Perdiendo la cabeza

3.1K 207 5
                                    

24 de Agosto 2015

A pesar de ser viernes y tener que levantarme a las cuatro de la mañana para poder estar temprano, eso era lo que menos me importaba, pues me sentía como una de las personas más félices del mundo. Desde lo del miércoles con Diego, a pesar de que no había habído tanto contacto físico como me hubíera gustado, sentía que él tenía el mismo intéres en mí que el que yo, por más que lo quisiese reprimir, sentía por él.

- No sé como sentirme respecto al hecho de que tenemos un largo tiempo sin vernos, y aparentemente estas más feliz que cuando nos veíamos casi a diario.

- No estoy más feliz, estoy igual que siempre. De hecho, estoy más feliz ahora que te veo, después de semanas sin verte.- la abracé para corroborar mis palabras.

- Haré como que te creo sólo para no afectar mi ego. Pero cuéntame como te ha ido con esto de tener a Nick en la ciudad y a la vez tener que lidiar con el intercambio de Diego.

- ¿De qué intercambio me hablas?

- Ya sabes, en el que se va a Francia, la Facultad publicó hace días la lista de los aceptados para el intercambio y cuando fui a buscar si mí nombre se encontraba ahí, me encontré con la sorpresa de que él también había aplicado. Pero a diferencia mía él si fue aceptado.

- ¿Sabes? Ahora que recuerdo, tenía que buscar al Maestro Gutierrez en mi hora libre, nos vemos luego Lara.- y me despedí con un beso en la mejilla.

Sabía que Lara no lo había hecho de mala leche, pero su noticia me había afectado y desgraciadamente no había sido para bien.

- Layla ¿podemos hablar?- a estas alturas no tenía ganas de nada, así que entre más rápido lo despachara, más rápido saldría de la ciudad universitaria.

- ¿Qué se te ofrece?

- Oye tranquila, sólo quería saber si te gustaría salir conmigo hoy en la noche.

- En cualquier otro momento declinaría tu invitación, pero creo que nada pierdo aceptando, así que te veo más tarde.

Ni siquiera le di tiempo para despedirse porque me volté para continuar con mi camino, pero para seguir con mi mala racha, terminé chocando. Afortunadamente el impacto había sido contra una persona y no contra una señal de tránsito como casi siempre me pasaba.

- ¡¿Saldrás con él?! No lo entiendo, digo, creí que todo iba bien entre nosotros, que estábamos saliendo.

- Primero que nada, no tienes porque andar escuchando conversaciones ajenas; segundo, técnicamente nunca me has invitado a salir; y tercero, me alegro de que no haya sido así, porque sino me hubiera quedado como una completa idiota imaginando que algo se podía dar  y al final del día tu te ibas a ir como si nada a otro país.- me desahogué, lamentándolo al instante pues sentí que me exprese como si fuésemos más que amigos.

- ¿Cómo te enteraste?

- Osea y todavía lo admites como si fuera cosa de nada.

- No es eso, es que buscaba el momento adecuado para decirlo.

- ¿Y eso iba a ser el día antes o después de que te fueras?

- De hecho iba a ser el día en el que me llevaste a conocer a Sera y a Lucas, me preguntaste que porqué me veía más feliz de lo normal y era porque me habían dado la noticia ese día. Pero como ese día todo marchó mejor de lo esperado, para cuando recordé que te tenía que dar la noticia ya era demasiado tarde.

- Y los días después a ése ¿qué?- me crucé de brazos porqué sentía que en cualquier momento me iban a dar ganas de romper o golpear lo primero que encontrara, y digo tampoco tenía ganas de hacer una escena por algo que no sé si me correspondía.

Serás míoOù les histoires vivent. Découvrez maintenant