Capítulo 21.

19.5K 1K 18
                                    

Maximiliano se despertó a media noche, no se habían percatado que habían dormido en esa posición, tomo a Angelina en brazos y la subió a su habitación. Al llegar a la planta de arriba, se encontró con Melisa, los miraba con ternura.

—Quédate a dormir, ya es tarde para que te vayas.—Melisa le sonrió con cariño y seguido se metió a su habitación.

Abrió la puerta sin hacer ruido y sin querer Angelina lo rodeo por el cuello, la recostó en la cama y después el hizo lo mismo, la rodeó por la cintura y ella se apego mas a el, Maximiliano disfrutaba ese momento, era único y especial para ellos dos. Esperaba que ella no se molestará por dormir con el.

Aquella noche Angelina soñó que se encontraba con su abuelo, él la abrazaba y le decía que pronto todo acabaría, que en el tormento que ella vivió, pronto todo sería feliz, diferente.

Melisa entro por la mañana, vio una tierna imagen, ambos abrazados y dormidos profundamente, recordó cuando ella hacía lo mismo con su esposo. Sonrió melancólica y tomo la ropa sucia de su nieta para lavarla, cerro despacio y dejo que durmieran un poco más.

Se removió incomoda ya por el calor que hacía, la luz que entraba por la ventana y de pronto sintió unos brazos en su cintura, extrañada se dio vuelta y encontró una imagen maravillosa, su novio respiraba tranquilo, tenía una expresión tierna en su rostro y acaricio con ternura su mejilla, estaba enamorada de él, ya lo amaba. Se deshizo de su agarre sin despertarlo y fue hacia la planta baja, le haría el desayuno a su hombre.

—Cariño, ya casi está el desayuno, yo tengo que salir s comprar cosas de la despensa.—su abuela la miraba feliz.

—¿Ya desayunaste tu? —se acercó a darle un beso en la mejilla.

—Ya cielo, me levante temprano para lavar y dejar todo en orden, ahora regreso y me alegra que hayas dormido bien.—su abuela la miro divertida.

—Gracias abuela, es lo mejor de mi vida.—la abrazo cariñosamente y su abuela se sentía feliz, por fin su nieta irradiaba de felicidad y eso era lo mejor, estaba a su lado para disfrutarlo.

Angelina se quedo en la cocina preparando lo que faltaba del desayuno, coloco los platos en la mesa, coloco el jugo y el café, cuando estaba apunto de servir las porciones en los platos sintió unos brazos que la rodeaban, sonrió como una niña.

—Buenos días—dijo ella divertida, recargo su cabeza en el.

—Estos si son buenos días— y sin esperar reacción le dio vuelta abrutalmente y tomo posesión de sus labios, se besaban con vehemencia, como si no hubiera un mañana, Maximiliano la acorralo, ella lo apego aun mas, y siguieron con esa tortura.

—Dios santo, si que son buenos días.—hablaba agitada, como si hubiera corrido un maratón.

—Esperaba abrir los ojos y verte a mi lado.—la miro de una forma penetrante, con un brillo en los ojos.

—Lo siento, baje a terminar el desayuno, pero yo si tuve la dicha de verte dormir.—Angelina lo miro con admiración y amor.

—Espero yo también tener la dicha de poder despertar a tu lado.—Maximiliano la miro con el ceño fruncido.

—Seguro que si, ahora siéntate, te serviré el desayuno—ella pasó por su lado y le dio un leve beso en la mejilla, rozandose apenas.

Desayunaron tranquilamente, disfrutando su compañía y en ratitos robándose besos y caricias. Al terminar Angelina se quedo lavando los platos y él se quedó observándola, atento a cada uno de sus movimientos.

—Mi madre me mando un mensaje, nos invita a comer, a ti y a Melisa.—él la miro con amor.— Aprovecho y doy la noticia de que estamos juntos.

Triunfo del Amor © (Borrador)Where stories live. Discover now