Capitulo 23.

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Ella tenía mucho resentimiento, dolor, no podía creer que esos señores no hayan tenido corazón. La abandonaron para no cargar con esa responsabilidad, nunca la quisieron y eso era lo que le dolía.

Ese dia ella se dedicó a pensar, ordenar todo lo que en su mente había. Tenía que luchar para encontrar a su pequeña hija, eso era lo que la mantenía viva y sin rendirse. Maximiliano, el hombre de sus sueños, por el que cada día se volvía loca, lo amaba y sabía bien que ya no iba a poder separarse de él.

Su abuela tenía miedo de perderla, de que ellos la alejaran de su lado, ese dia Angelina se sentía feliz, pero el verlos ahí, todo su mundo se derrumbó. Sabía bien que no valía la pena estar triste y destrozada por ellos, ella no guardaba culpas de nada, pero ellos si. No los odiaba, pero no iba a perdonar.

Los días iban pasando y Angelina se había recuperado de esa noticia, su abuela ya no menciono mas ese tema y así lo prefería, volvió a sonreír, no dejo que nada de eso afectará su vida. Cada día se recuperaba de las heridas que en ella había, en las noches siempre soñaba con su abuelo, era como si ese ser que ella tanto amo como padre, estuviera ahí en sus momentos difíciles.

Exactamente después de esa verdad, pasaron tres meses, ella se sentía feliz, cada día Maximiliano hacía de todo por hacerla feliz, le hacia cenas sorpresas, iban al cine juntos, convivían con los padres de el y por supuesto ella entro a trabajar para el. Era difícil concentrarse cuando la mirada de el se posaba en ella, la miraba con amor, cariño, pero sobretodo de pasión y lujuria.

Ella se comunicaba todos los días con la señora Maite, sin embargo no había noticias de nada, era como si el paradero de su hija dejo de existir, no perdería las esperanzas, confiaba en Dios y sabía que el la ayudaría a encontrar a su hija.

—Angelina—Maximiliano hablo por el teléfono de la empresa.—¿Podrías traerme los archivos del señor Gómez?

—Claro, ahora los llevo.

Tomo los archivos y con una sonrisa se dirigió hacia la oficina de él, sabia que solo era un pretexto para estar cerca de ella.—Aquí tienes.—deposito los papeles en el escritorio y se encaminó a la puerta.

—¿A donde crees que vas?

La intercepto antes de que saliera, colocó el seguro en la puerta y la devoró a besos, ambos se abrazaban y demostraban amor como si no existiera un mañana. Estaban sedientos el uno por el otro, el la apego mas a su cuerpo, sus respiraciones eran aceleradas, se besaban con desenfreno, pasión y aunque aun no se entregaban el uno con el otro, sabían muy bien que eso pronto sucedería.

Angelina admiraba como durante este tiempo él la respetaba, siempre que el beso ya empezaba a subir demasiado de tono, el se detenía y ella bien sabia que lo hacía para que no se sintiera incomoda. Amor nunca les faltaba a ellos, en la oficina ya todos estaban enterados de su romance.

Se separaron después de unos minutos, ambos tenían la mirada llena de pasión, lujuria y sabían que ese momento no se podría posponer por mucho tiempo.

—Fue demasiado intenso.—hablo el, pegado al cuerpo de ella.

—Si que lo fue.

Todavía sus respiraciones no se regulaban, Angelina lo mantenía agarrado de la camisa. Ese amor era puro, sincero y con demasiada pasión.

—Creo que podemos tomarnos la tarde libre, no hay nada mas que hacer aquí.—Ella lo miro y beso el puente de su nariz.

—Como usted diga jefe.—Ambos rieron y tomaron sus cosas, para después salir rumbo al departamento de él a comer.

Cuando iban camino hacia la casa de el, pararon en un semáforo, Angelina se acercó a darle un beso en la mejilla y después miro hacia el frente. En ese momento vio caminar a una mujer cuya personalidad y físico se le hacía realmente conocido, de la mano agarraba a una pequeña niña, ambas reían y esa pequeña le provocó un vuelco al corazón.

Quiso bajarse e ir hacia ellas, pero ya era demasiado tarde, el semáforo había cambiado de color y Maximiliano había avanzado. No sabia si eran imaginaciones suyas, pero esa mujer ella la conocía, su físico realmente llamo su atención. Llegaron a su casa, Maximiliano bajo y fue abrirle la puerta.

Al verla el se preocupo.—¿Mi amor, estás bien?.

Tomo ambas mejillas y ella aun seguía en shock, una pequeña esperanza se abrió dentro de ella y de un momento a otro lágrimas comenzaron a caer de sus ojos.

—Esa mujer.—balbuceó a causa de las lágrimas, él la cargo en brazos y la llevo hacia dentro. La coloco en el sofá que se encontraba ahí y la miro con angustia y preocupación.—¿Qué mujer? ¿De que hablas cielo?

Se sentó a su lado y la abrazo, ella trato de serenarse para poder hablar, se abrazó a el y tomo una respiración para poder hablar.

—Cuando te detuviste en el semáforo, una mujer y una niña cruzaron, la mujer se me hizo realmente conocida y tiene que ser ella, no puedo estar realmente segura, pero sé que el parecido es asombroso. Esa mujer fue la que me ayudo a cuidar a mi hija, después su padre se la quito y no se si esa niña puede ser mía.

Maximiliano se puso de pie inmediato, le dio un suave beso en los labios, Angelina ya estaba un poco mas tranquila.

—Si eso es cierto, si tus sospechas resultan ser ciertas, por fin tu hija y tu podrán estar juntas, hablaré con mi investigador y si todo resulta ser verdadero. En unos días se pueden encontrar y finalmente estarán juntas.

Angelina lo miraba con amor, admiración, ese hombre lo amaba mas que la vida, fue corriendo a sus brazos y lo beso.

—Gracias, gracias por siempre permanece aquí, por nunca irte de mi lado, por apoyarme y quererme. Supe desde el primer día que te vi, que tu ibas hacer el amor de mi vida. Te amo y si resulta cierto, no tendré vida suficiente para pagarte.

—Para mi con tenerte a mi lado, será la más grande recompensa que pueda haber, te amo.

Después de esas muestras de amor y cariño, Maximiliano se dedicó a hacer esas llamadas y le dijeron que mañana tendrían noticias.
 
Pasaron la tarde juntos, comieron y disfrutaron el tiempo, el no la quería dejar ir, asi que esa noche Angelina se quedo a dormir con el. Sus miedos ya no eran nada, a el lo amaba y sabia que nunca podría lastimaría.

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¡Hola!  Por fin estoy de regreso, había estado ocupada con cosas de mi familia, escribiendo otras historias y editando. Espero que el capítulo les guste y nos vemos en unos días.

¿Será la niña de ella?  ¿Al fin se encontrarán?

Falta poco para que esta maravillosa historia acabe, un beso grande y gracias por todo. Feliz fin de semana.

Triunfo del Amor © (Borrador)Dove le storie prendono vita. Scoprilo ora