Capítulo 22.

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Angelina abrazo a su abuela, dándole su apoyo y tratando de comprenderla. Maximiliano estaba a su lado, y los demás estaban sorprendidos.

-Valentina-Sara llamo a la que le ayudaba en la casa.-Trae un té relajante.

Enseguida fue a prepararlo y mientras tanto su abuela seguía en shock, llorando sin su nieta saber la razón, o tal vez se daba una idea.

-Vamos a sentarnos abuela, necesitas relajarte.-ambos ayudaron a Melisa en sentarse en el sofá, las manos de ella temblaban.

La pareja a la cuál habían invitado a comer estaban preocupados, no sabían que hacer, como reaccionar.

-Pensé que era un sueño, imaginaciones mías, pero esto ya no puede ser mentira.-Melisa hablaba sin sentido, su nieta no entendía nada.

-¿De que hablas abuela? -ella estaba a su lado dándole su apoyo, tratando de tranquilizarla.

-Ellos-señaló a la pareja culpable por la que se había puesto así.-Son tus verdaderos padres, ayer cuando los vi pensé que era un sueño, no creí que fuera verdad.

Melisa hablaba temblorosa, su nieta se levantó como un resorte del sofá, nerviosa, no podía ser verdad. Ellos no podían ser sus padres, camino hacia su novio y se refugió en el.

-Eso debe ser mentira abuela, ellos-observo a la pareja con desprecio- No pueden ser mis padres, los únicos que para mi lo son eres tú, y mi abuelo que en paz descanse.-Angelina quería aparentar ser fuerte, lo cierto es que no podía, siempre que la felicidad llegaba a ella, algo tenía que pasar para arruinarlo.

-No son mentiras, el día que te vi en la cena eras un vivo retrato de tu madre, al principio creímos estar soñando, pero al encontrarte con Melisa ayer nuestras sospechas se confirmaron, eres nuestra hija.-El señor que supuestamente era su padre había hablado, feliz de haber encontrado a su hija, Elisa se encontraba con los ojos llorosos y Angelina no pudo más.

-Yo no tengo padres.-la manera en que lo dijo dejo a todos helados, lo había dicho de una manera muy fría, sin sentimientos.-Mis padres dejaron de existir el día que me abandonaron, el día que descubrí que para ellos no valía nada. No soporto tenerlos cerca queriendo recuperar algo que nunca tuvieron, que dejaron ir.-ella lloraba con dolor, resentimiento- En un principio no quise saber de ustedes, no saben lo que es pasar hambre, sufrir cuando la persona la cual te crió murió sin poder hacer nada, pasar muchas cosas sin tener protección, pero no me arrepiento de vivir todo aquello, gracias a dios tuve a mis abuelos que me criaron como una hija, que me dieron su amor, cariño. El hombre que está a mi lado también me ayudo, es la luz de mi vida.-Angelina lloraba, decía cada palabra con dolor, no importaba quien estaba en esa sala, no podía dejar de hablar, de decir realmente lo que pensaba.

-Hija, déjanos recuperarte.-Elisa quiso tocarla.

-No me toques-quito las manos de ella con desprecio.-No pretendan recuperar algo que nunca tuvieron, ustedes no saben que fue ver a mi abuelo muriendo, la persona a la que quería como un padre irse de este mundo sin merecerlo.-Maximiliano trataba de relajrarla, la mantenía abrazada.-No vengan a buscar un perdón que jamás ganaran, no podrán recuperarme, que fácil es no haberme buscado durante todo este tiempo y ahora que vengo a vivir aquí, querer recuperarme.-lo dijo con ironía.

-Estamos arrepentidos, el haberte dejado fue un error el cuál cometimos, en ese entonces éramos jóvenes y no sabíamos realmente lo que hacíamos.-Elisa, su madre, trataba de hacerla entrar en razón.

-Ahí está, el error fui yo, por eso me dejaron abandonada, no querían un estorbo en su vida y por eso me dejaron.-se limpió las lágrimas que corrían por sus mejillas- No los necesito en mi vida.

Toda la sala quedo en completo silencio, su abuela solo tenía ojos para ella y se sorprendió mucho de como hablaba; Max, la mantenía a su lado, queriendo protegerla y dándole su cariño, los padres de el no sabían que hacer o como reaccionar y por último los señores que supuestamente eran sus padres la miraban, arrepentidos, tratando de ganarse su perdón. El timbre sono y Valentina fue abrir la puerta, al salón entro un hombre más o menos de la edad de Maximiliano.

Angelina frunció el ceño, a el lo conocía, era el del elevador.

-¿Que pasa aqui?-se quedo en medio del salón observando todo.

-Hijo, ella es tu hermana Angelina.-Elisa los presento, ella se sintió sofocante.

-No tengo familia y no me interesa tenerla señora, a él si lo quisieron ¿no?-Angelina sonrió con dolor.- Quédense con su hijo, el si fue deseado y querido por ustedes, no los necesito, pude sobrevivir sin ustedes todo lo que llevo de vida.

Maximiliano la abrazo y ella se quedo un rato en ese lugar donde se sentía completa.-¿Quieres que te lleve a casa?-susurro el.

Ella negó, beso sus labios y se separó de el. -Una disculpa por este espectáculo, me hubiera encantado que todo hubiera sido diferente.-ella hablaba mirando a los padres de Max.-Disculpen.

Paso por su lado y fue hacia la puerta de entrada, oía gritos de su abuela y sus padres, su novio la siguió y la intercepto en el camino.

-¿Donde vas? No te dejaré sola.-coloco un mechón de pelo detrás de su oreja, acarició su mejilla y quito las lágrimas que aun se encontraban ahi.

-Necesito estar sola, pensar y reflexionar lo que voy hacer.-sonrió juntando sus frentes-Te amo Max.

Se besaron, Angelina lo necesitaba, quería perderse en esos labios un momento, estar en su burbuja y olvidarse de lo que pasaba, lo abrazo y siguieron besándose.

-Te busco en la noche, ve con cuidado, ¿si?.

Ella asintió y se despidieron con un leve beso, camino sin rumbo alguno, no podía creer que ahora que su vida empezaba a tener color; aparecieran ellos, le dolía que a ella la hayan dejado a la suerte y que después tuvieran un hijo, al cual si quisieron y le dieron un hogar, protección y cariño. Sonrió, no necesitaba de ellos, su vida gracias a dios estaba bien y económicamente no necesitaba dinero, sus abuelos le proporcionaban un cariño inigualable, su novio la quería con la vida y ella igual.

¿Un hermano? A el sin duda lo querían, era el hijo perfecto para ellos, nunca lo abandonaron y lo habían apoyado. Su hermano se había quedado sorprendido, él la había reconocido por ese dia en el ascensor, Angelina estaba destrozada.

Después de la tormenta siempre llega el arcoiris.

Recordó las palabras del señor, esta era una tormenta que pronto se iría, ella aun no estaba lista para perdonar, pero no dejaría que eso afectará en su vida.

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Si la inspiración sigue fluyendo como hasta ahora, habrá maratón 😳😉😱
Pobre de Angelina, muchas sorpresas y que vueltas da la vida.
Espero lo disfruten, un beso grande 💋💋💋
Nueva portada, gracias a la editorial por hacerla.

Triunfo del Amor © (Borrador)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora