capítulo 1.

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narrativa de foxy.

no era una coincidencia.

siempre terminaba encontrándome con ella, con su capucha roja, sus ojos violetas, cabello corto de color rubio y de baja estatura. a pesar de que sea caperucita roja, el personaje principal, ella gustaba de cambiar esa parte fundamental.

esta es una típica escena: toparme con ella, intentar no mirarla con curiosidad —ya que la puedo asustar— y verla huir, como siempre.

no es  justo tener que ser un depredador.

la mayor parte del tiempo me he preguntado si era posible cambiar la historia, sin embargo, no era aceptable que el zorro sea sutil y delicado para conquistar a caperucita.

"no es lo que quieren ver"

de tanto pensar, me senté detrás de un árbol a comer de los frutos que crecían en un fresal del bosque. pude ver por los arbustos a los pocos que pasaban, el cazador freddy, el cual tenía el cabello castaño y ojos azules, algo engreído y fanfarrón que creía poder enamorar a caperucita solo por salvarla al final del cuento; también iba su acompañante, bonnie, quien era una joven más agradable, con el cabello morado y ojos rojos, siempre detrás de freddy.

una buena persona con la persona equivocada, quien lo diría.

a los minutos apareció, tal y como estaba escrito, caperucita. levanté la cabeza por encima de los arbustos, intentando no hacerme notar, lo cual no funcionó. nuevamente, ella corrió dejando caer una manzana.

salí de mi escondite a observar su pérdida: era la manzana más roja que había visto. levanté la cabeza e intenté buscarla, lo cual me fue imposible.

guardé la manzana, de igual manera ella pasaría a medio día, debido a que eran las 8 de la mañana, muy temprano.

decidí entrar a mi guarida, encontrándome a mi mejor amiga.

"holi"- saludó al verme mientras comía un par de cerezas.

"no comas toda la comida, foxy 2"- dije

"¡eh! ya te dije que no me digas así"

"¿entonces?"

"dime mangle, suena genial"- ella sonrió mientras guardaba las cerezas en el escondite que habíamos construido.

"sí, como una planta"- me reí

"¡no!"- bufó

"bueno, bueno. me quedaré un rato, no hay nada qué hacer más que esperar"- me senté mientras buscaba descansar. no se me hacía agradable lucir agotado frente a la rubia de capucha roja.

"está bien, iré a recolectar más cerezas, ¡ya vengo!"
dicho esto, ví cómo abandonaba nuestra madriguera y cerraba la entrada.

ella era otro zorro de este cuento, tenía el cabello blanco y los ojos dorados, como los míos. crecí junto a ella, haciéndome responsable desde muy temprana edad debido a que era muy pequeña.

podría quedarme dormido y soñar con la chica de caperuza amarilla. no obstante, la siesta me duró muy poco al ser despertado abruptamente por mi hermana.

"¿¡qué!? ¿¡rubia!?" -grité y me sorprendí al verla- "¿¡mangle!? niña ¿qué hiciste?"- grité

"nada, tonto"- me limpié los ojos con las manos intentando reaccionar.

"¿¡qué te has hecho!?"- las mejillas de mangle estaban pintadas de rojo y sus labios igual -¡MANGLE ERES MUY PEQUEÑA PARA MAQUILLARTE!"- grité, mi lado sobreprotector explotó esperanzado de que no sea la sangre de una pobre ardilla que rondaba cerca de la salvaje de mi hermana.

"¡es cereza!"- mangle se lo limpió -"qué molestia"

mientras ayudaba a limpiarla, dí un vistazo rápido al exterior: el sol estaba más brillante, lo cual significaba una sola cosa.

"¡ya casi es medio día!"- me levanté, era hora de que caperucita pase.

y llegaba tarde al encuentro, vaya.









sigo siendo caperucita » foxicaWhere stories live. Discover now