesus Oviedo]#2TN

11

Noto la profunda mirada de Ainhoa mientras me como mi helado de tarrina. Esto es incómodo. La miro y quita la mirada divertida.

-Oye Ainhoa.- la miro y me meto una cucharada de helado en la boca. La cual ella divisa y entre abre sus labios.-¿Quieres un poco de helado?.- alzo una ceja. Niega con la cabeza.

Me encojo de hombros y sigo comiendo. Los padres ya nos han dejado solos y Jesús está arriba jugando con la play del tío.

-Buenos dame un poco.- me coge la tarrina de las manos y empieza a correr como una loca por todo el salón.

-¡Ainhoa!.- grito mientras la persigo.- ¡Es mío! ¡No te lo coma todo!.- entonces cuando justo pasa al lado del sofá me tiro encima suya y los dos caemos uno encima del otro. Ups.- eso te pasa por tonta y no darme mi helado.

Me mira con cara de asesina cuando ve que el helado está en su blusa estampado. Me empuja para que me quite de encima y no lo hago, sólo con el simple hecho de molestarla.

-¿Os lo pasáis bien?.- dice Jesús mientras baja por las escaleras tan tranquilo pero con una cara que se podría decir, que parece el diablo en estos momentos.

Me quito rápidamente de encima de Ainhoa y ella ríe mientras mira su blusa manchada.

-Se ha comido mi helado.- protesto mientras la señalo.

-¡Me lo has tirado encima!.-grita desesperada.

Nos cruzamos los dos de brazos y mi hermano nos mira alzando una ceja para después resoplar e irse a la cocina.

-Idiota.- dice así sin más Ainhoa.

La respondo sacándole el dedo corazón y dedicándole una sonrisa sarcástica. Esta niña puede llegar a ser muy infantil.

Entro en la cocina y veo a Jesús tomando un vaso de agua. Me mira como si me quisiera matar.

-¿Qué?.- pongo cara de no haber tenido la culpa, ya que es así.

-Asi no ayudas.- dice dejando el vaso en el fregadero y cruzándose de brazos.-se supone que me tienes que ayudar a que Ainhoa vuelva a sentir algo por mi. - suspira abrumado.

-Y, ¿Tengo yo la culpa?- río irónico mientras mojo mis labios. Idiota.- tampoco hemos hecho nada malo.

Me mira con esa cara que siempre pone cuando le digo o hago algo malo. Me encojo de hombros, evitando las ganas de reirme. Pero sigue con la misma posición, suspiro cansado.

-Esta bien.- salgo de la cocina para ir al salón y tirarme al sofá. Maldita sea, le tengo que ayudar en todo