Capitulo 2 - Negreros

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CAPITULO 2

Para poder entender lo que ocurrió después, debo retroceder un mes en mi relato, situándolo en el centro de África ,exactamente en Senegal, donde los portugueses establecieron un gran negocio, con la caza de esclavos y su posterior venta en grandes mercados donde todo estaba perfectamente regulado y legislado. Allí estaba yo con mis más directos parientes, comerciando con los portugueses y comprando los esclavos que considerábamos más idóneos para los trabajos en los campos de algodón, que exigen que los elegidos sean hombres muy fuertes y resistentes, para aguantar la dureza del trabajo y por otro lado para permitir que en el Nuevo Mundo, se reproduzcan con facilidad, obteniendo de este modo un valor añadido a la compra realizada.

En estos menesteres estábamos, cuando en la prisión del poblado regentado por los portugueses, se produjo una rebelión de los cientos de esclavos que allí había, cogiéndonos en medio del conflicto, los hechos fueron motivados por la fogosidad de mi sobrino Francis, que se empeñó en hacerse con los favores de una espléndida negra, a la sazón novia del jefe de la tribu Mabu, una de las más feroces y a la vez más respetadas de la región alta del río Senegal. Ante la resistencia de la orgullosa Bousa ( así se llamaba la negra ), el estúpido de mi sobrino intentó violarla por la fuerza, alegando sus derechos por la compra que íbamos a realizar, su novio Nou se abalanzó sobre él y lo golpeo con furia, ambos hombres lucharon por unos momentos, y siendo muy fuertes y grandes los dos, resultó una contienda que habría acabado con la muerte de uno de ellos, si no hubiesen intervenido los guardianes de la prisión, pero cuando lo hicieron ya se había extendido el altercado a toda ella, obligando a disparar a los guardias y a responder a los negros, que con palos y piedras consiguieron hacerse fuertes en alguno de los barracones, manteniendo prisioneros a algunos de los portugueses que los custodiaban y a mi familia.

Nou era un negro acostumbrado al mando y para su raza resultaba culto, pues había trabajado en la capital, cuando era libre y poderoso, intentando aprender de los invasores todo lo posible para poder luego utilizarlo contra ellos, hablaba portugués y sospechaba con razón, que se avecinaba una nueva época en la que ya no serían las cosas como en su juventud, donde todo para su pueblo era vivir en armonía con la naturaleza.

Desde el primer momento sabía que la rebelión no podía culminarse con éxito, pero pretendió ganar tiempo y sobre todo salvar a su amada Bousa y a otras tres mujeres de la esclavitud. Para ello negoció con las autoridades de la prisión su libertad, a cambio de entregarse él y sus hombres. Después de dos días de negociaciones consiguió su propósitos y obtuvo del Gobernador portugués un salvoconducto para las cuatro mujeres, todo esto lo negoció a través mío, que era uno de sus prisioneros.

Una vez acabado el asunto, los portugueses no sólo rompieron su acuerdo, sino que pretendieron instigados por Francis hacer que las cuatro mujeres fueran vejadas y poseídas por los allí presentes, delante de Nou y el Gobernador.

Pero gracias a Dios allí estaba yo, ¡Un grande de España, no podía permitir que se utilizase de tamaña manera un documento donde estaba estampada mi firma como testigo del acuerdo! Y procedí de acuerdo con mi honra y apellido a intervenir. Para ello y sacando mi espada con un gesto inequívoco de ira grité ¡ Si lo hacéis necesitaréis pasar antes por encima de mi cadáver !

Todos se quedaron boquiabiertos y sólo se oyó decir a Nou en portugués " Molto Obligado Señor , el debo una".

El gobernador portugués se vio en la necesidad de intervenir e hizo que se cumpliera el acuerdo. Posteriormente procedimos a cerrar la compra de los esclavos, entre los que se encontraba Nou ,que era el objeto de nuestra visita a ese maravilloso país.

Siempre recordaré, la despedida de Nou y Bousa que se fundieron en un abrazo y aún así, me dedicaron una tierna mirada de agradecimiento.

Mensaje en una BotellaWhere stories live. Discover now