Eres como un ángel

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La luz de los primeros rayos del sol se coló por la ventanilla de la habitación, dejándome claro que era necesario despertar lo más de prisa posible. Rose estaba recostada aún en los pies de la camilla, me levanté de la habitación con mi bata blanca que me habían dado, traté de no hacer ruido caminando hacía la puerta de forma más disimulada posible, me puse de puntitas para salir de allí y recorrer un poco el lugar.

El cuarto del hospital estaba pintado de color crema, algunas enfermeras recorrían el lugar pero ninguna de ellos se detuvo a preguntarme nada de mi estancia, iban vestidas de un vestido que les llegaba hasta el suelo blanco y un mandil amarrado en la cintura. Iba descalza pues no sabía nada de mi ropa y artículos personales, el suelo no estaba totalmente frío pero si me molestaba un poco para caminar. Las habitaciones del hospital tenían un piso como de madera pulido pero sin hacer que nadie resbalara por allí.

Me metí a una habitación donde estaban varias camas en hileras, algunas tenían pacientes y otros un tanto impacientes. Estaban todavía durmiendo, a excepción de un viejito que estaba despierto y un tanto malhumorado, se encontraba de brazos cruzados, se veía molesto y un tanto irritado por lo que le pasaba. Algo me hizo acercarme a él, me puse a un lado de su camilla, tenía también puesto un suero en su brazo izquierdo. Cuando llegue a donde él, solo dio un ligero vistazo de quien era y volvió a la misma posición de enojo. Podría tener unos 60 años, un poco gordito y con la cabeza cubierta de pelo blanco, las cejas abundantes (blancas también) y un poco de barba asomándose por allí. Sus orejas estaban un poco grandes y su nariz redonda y chata, con grandes mejillas rojizas, la piel de un color medio tostado y los ojos color café.

-¿Qué nunca había visto a un viejo como yo?- me preguntó el señor un poco molesto, al parecer tenía alguna enfermedad respiratoria porque su voz se escuchaba muy seca. Sonreí pues había logrado que él me hablara primero.

-Disculpe mi presencia señor, pero pasaba por aquí y me preguntaba el porque estaba usted tan molesto- le plantee mi duda.

-¿Qué porque?- me vio de reojo nuevamente fijando su vista en la ventana enfrente, jaló aire como si subiera la mucosidad en su nariz, se rasco esta- Todos están allí afuera y a mí no me dejan salir. ¿Ves aquella linda mujer?- me preguntó señalando a una mujer grande de unos 55 años que estaba bajo el árbol, asentí- Pues ella es mi esposa, y los médicos me dicen que no puedo salir porque le hará daño a mi salud ¿Qué me dice el estar encerrado aquí como pájaro en esta habitación? ¿No cree que es mas perjudicial para mi salud que si estuviera afuera? Pero ya les trate de explicar y no me entienden ¿Considera esa poca razón para estar molesto? Si yo no tengo nada, no fue más que un simple resfriado... pero me tiene aquí encerrado como animal

-Bueno, no puedo negar que usted debería de estar afuera. Pero solo el médico sabe por que lo tiene aún aquí dentro. Haga caso a las indicaciones de él y en menos de lo que piensa saldrá de aquí- El señor me vio de reojo no muy convencido y volvió a mirar la venta- ¿Sabe qué más? Sonría, una sonrisa eleva el animo y cambia las situaciones mas de prisa de lo que nos lo imaginamos. Además que estoy segura que a su mujer el encantara ver su sonrisa- le guiñe el ojo.

-Eres como un ángel caído del cielo- me sostuvo cariñosamente la mano entre las suyas, vio nuevamente a la ventana y lanzó un suspiro viendo a su mujer.

-Creo que ella llegó del infierno- escuché una voz detrás de mi. Voltee rápidamente, el doctor Blythe había entrado en la sala con un poco de medicina en una bandeja- No me gusta tener que decir eso pero tiene que salir de aquí unos momentos señorita Dawson- me dijo el doctor poniendo la bandeja en una mesita de junto, procedió a sacar una aguja y le introdujo la medicina a esta dentro, dio unos cuantos toquecitos a la aguja con sus dedos y vio al señor con el que estaba platicando- Le toca su inyección matutina señor

Titanic: La vida sigue (secuela Titanic: Si Jack hubiera sobrevivido)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora