Capitulo 3

81 2 0
                                    

______ salió del salón de actos a toda velocidad, cruzó el pasillo tragándose un sollozo y pulsó el botón del ascensor con urgencia. Tenía que encontrar un rincón tranquilo donde serenarse. Se decidió por la planta de marketing y luego se desmoronó contra una de las paredes mientras las puertas se cerraban. Pero daba igual. No podía quitarse de la cabeza el ridículo que había hecho.
Al ver la zona de recepción de marketing oscura, le resultó tétrica y probó con otro piso. Las lágrimas le escocían en los ojos. Justin Bieber tenía que haberse muerto de la risa al enterarse de quién le había mandado la tarjeta. ¡Todos se estarían riendo de ella! Al fin y al cabo, ella no era más que una ayudante de marketing y su físico no podía compararse con el de las mujeres espectaculares de que solía rodearse Justin. Rompió a llorar.
En el vestíbulo de abajo, Justin miraba las luces que indicaban la planta en la que estaba el ascensor. Los números se iban iluminando a medida que el ascensor descendía. Luego volvió a subir. Cuando llegó a la planta superior, esperó con suspense por si volvía a moverse.
______ pestañeó cuando se abrieron las puertas. No había mucha luz en la planta, pero tampoco estaba tan oscura como las otras. Se dirigió hacia el cuarto de baño. Necesitaba arreglarse un poco y lavarse la cara antes de marcharse a casa.
Todavía no conseguía reaccionar. Había vuelto a meter la pata. No debía haber dado importancia a las insinuaciones de Craig. Pero había caído en su trampa y había confirmado sus sospechas. Craig no tenía pruebas, pero ella se había descubierto al abandonar la mesa de ese modo.
No conseguía tranquilizarse. Había dejado la fiesta con la delicadeza de una manada de elefantes en una cristalería. Vio la sonrisa burlona de Craig, las risas de Justin, las miradas de reproche de las demás mujeres. ______ apoyó las manos en el lavabo y bajó la cabeza, incapaz de mirarse en el espejo de tanto como se odiaba. Tenía los ojos arrasados de lágrimas.
Justin nunca había ido tan rápido al baño en su vida. Pero esos sollozos descorazonadores habían dado a sus pasos velocidad supersónica. Aunque normalmente se habría alejado de una mujer que estuviese llorando, en esa ocasión se vio impulsado a entrar en el baño para abrazar a ______.
Esta, creyendo que estaba sola, se asustó al sentir aquel par de brazos masculinos a su alrededor, dio un grito. Luego levantó la cabeza y se quedó perpleja al ver a Justin.
-Tranquila -murmuró él-. No pasa nada.
-¿De verdad? -susurró ______ sin salir de su asombro. La situación debería haberle parecido irreal, pero el calor de los brazos de Justin eran demasiado reales para dudar de su presencia. Además, hacía tanto que soñaba con ese momento que por nada del mundo se habría retirado.
-Claro que sí, no pasa nada -repitió él sin saber en realidad de qué estaba hablando. Levantó una mano hacia la nuca de ______ y la invitó a que apoyara la cara sobre su hombro.
______ notó cómo se iba disolviendo la tensión mientras reposaba sobre Justin como una marioneta a la que le hubieran cortado los hilos. El aroma de su loción de afeitar, exótico y masculino, invadió sus sentidos. Respiró profundo. Era un hombre realmente amable. ¿Cómo se había podido olvidar de la diligencia con que la había llevado al hospital al pillarse el dedo? Un poco más calmada, comprendió que no era probable que Justin hubiese estado riéndose a costa de ella con su amiga. Él no era así.
-¿Salimos? -sugirió Justin y ______ se apartó al instante.
Tenía las mejillas encendidas y debía estar espantosa después de tanto llorar. Con la nariz roja, los ojos hinchados y el maquillaje corrido. Sabía que a Justin le daría igual, pero no quería que la viese hecha una bruja. Entonces notó su mano en el talle y la dirigió con suavidad afuera del lavabo y hacia el que debía de ser su propio despacho a continuación.
Tras dejarla sola en medio de la habitación, Justin fue a la mesa de trabajo y encendió una lámpara.
-Puedes refrescarte ahí si quieres -le indicó, apuntando hacia una puerta situada a la izquierda.
