CAPITULO 5 -Asimilando

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Mi mente se nubló. No hacía más que quedarme de pie y sentir las lágrimas rodar por mis mejillas. Con una mano sostenía el teléfono y la otra la levantaba para taparme la boca que la tenía abierta por la sorpresa. Parecía que era un sueño, una mentira. Y es que no lo creía porque imaginaba que estaban en casa.

Melissa también estaba en llantos pero sin saber lo que pasaba en realidad, sin embargo, sabía que se trataba de papá por la pregunta que le había hecho a mamá.

-¡¿Que ha pasado con papá Kevin?! -Me pregunto entre gritos y desesperación.

Yo caí sentado en el sofá y más atrás se sentó ella. Con sus manos en mi cabeza queriendo que no le confirmara lo que ya tenía en mente.

-¡Mírame y dime que no es lo que estoy pensando por favor! -Exclamaba con las lágrimas recorriendo ya parte de sus labios.

Melissa agarro el teléfono que lo tenía en mis piernas. Sus manos temblorosas impedían que hiciera con eficiencia la llamada que quería regresarle a mamá para preguntarle donde se encontraba para ir hasta allá.

Mamá como pudo dijo que estaba en el hospital. Con otra determinación muy diferente a la anterior, de inmediato me levante del sofá y mas atrás Melissa, agarre las llaves del auto pero por la rapidez y el desespero la manilla de la puerta no quería abrir, le di una patada a la puerta.

-¡¡Abre perra!!
Melissa con más calma logró abrirla y nos montamos en el auto. Ella no quiso que yo manejara. En el trayecto solo pensaba en papá. Melissa manejaba a un alto kilometraje, sin importar si era permitido o no, pero aun así sentía que no era suficiente, sentía que si me hubiese venido corriendo llegaría más rápido, ya no sabia como pensar.

Y al llegar al hospital nos bajamos del auto, yo corría de manera automática. Las piernas se me iban solas. Cuando llegamos al piso donde habían llevado a papá estaba mamá como nunca la había visto antes, sin más lágrimas que derramar. Sentada en uno de los muebles del pasillo con un pañuelo secando sus lágrimas y sin poder hablar. Al vernos ella lloró con más desesperación y abrió sus brazos extendiéndolos a nosotros. De inmediato nos lanzamos en sus brazos y nos consolamos preguntándole a mamá como había ocurrido la tragedia.

......

Fue el día más desastroso que hayamos podido vivir. Al igual que las semanas siguientes.

Él decía que cuando muriera no quería ser sepultado. Quería ser cremado. Por eso sus cenizas descansan en un cofre blanco en la sala de nuestra casa.
Ya el ambiente y las vivencias no eran las mismas. Lo recordamos a cada segundo. Y como no hacerlo si papá era todo para nosotros.

Y pensar que estábamos en esta ciudad solo por él, por su empeño sin razón en querer venir y justo aquí, aquí donde te hemos perdimos papá.

Melissa aún seguía trabajando en Londres y se fue unos días después de la muerte de papá. Nosotros teníamos las ganas de querer regresar a Londres, ya que solo vinimos hasta acá por papá y ni siquiera paso muchos días para que esta ciudad nos marcara para siempre. Pero papá tenía enemigos que nos amenazaban de muerte, así que aunque quisiéramos, no sería tan fácil regresar. Si fuera por mí me importaría un carajo y me fuera de aquí, pero no estaba solo, no podía dejar a mamá. Solo siento que esta ciudad no nos dejará nada bueno, ya la odio.


Rousse.

-Estando en casa me dispuse a leer el periódico.

Uno de los titulares principales decía: Melissa Wolhmar está dispuesta a resolver el caso que su padre David Wolhmar no pudo resolver durante años.

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