capitulo 10(ante ultimo cap)

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-Me sentiré mucho mejor cuando te sientes esta noche a cenar con mis invitados -dijo Justin satisfecho mientras regresaban al priorato.

-No puedo hacer eso -vaciló ______-. He venido como la niñera de los Brewett. ¿Qué pensará la gente si de pronto...?

-Que eres mi futura esposa y tienes más derecho que nadie a embellecer la mesa con tu presencia -atajó con orgullo Justin.

-Pero no me he traído nada elegante. Sólo tengo unos vaqueros.

-Si ese es el único problema, vamos a comprarte algo ahora mismo, cara.

Nada complacía más a Justin que resolver problemas con acción y dinamismo. El pueblo más próximo, situado a unos pocos kilómetros, contaba con una boutique con muy buenos diseños. Le bastaron veinte minutos para acercarla a la tienda, hacerla entrar, elegir un vestido azul cortito y acompañarla al vestuario, sin prestar atención a las protestas de ______.

Dentro del probador, ______ se miró al espejo, preguntándose cómo habría hecho Justin para acertar con la talla y el tono exacto de azul que mejor combinaba con su pelo. Luego miró el precio y casi le dio un infarto.

-¿______? -la llamó desde fuera Justin.

______ salió. Justin tenía a Florenza apoyada sobre un hombro con naturalidad, como si llevara cuidando bebés toda la vida. Ajeno a las miradas coquetas de la vendedora, la examinó de arriba abajo hasta hacerla ruborizarse y desbocarle el corazón.

-Nos lo llevamos -aseguró Justin-. ¿Tienes zapatos?

Sin darle ocasión de responder, estudió los modelos que había en exposición y, un par de minutos después, ya estaba probándose un par. Cuando salió con sus vaqueros, dos mujeres rodeaban a Justin y admiraban la mano que tenía con Florenza. Por lo que pudo oír, estaba como loco presumiendo de hija. De nuevo, comprobó cómo le sentaba el calzado y entregó la tarjeta de crédito a la dependienta.

-¿Tienes idea de cuánto cuestan estas dos prendas? -susurró ______ escandalizada mientras se acomodaban de vuelta en la limusina.

-No -contestó sin inmutarse Justin y ella lo informó del precio-. No está mal.

-¡Es una fortuna! -exclamó ______.

-Déjame que te cuente un secreto -dijo él con buen humor-. No soy pobre.

De vuelta en el priorato, se llevó una nueva sorpresa al descubrir que habían trasladado sus pertenencias a una lujosa suite de invitados situada en la primera planta.

-¿Está seguro de que debo instalarme aquí? -le preguntó al mayordomo.

-Por supuesto -respondió Jenkins sin resuello. ______ lo instó a que tomara asiento para que se recuperara-. No se lo diga al señor Justin, por favor.

-Yo... -______ pensó que el hombre era demasiado mayor para seguir trabajando de mayordomo.

Entonces Jenkins le explicó que se había jubilado cinco años atrás y, como vivía solo, echaba de menos el priorato y su profesión. Así que le había pedido a Justin que le permitiera volver para revivir lo que él denominaba los buenos tiempos algún que otro fin de semana, y que disfrutaba mucho haciéndolo. Conmovida por la explicación y por la comprensión de Justin, ______ no dijo nada más.

La cena no fue tan tensa como había temido. Claro que ella siempre había disfrutado conociendo gente nueva y, desde que había entrado en el salón, nada más notar la mirada intensa y halagadora de Justin, se había sentido la mujer más segura del mundo. Más tarde, habían subido juntos a mirar cómo dormía Florenza.

Love in Pink. (Justin&Tú)Where stories live. Discover now