Parte 34: Inundación

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Nota del Autor:
—Este es un capitulo largo.

—Teman por sus ships y personajes favoritos.

—Después de este sigue otro capitulo para cerrar con broche de oro el especial navideño.

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"-Voy al bosque, tengo que cuidar de mis tesoros, porque no me los roben los malvados enanos. Por el invierno, cuando la tierra está helada, se ven obligados a permanecer en sus agujeros sin poder abrirse paso; pero ahora que el sol ha calentado ya la tierra, van a salir al merodeo; lo que cogen y ocultan en sus agujeros no vuelve a ver la luz con facilidad."

Blancanieves y Rosaroja - los hnos. Grimm.

Era un día despejado. Esme había perdido la vara entre sus manos, la vara que ahora pertenecía a ella, Decembré ya no estaba y era ella la única que quedaba del clan. Pero había fallado en su misión de proteger el poder de la vara de Vernal, se preguntaba si es que podría mantener a salvo a sus amigos.

Esmeralda se sentó entre los arboles del jardín y solo aguardo en silencio a que el plan resultara, escucho las aves cantar y solo se reclino contra el árbol donde había tomado una foto de Ulv abrazando a Red tan pronto habían llegado a la ciudad; a pesar de la pose de compañerismo ella sabía que había algo más entre esos dos...

Red y Ulv mantendrían a Pino a salvo de cualquier amenaza en el camino, a pesar de que Red no tuviese la misma suerte que sus amigos, el muchacho permanecía callado. De cualquier manera se mantendría fiel al plan de la princesa.

Los muchachos se mantuvieron en silencio dentro de lo que solía ser la recamara de Pino, quien se dio cuenta de que Hansel había despertado.

— ¿Qué?... ¿qué mierda hago yo aquí?

—Genial despertaste –afirmo Red en un tono un tanto sarcástico.

— ¿Quién eres? –preguntó el joven guardia dándose cuenta de que su cinturón lleno de artilugios estaba lejos de él y sus manos estaban atadas a un trozo de madera que había sido clavado en la pared.

—Vamos soldadito de plomo, ¿no es obvio? El lobo feroz, el chico que no existió, capucha roja, ¿Quieres más pistas o qué?

—¡Traidores!

—Tranquilízate no vamos a tocar ninguno de tus chocolatados cabellos, es más te soltaremos.

Hansel los veía desconcertado, luego su expresión cambio de su típico rostro apático a una cara extrañada.

—O... Oye ¿Qué?

—Eso, no eres un rehén, no somos esa clase de personas, bueno no aun–admitió el joven con capucha roja luego de ver al lobo.

— ¿Tienes hambre? –Preguntó Pino trayendo un plato con pan y queso al guardia.

Hansel estaba desconcertado, ahora no estaba en la corte o en la cumbre, estaba con los rebeldes –los malditos rebeldes– los opositores al reinado de Raeb, pero viéndolos de cerca, el Lobo era más un leñador, el cazador más veloz no era más que un chico con sobredosis de sarcasmo y el ultimo ascendente no era más que un niño, tal vez eran una familia o tal vez no, pero estaban ahí siendo corteses con el hombre que los perseguía.

De repente un zumbido pudo escucharse, el lobo reviso la ventana, un suspensor de tercer generación, completamente negro aterrizaba en la plaza, que parecía estar recibiendo una creciente concurrencia.

Historias Oscuras y Viejas © (Completada)Where stories live. Discover now