Wild | Saga Blue Neighbourhood [#1]

5. La partida

"Dejo este vecindario azul,
nunca pensé que amar pudiera doler así de bien y me vuelvo loco..."

Es curioso, y a veces doloroso, ver como siempre el mundo encuentra el modo de demostrarte el poco control que tienes de tu vida. Algunos lo llaman azar, casualidad o destino, otros creen que todo corresponde a los designios de alguien más grande que ellos, pero la verdad es que poco importa el porqué o el cómo, al menos para mí, pues no es probable que encuentres una forma de llegar a una respuesta certera.

Aún así lo intentamos, seguimos viviendo dando cosas por sentadas y creyendo que todo lo que tenemos durará para siempre cuando no es así. Algunos lo hacen de forma inconsciente, otros piensan tanto en ello que se vuelven locos y otros, como yo, no nos damos cuenta de la fatalidad del destino hasta que este nos arrebata aquello que más apreciamos.

La verdad es que debí haber supuesto todo esto desde antes del gran incidente, debí haberme hecho menos ilusiones pues al fin y al cabo no era la primera vez que la vida me arrebataba a alguien a quien amaba sin que pudiera evitarlo. La placa en la tumba con el nombre de mi madre daba fe de ello. Pero era un niño, un niño que solo quería estar para siempre junto a su mejor amigo como le había prometido, ¿cómo se suponía que fuera a pensar siquiera que algo nos podría separar?

No supe de Matt por toda una semana después de la pelea que mantuvieron su padre y el mío, a pesar de que esperé fielmente cada noche frente a la entrada de mi casa por si se daba el caso de que recibiera alguna nota de su parte. No hubo ninguna nota.

Estuve muy deprimido aquellos días que pasé lejos de él, llegué a pensar que sería algo parecido a la vez en que mi padre me había castigado hacia unas semanas atrás, pero no era así. Mi padre no me dejaba ver a Matt, o mejor dicho, no dejaba que me acercara "al hijo de esa escoria de hombre" como el lo había calificado y suponía que en el caso de mi amigo ocurría algo parecido, pues para que en ningún momento el se acercara a ver como me encontraba después de aquella pelea entre nuestros padres algo debía de impedírselo, al igual que a mí.

Durante toda esa semana no pude evitar sentir un profundo sentimiento de enfado hacia mi padre, por más que la idea no me gustara en lo absoluto porque lo amaba. No podía evitar pensar que todo aquello era injusto, la pelea, su enfado, que no me dejara ver a Matt. Sentía que era yo quien estaba pagando las consecuencias de una pelea que no había sido la mía y, aunque comprendiera que en realidad mi padre no odiaba a Matt —lo cual era imposible— sino a su padre, no podía comprender porque no podía solucionar aquel problema el solo. Y sentía que Matt debía sentirse igual, ¿cómo? No lo sé, cosas de mejores amigos, supongo.

He aquí una filosofía que quizás les habría ayudado a nuestros padres a solucionar sus problemas antes de que estos nos destruyeran a nosotros: "Los hijos no deben cargar con los pecados de los padres". Quizás si mi padre y el de Matt lo hubieran comprendido por aquel entonces nunca habríamos llegado al punto en el que ahora estamos. Y yo no estaría sentado en este frío hospital sintiendo como una parte de mi corazón estuviera pendiendo de un hilo.

Por supuesto aquel no era el único problema que atravesaba mi padre, solo cuando tuve la edad para comprenderlo fue que descubrí que por esa época aún seguía profundamente afectado por la muerte de mi madre, incluso más de lo que dejaba ver. Quizás de haberlo entendido en ese entonces yo no habría sido tan duro con él y lo habría ayudado. Pienso que todos tenemos un poco de culpa por lo que pasó en aquel entonces, nuestros padres que pelearon y nos involucraron, yo que no fui capaz de ver todo lo que mi padre cargaba sobre sus hombros y Matt... quizás el fue el mayor culpable, o la peor víctima, no sabría decirlo incluso ahora.

De cualquier modo, aunque ya de por si la situación me parecía algo similar a una condena a perpetua, ni siquiera podía imaginar que estaba a punto de volverse peor.