Se le agrandaron los ojos al contemplar el lujoso despacho de Justin, pero en seguida devolvió la atención a aquel hombre tan alto, moreno y magnético. ¿Cómo lo hacía para estar más atractivo cada vez que lo miraba? Al encontrarse frente a sus ojos ambarinos, el corazón se le subió a la garganta. Se puso roja. Y, definitivamente, abrió la puerta que Justin le había indicado.
Este soltó un suspiro contenido. Charlaría con ella un rato para terminar de serenarla y le llamaría un taxi que la llevara a casa. ¿Atenciones de un jefe amable? Justin puso una mueca mientras se la imaginaba con aquel vestido verde ceñido a sus mullidas curvas, con aquel cabello esplendoroso cayéndole sobre la cara y esos ojos azules intensos. Quería volver a ver su habitual sonrisa luminosa en vez de aquella expresión atormentada. Le caía bien, nada más. No había nada de malo.
______ se mordió el labio inferior al ver el reflejo enmarañado de su pelo en el espejo del espacioso baño de Justin. Se retocó el maquillaje de los ojos, pero no se molestó en sacar la barra de labios, no fuera a pensar que quería coquetear con él. Ante todo, no debía pensar en la tarjeta de San Valentín, se dijo con firmeza. A lo hecho, pecho, y aunque supiera que había sido ella quien se la había enviado, era improbable que llegara a decírselo.
-Siéntate -le dijo Justin cuando salió del baño.
-¿No tienes que volver a la fiesta?
-No, no suelo quedarme hasta el final. Mi presencia suele inhibir a la gente -contestó esbozando una sonrisa devastadora-. ¿Te apetece una copa?
-¿Qué tienes?
-De todo. Ven, echa un vistazo...
Atenta a cada uno de sus movimientos, pero nerviosa ante la novedad de estar a solas con él, ______ se acercó, miró la variedad de bebidas del mueble bar y eligió la opción más sofisticada. Luego retrocedió con la copa en la mano hasta que sus piernas rozaron el brazo de un sofá situado en una esquina. Se sentó en el brazo para no hacerlo de la manera normal.
Lo miró mientras se servía un coñac y se fijó en la ligera sombra del vello que empezaba a asomar en sus mejillas. Nunca lo había visto necesitado de un afeitado y le daba un aire muy atractivo y varonil.
-Bueno, ¿dónde trabajabas antes de venir aquí? -preguntó entonces Justin por darle un poco de conversación.
-Era niñera... Fue para lo que estudié al terminar el colegio -explicó ______, más tensa de lo que parecía estar su jefe.
-Así que niñera -Justin se sorprendió al principio, pero luego se la imaginó rodeada de un puñado de niños y fue como si encajara la última pieza de un puzzle. Los niños la adorarían. Seguro que participaría en todos sus juegos, sin importarle si se ensuciaba y abrazándolos si se hacían daño. A diferencia de la niñera distante y estricta que él había tenido de pequeño-. ¿Cómo acabaste en Sistemas Bieber?
-Mi primer trabajo fue de interna con una familia de diplomáticos y estuve con ellos dos años...
-¿Te hacían trabajar como a una esclava a cambio de techo y comida?
-No, eran una familia maravillosa -______ sonrió al recordarla-. Me trataban muy bien. El problema fue que les tomé mucho cariño a los niños y cuando se fueron de Inglaterra y dejaron de necesitarme, me quedé destrozada. Así que comprendí que no podría seguir en ese trabajo y me inscribí en un curso de secretariado.
Justin estuvo a punto de decirle que la consideraba una decisión equivocada, pero se dio cuenta de que no era capaz de imaginarse el departamento de marketing sin ella.
-Lo malo es que el cambio de trabajo no me ha ido muy bien -continuó ______.
-Todo el mundo se equivoca de vez en cuando -comentó él.
-Llevo dos avisos en seis meses -dijo ______ y lamentó aquel exceso de sinceridad, con el que no había hecho sino llamar la atención de Justin sobre sus defectos.
Este tuvo que contener las ganas de decirle que su jefe de departamento había tenido una reacción exagerada con el accidente del café derramado. Había sido mala suerte. Desmond Lines acababa de asumir el cargo, quería demostrar su autoridad y había elegido un incidente trivial para hacerlo. De hecho, aunque ______ no lo supiera, la junta directiva no le había dado importancia.
-De niñera no me equivocaba -comentó ella.
-La gente te echaría de menos si no estuvieras aquí -dijo Justin. ______ miró sus ojos dorados con incredulidad. ¿Le estaba diciendo que él la echaría de menos?

Love in Pink. (Justin&Tú)Waar verhalen tot leven komen. Ontdek het nu