Capítulo 3

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En estos momentos me sudan las manos, el corazón me late mil por hora, todo me da vueltas y tengo ganas de vomitar, no puedo ni caminar, y todo lo que escucho es a mi papá decir mi nombre una y otra vez.

― ¡Anielka!― Insiste mi padre una y otra vez, pero nada, yo quiero hablar pero simplemente no puedo, hasta que siento un fuerte bofetón en mi rostro. La amorosa de Leslie se le ha ocurrido que con golpearme la cara regresaría a la vida, y me jode admitirlo, pero logro por lo menos respirar.

― ¡Leslie por Dios! Casi me gira la cabeza.― le digo molesta.

― Lo siento, pero tenía que hacer algo, no reaccionabas y era el golpe o un vaso de agua y arruinarte el maquillaje― dice como si hubiera descubierto la cura contra el cáncer.

― ¿Hija estas bien?― pregunta mi papá totalmente desconcertado.

― Sí.

― Hija sino quieres hacerlo, dímelo y te saco de acá.― Si, quisiera decir, pero sería totalmente egoísta de mi parte, el no poder sacrificarme por el un tiempo, mientras él lo lleva haciendo toda su vida. Pero la verdad es que tengo un miedo terrible, no sé lo que pueda pasar, y eso es lo que más me desconcierta, no tener el control.

― No es eso papá, solamente estoy nerviosa― digo para tranquilizarlo. Mientras tanto en la distancia puedo escuchar los murmuros de los invitados y sé que no va a pasar mucho tiempo para que Lucas aparezca.

― Entonces cálmate― gruñe Leslie.

― Solo  denme un minuto a solas, ya salgo sí.― necesito pensar, no necesito decidir, y no tengo muchas opciones. Por un lado si me caso con Lucas, mi papá podrá seguir gozando de su tratamiento y yo no me preocupare tanto para poder conseguir el dinero y por otro sino me caso con el... ― mi peor pesadilla se hace presente.

― ¿Qué diablos te pasa?― suelta Lucas con su lengua venenosa.

― Solo un minuto, por favor.

― Escúchame Anielka, o sales de una puta vez o el acuerdo se va a la mierda y tu padre además de ya no recibir su tratamiento perderá su empleo.― Pensé que Lucas era maquiavélico pero no a ese extreme.

― No tienes que asustarme mas para que salga.

― Tienes treinta segundos para salir , o yo mismo vengo te saco y te llevo a rastras si es necesario y donde no aceptes... ― ahora soy yo quien lo interrumpe.

― ¡Basta! Ya comprendí, vete de una maldita vez, en quince segundos me tendrás junto a ti.― dicho esto da media vuelta y sale dando tremendo portazo, es más pensé que votaría la puerta. Respiro una y otra vez, cuando ya tengo el valor necesario salgo, pero antes me hago una promesa "No te enamorarás de él, pero él lo hará de ti"

Salgo y tomo a papá del brazo, e iniciamos la caminata que me llevará a cometer la mayor estupidez de amor en mi vida, amor hacia mi padre y nada más, porque Lucas de mi parte solo recibirá desprecios y amargura, una amargura y un odio que el mismo se ha ganado en este poco tiempo a pulso. Lo hare sufrir, así como él ha hecho en estos momentos. Tengo ganas de llorar, y no precisamente de felicidad, es de impotencia, enojo y rabia.

Lucas como todo novio, está parado en el altar, claro sin ninguna expresión en el rostro, hasta que me ve aparecer, pero debe ser el alivio de ver que sigo al pie de la letra su macabro plan. Cuando inicio la caminata hacia él, todos los invitados suspiran al ver a una novia, que según ellos llora de emoción y felicidad, nadie más sabe que es de dolor y rabia, pero me parece ideal, pues así será más creíble todo el asunto y la gente dejara de murmurar.

No te enamores Where stories live. Discover now