CAPITULO 2 -Un extraño

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¡Ding Dong! ¡Ding Dong! Sonó el timbre.

Mamá se aproxima a abrir la puerta pero a través del vidrio se ve una sombra de un cuerpo masculino que había visto antes, un cuerpo tipo sacado de Internet pero nada familiar tras la puerta de mi casa, aunque ya han pasado varios días desde su llegada a esta calle y me imaginaba a la perfección quien podría ser.

-Tranquila mamá yo abro la puerta. Le dije rápidamente antes que fuera ella. 

Abrir la puerta en mi casa significa abrir una rendija que está en medio de la puerta y ver quién es y que se le ofrece.

Y hacer pasar a alguien a la casa que por lo general es papá o mamá es quitar un par de seguros con llaves más dos pequeñas cadenas que forman parte de la seguridad de nuestra casa. Porque aun y cuando fueran vecinos Nadie podía pasar a nuestra casa. ¡¡NADIE!! Desde que tengo uso de razón mis padres tienen una manera muy sobre protectora de cuidarnos o ver la vida.
-Está bien hija ya sabes que hacer. Dice mi madre mientras se dirige a las escaleras.
Mi intensión de abrir la puerta no era exactamente para verlo sino para tratarlo con la misma seriedad y desinterés que él me había tratado el día anterior. Es que apenas estaba llegando al vecindario y de seguro como me pillo viéndolo por la ventana ya pensaba que estaba loca o babeada  por el y se creía con el derecho de verme como un bicho raro al que nunca le podría parar pues no, que equivocado estaba. 

Después de quitar todos los seguros por fin abro la puerta con cara de desinteresada

-Hola, por aquí habla Rousse. ¿Por allá quién?.  Oh que madura acabo de ser.
-Hola niña, ¿están tus padres?. Lo dijo sin ningún tipo de expresión, tan diferente a como la primera vez que lo vi con esa hermosa sonrisa.
-Si están. Y no soy una niña.
-¡¿Quién es y que se le ofrece señor mayor?!

Lo dije con una voz más adulta y algo de burla.
-Bueno solo pasaba a dejar esta tarjeta de invitación de una reunión que se realizara mañana en nuestra casa para conocer a todos nuestros vecinos.
-Está bien gracias! Y de inmediato cerré la puerta para que le cayera mal la atención que le había dado. 

Mamá y papá rechazaron la invitación como todas las de cualquier evento. Pero al día siguiente en la noche se me ocurre salir al balcón de la casa veo algo del estudio donde estaba la reunión que se ve bastante animada y me pregunto. ¿Por qué también la familia Habach no puede relacionarse así con los demás? ¿Por qué siempre tenemos que ser mamá, papá , Lucia y yo? porque simplemente no podemos relacionarnos con los demás y si nos provoca una tarde invitar amigos a casa o hacer una super cena donde papa y mama inviten a sus amigos,  pero no, aquí no se puede.

De pronto se me ocurre la idea de irme al armario. Colocarme un vestido bastante sencillo y un par de zapatos y escaparme por el balcón a la reunión que parecía mas bien una fiesta en la casa de los nuevos vecinos.

Salte al jardín de al lado, y es que a pesar de que mi mamá durante toda la vida nos ha mantenido alejadas de la vida social. Cosas como saltar o romper alguna regla me toco aprenderlo y mas en el colegio en esos días que me escapaba y salia. El único lugar donde comparto con diferentes tipos de personas..

Nadie me ha visto mientras bajaba, me acomodo el vestido y el cabello mientras me fijo en mi destino. Llego a la sala del evento y veo a una gran cantidad de personas algunas caras familiares pero otras no tanto. Mis ojos logran divisar a Kevin junto a un gran ventanal con un traje bastante formal, que brillaba con la luz y un peinado algo trabajado. En su mano tenía una copa de vino, ya no se veía como un chico normal sino con un toque de mas madurez. En ese momento conversaba con otros chicos y tenia la misma sonrisa que cuando lo vi desde un principio. Supongo que hablaban de fútbol o cosas así por los gestos que hacían.

Vida AjenaWhere stories live. Discover now