Capítulo 4

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El agua caliente recorre cada centímetro de mi cuerpo y por primera vez en mucho tiempo no tengo frío. En casa, Negan es el único con derecho a agua caliente, bueno, es el líder al fin y al cabo.

Estoy sumida en mis más profundos pensamientos cuando alguien llama a la puerta.

-¿Si?-pregunto escurriendo el agua de mi pelo castaño oscuro.

-Hola, vengo a darte una toalla-dice una voz femenina

Salgo de la bañera y abro la puerta.-Pasa-digo amablemente.

Una chica alta y de pelo castaño está frente a mi pero intenta desviar la mirada a cualquier otro lado de la habitación que no sea mi cuerpo.

Yo sonrío ante su expresión y rodeo mi cuerpo con la toalla blanca y algo deshilachada que me tiende.

Me fijo en sus preciosos y grandes ojos verdes y le ofrezco mi mano a modo de saludo.

-Soy Dakota

-Yo Maggie- dice sacudiendo mi mano ligeramente.

Se hace un silencio incómodo que ella rompe con un carraspeo.

-Me han dicho que estás herida

-A si...-digo levantando ligeramente la toalla para que pueda ver y dejo escapar un suspiro cuando posa su mano cerca de la zona que rodea el profundo corte.

-Lo siento-dice levantándose-si me acompañas te daré algo de ropa para que puedan mirarte eso.

Yo asiento con educación y la sigo por el pasillo, en dirección a lo que parce una habitación de matrimonio.

Me pongo una camiseta interior negra y un jersey marrón algo desgastado, ancho y transparente pero no soy capaz de subir el pantalón más allá de mi rodilla.

Maggie me dice que espere sentada en la cama mientras busca a alguien que pueda ayudar.

Me quito el pantalón de la pierna izquierda y vuelvo a estar en ropa interior, dando un pequeño paseo por la habitación en busca de algo interesante.

Me asomo por la ventana y lo que veo me sorprende más incluso de lo que me habría esperado. Apoyo mis brazos en el marco de la ventana para estar más cómoda y no cargar tanto peso en la pierna herida.

No me doy cuenta de que poco a poco voy asomándome más a la ventana porque quiero ver más de cerca a ese precioso bebé que atrae la atención de todos.

Es un soplo de aire fresco, una explosión de color en un mundo que hace mucho perdió sus tonalidades, es un rayo de sol en medio de una tormenta.

Sonrío inconscientemente mientras veo como juega con el que podría ser su hermano y cuando Maggie carraspea y me doy la vuelta, mi sonrisa todavía persiste.

Pero no está sola, a su lado está el hombre que antes llevaba la ballesta, con el brazo apoyado en el marco e la puerta y una mirada impasible.

Yo me acerco a ellos y les saludo , lo que parece hacer reír a la chica de ojos verdes.

-No se de donde vienes, pero aquí todos llevamos ropa-dice el moreno , fijándose en mi ropa interior.

Yo me siento en la cama y lentamente coloco la toalla al rededor de mi cintura.

-¿Estás aquí para echarme un sermón o has venido a ayudarme?-pregunto mirándole fijamente a sus ojos.

Maggie se ríe y Daryl vuelve a cogerme en brazos , aunque esta vez con más delicadeza.

Pongo una mueca cuando pasa su brazo bajo mis muslos y una sonrisa arrogante se dibuja en su cara. Pero no va a ganarme a este juego y mientras baja las escaleras del porche blanco dejo caer la toalla.

Negan's Property {Daryl Dixon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora