Capítulo 10

2K 186 16
                                    


― Hay muñeca, estoy tan orgulloso de ti― dice papá dando otro sorbo a su té.

― Te amo papi, no sería nada sin ti.

― Eso es mentira, mírate eres casi una psicóloga, te has esmerado mucho para lograrlo.

― La perseverancia es una de tus virtudes― digo tomando otro trozo de tarta de piña.

― Eso si, pero es difícil encontrar a una mujer bella por fuera y dentro, sabia e inteligente, son virtudes que rara vez se juntan.

― Hay papá, debiste ser escritor― digo riendo.

― Pensé que eras tú quien escribía― dice él.

― ¿Leslie ha venido a visitarte?― pues esas locuras parecen ser de ella.

― Es una buena chica, escúchame Anielka, quien encuentra un amigo, encuentra un tesoro. Cuida esa amistad tan única con esa chica, disfruta de los gratos momentos de la vida, no te pierdas el presente por regresar al pasado o escudriñar en el futuro. Vive tu vida tan intensa como puedas, has sido una maravillosa hija, ahora se una excelente esposa y madre.

― No me digas eso, parece que te estas despidiendo.

― No sabemos cuándo partiremos, así que es mejor que te lo recuerde en lo que me reste de vida.

― ¡Ya basta!― digo enojada porque no me gusta la forma en que esta hablando, me causa mucho dolor.

― Enojona como tu madre.

― La extraño tanto.

― Yo también, pero sé que esta tan orgullosa de ti.

― Aun no me perdono... sabes si no me hubiera encaprichado con Brighany...

― No hubieras conocido a Lucas, los caminos de Dios son extraños, pero perfectos al mismo tiempo.

― Tienes toda esa boca llena de razón.

― Y también la tengo cuando digo que quiero nietos.

― Papá...―terminamos un fin de semana maravilloso, ya me hacía falta tener un momento a solas con mi hermoso viejo.

Es el inicio del nuevo ciclo escolar, he decorado mi clase para que mis niños estén felices de regresar al kínder, que no vean la clase como un lugar de cuatro paredes, en donde se les tratara como robots y que memoricen todo lo visto. Me he disfrazado de caperucita roja y tengo varias manzanas en mi escritorio para entregarlas a los niños que vayan ingresando.

Pasan exactamente cuarenta y cinco minutos desde que dio inicio la clase, cuando Suellen ingresa al salón:

― Anielka, tienes una llamada en la oficina de la Directora― dice en tono nervioso, esta chica aún no se acostumbra, pienso.

― Lo hare cuando termine de leer la historia― pues precisamente leo Caperucita Roja, ya lo sé es demasiado ¿tonto?

― Lo siento, pero es urgente― su cara palidece y creo que mis piernas empiezan a temblar.

― Ya vuelvo niños, pórtense bien.― dejo a los niños con Suellen, comienzo a caminar y siento que es la caminata más larga que he hecho en mi vida, me parece que las aulas son muy grandes y los pasillos eternos en cruzar. Solo espero que nada malo le haya ocurrido a Lucas o a mi padre.

Al llegar a la oficina, la Directora me indica que pase, tomo el teléfono y es la voz de Lucas:

― Anielka nena― dice con voz temblorosa.

No te enamores Donde viven las historias. Descúbrelo ahora