CAPITULO 7 - El colegio

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Rousse

 Al amanecer me despertó el canto de un ave en la ventana de la habitación que también le daba con su pequeño pico al vidrio causando un molesto ruido. Justo antes de que sonara la alarma. ¡¡Pero aguarda un momento!! Mis pensamientos están sumergios en la vergüenza de la tarde de ayer y lo que me dijo Lucia. Realmente entro en desesperación, primero porque no quiero verle mas la cara a Kevin y segundo porque no se que pasara ahora que Lucia no quiere mantener las reglas que hemos llevado durante años, y lo acepto yo he sido la que siempre las rompe. Y es que realmente lo entiendo, pero por algo papa y mama nos han protegido de esa manera. Por algo dicen que los padres siempre tienen la razón aun y cuando a los hijos no les parezca. Así que no se que hacer, si estar del lado de papa y mama o estar del lado de mi hermana porque también quiero salir de este cautiverio en el que hemos estado hasta el sol de hoy.

No se si ir al colegio y distraer mi mente o si realmente Lucia va al colegio para dejarla hacer sus locuras y estarme todo el día en casa. 

Aun estábamos arropadas en la cama, mire hacia la cama de Lucia y estaba dormida, de pronto sonó la alarma y vaya sorpresa, Lucia se ha levantado de su cama con mi uniforme del colegio puesto. 

-¡¡Oyee!! ¿Que haces con mi uniforme? Si ni siquiera estas inscrita en el colegio. -Dije mientras apenas trataba de quitarme las sabanas

- ¿Rousse piensas que era jugando lo que te dije ayer? Bueno, fíjate que no, Ya ves que hablaba en serio y tu sabes que no hace falta una inscripcion. -respondió ella muy segura de si misma

-Bueno la verdad es que estoy agradecida de que vayas al colegio porque no quiero levantarme, pero eso si por favor. Se discreta y no dañes mi reputación cuando te pregunten por mi. 

-Tranquila, también estudio y tengo grandes calificaciones, que por cierto son muy reconocidas.

Lucia se despidió de mi con un beso por haberle dejado usar mi uniforme sin ningún problema. Me volví a arropar y descanse por un par de horas mas, me desperté porque mi estomago me pedía el desayuno, coloque las sabanas a un lado, me senté en la cama con los pies en el piso, me puse las pantuflas, y alce ambos brazos estirándome con algo de relajación. Bostece mientras me levantaba de la cama y me dirigí al baño y lave mis ojos, cepille mis dientes y recogí mi cabello con una cola, aun en pijama me dispuse a bajar para desayunar. Cuando salí de mi habitación sentí el rico olor de la mañana un aroma a café recién hecho.

Bueno veamos como es un día de Lucia en casa. Ya mama debe de estar planchando en su tintorería y papa deben de estar supervisando la producción de aluminio en la empresa donde trabaja.  

Baje lentamente las escaleras, escalón tras escalón mirando los cuadros que adornan las escaleras y pensando en como le iría en el colegio a Lucia o como vendría con cuentos. Mama no debe saber que fue al colegio.

Cuando baje las escaleras estaba sonando el teléfono de la sala, y ahí estaba mama, sentada en los muebles. No había ido al trabajo. y tampoco atendía el teléfono. Mire hacia el frente y observaba el desayuno ya servido en la mesa. Mama estaba sentada con una cara de tragedia mirando el álbum de fotos. No sabia si ir hasta allá, atender el teléfono y quedarme con mama, o llegar hasta el comedor y recibir un gustoso desayuno para luego recibir la noticia que le hacia entristecer a mama.  

Mi corazón humano me decía que fuese hasta donde estaba mama y mi estomago hambriento decía que fuese hasta donde estaba el desayuno pero me decidí y fui hasta la sala. Atendí el teléfono y era una llamada para mama.

-¡¡Aló buenos días, familia Habach!! ¿Con quien desea hablar?

-Si, buenos días, ¿Estará la Sra. Marina?

Vida AjenaWhere stories live. Discover now