Parte 8: El corazón de un jabalí

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"Sin embargo, le pareció como si se le quitase una piedra del corazón por no tener que matarla. Y como acertara a pasar por allí un cachorro de jabalí, lo degolló, le sacó los pulmones y el hígado, y se los llevó a la Reina."

Blancanieves-Los hnos. Grimm

Raeb con la mente en blanco se hallaba deambulando en su habitación tratando de formular un plan, el monarca habiendo sido derrotado por su hermana menor se dispuso a buscar un punto débil, una forma de atraparla y hacerla caer.

—!Hakim!, Hakim ¿dónde estás? te necesito- espeto el hombre.

—Si mi alteza—respondió la voz de la chica al otro lado del espejo.

—Necesito ideas para acabar con... tu sabes quién—respondió el rey.

—Por supuesto.

—Esa mocosa se atrevió a desafiarme, bien se atendrá a las consecuencias, si tan solo tuviera más guardias espejo.

—Eso se puede arreglar mi rey.

El muchacho alzo la mirada al espejo, quien reflejaba la imagen de un carpintero.

—Los primeros guardias fueron construidos por un tal Geppeto Poledín, uno de los más hábiles ingenieros del palacio, después de crear los primeros guardias se dispuso a sus propios proyectos en la villa de Toscane. Considerando que ya no le queda ningún guardia en optimas condiciones, sería bueno colaborar en la creación de un nuevo diseño.

—Buena idea espejito.

—¿Qué te he dicho?

—Está bien, si no quieres no.

—Una cosa es mi nombre y otra cosa es un objeto.

—Vale y ¿dónde puedo encontrarlo?

—En una casa al límite de la aldea, cerca del bosque.

Raeb contemplo su oficina, por supuesto que el cazador lo había engañado, por supuesto que todo el hecho no se quedaría así, no mientras él tuviera el control; después de darle tantas vueltas al asunto se decidió por el castigo perfecto para el cazador.

Raeb envió a Hansel y Gretel para que trajeran al anciano, contemplando la escena desde su espejo, preparo su salón del trono para comunicarse a través de un video con el tan aclamado "maestro fideos", nuevas órdenes llegaron a los brazaletes acadios. Los hermanos posicionaron al anciano en la sala de su propio hogar.

—¿No admira el entrenamiento de mis guardias? yo siempre encuentro su humor un tanto... refrescante

—Con todo respeto majestad, me importa poco.

—Pero no hace mucho tiempo creí que le interesaría un proyecto... sé que trabajo para mi madre maestro Fideos, mis guardias ya le habrán contado cómo va el asunto ¿no?

—Si.

—Eso me ahorra explicaciones. Ahora, necesito que construya guardias, si lo hace bien lo dejo libre, le pagare una pensión a usted y a su hijo.

—¿Y si me niego?

—Enviare guardias para que se deshagan de su hijo, sin mencionar de que será forzado de cualquier manera. Puede venir por voluntad y nos aseguraremos de que usted y su hijo vivan cómodamente o puede negarse y ser obligado mientras mis guardias destrozan al niño, usted decide.

—Acepto entonces nuestro acuerdo.

—Esplendido, ¡Hans!

—Si majestad.

—Envía un grupo a verificar en los bosques de Snowdust, la princesa no volvió en toda la noche.

Dicho esto Raeb chasqueó los dedos concluyendo el video llamado, decidió continuar sus labores desde la comodidad de su trono.

Una enorme estructura de metal salía de una de las columnas del salón principal y formaba una ola de metal que se unía a una contraparte del otro lado, las olas se unían formando una flor de metal en la parte superior de la silla de plata que parecía fundirse con el pedestal iluminado por luces de neón 

El monarca subió la escalera hasta su trono desde el que contempló a sus vasallos. Raeb no era ningún tonto, después de buscar por algún conjuro que le permitiera oler la sangre supo lo que el cazador había hecho; sin embargo los precios deben pagarse. En la mañana el monarca convocó a su consejera

—-Shajae, envía un comunicado a los guardias humanos, necesito que retengan a cierta persona.

—-Bajo que escusa.

—-Traición a la corona.

—En seguida.

La ira de Raeb nublaba sus cabales, pero su mente seguía consiente y buscaba como castigar a Aquiles, finalmente se le ocurrió una placentera idea. En cuanto recibió el anuncio de la captura del cazador, Raeb tomó su espejo de bolsillo verificando que su apariencia no estuviera desaliñada

—Se lo que piensas.

—Vamos Hakim seguro te gusto lo que viste.

—No, Raeb esto se está saliendo de control, sé que no eres así.

—Si quieres que esto vuelva a ser normal, muéstrame a mi hermana.

El espejo distorsiono el reflejo para recrear a Nieves corriendo en el camino principal a Gevaudan.

—No durara mucho si sigue así.

—Debiste ser claro con el cazador respecto al plan.

—No te preocupes después de lo que hare con el estará en la palma de mi mano.

Las puertas se abrieron mientras el Cazador era arrastrado por guardias espejo, el comandante Belfort encabezo la diligencia de máquinas hizo una reverencia, entregando al muchacho. Raeb pidió a sus guardias dejarlos a solas.

—¿A qué me llama?

—¿Cómo que a qué?-espeto Raeb con rostro errático.

—¿Se siente bien?

—El corazón en esa caja, no es el que pedí, solo me trajiste el corazón de un jabalí—espeto Raeb bajando de su trono hasta un cazador encadenado—Me mentiste.

El rey hizo un ademan y la caja apareció en sus manos.

Saco el corazón de la caja y lo mordió, el cazador solo esbozo una cara de preocupación mientras el rey se le acercaba.

—Queria un corazón y un corazón tendré—espeto el monarca, besando al cazador, irrumpiendo en la boca de este, introdujo la pieza del corazón culminando en una mordida al labio inferior por parte del monarca.

Al finalizar Raeb tiro el corazón y lo aplasto con su bota, el cazador sintió su ser desvanecerse y lo único que sentía era locura insaciable por Raeb.

—Ahora mi juguete; me darás lo que yo quiero.

—Si... mi majestad.

El cazador se arrodillo en el suelo, Raeb soltó una bofetada tan fuerte que el hombre cayó adolorido.

—¡Shajae!

—Si.

—Llévenlo a mi recamara.

—Como ordene—dijo la genio reverenciando al rey.

La mujer salió de la habitación para pedir ayuda a Gretel, tomaron al hombre de sus brazos y lo cargaron hasta los aposentos reales.

—Hakim, envía algunas aves, necesito entregarle un mensaje a alguien muy importante.

—Si por supuesto.

Raeb se relamió los dedos aun con sangre.

—Es curioso, la sangre del jabalí sabe a jugo de manzana

Sonrió para sí mismo luego salió del salón del trono al aviario en la torre oeste.

Historias Oscuras y Viejas © (Completada)Where stories live. Discover now